La Dirección Técnica del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca) ordenó este lunes el confinamiento de nuevas poblaciones en La Palma debido a que ha entrado en combustión, por el contacto con la lava del volcán de Cumbre Vieja, una fábrica de cementos en el polígono industrial del Callejón de la Gata, en Los Llanos de Aridane. Esta medida se mantendrá, explicó Miguel Ángel Morcuende, director técnico del Pevolca, hasta que se compruebe que la calidad del aire es buena y permite “hacer una vida normal”. Se están analizando los gases resultantes de ese fuego. Se trata, por tanto, del confinamiento de las zonas cercanas a ese polígono, lo que supone una población de unas 3.000 personas.
Durante la tarde, explicó, se emitirá un nuevo comunicado para anunciar si se mantiene o no esta medida restrictiva tomada para preservar la salud de los residentes en esas zonas.
Las áreas confinadas son los espacios comprendidos entre el cruce de La Cruz Chica con la carretera LP-2, siguiendo al oeste hasta el cruce con Nicolás Brito Pais, continuando hasta la circunvalación, y por esta, hasta la rotonda de Hoyas Hondas. A partir de ese punto, indicó Morcuende, se incluye también toda la zona afectada por el incendio del mes de agosto hasta el campo de fútbol de El Paso, incluyendo la zona comprendida al oeste de la carretera LP-3 y hasta la rotonda de El Sombrero.
Crecimiento “notable” de las coladas
En cuanto a la actualización de los datos, Morcuende explicó que en las últimas horas ha habido bastante fluidez y aporte de lava, lo que ha provocado algunos desbordamientos de esta respecto a la colada principal que están “perfectamente vigilados y monitorizados”. Estos flujos han hecho crecer la superficie afectada a 591 hectáreas, lo que supone 65,33 más que un día antes. “Es un incremento notable, de más del 10%”, destacó Morcuende.
Por otro lado, la anchura máxima sigue siendo de unos 1.520 metros. Las edificaciones afectadas, según los datos del catastro, son 753, de las que 620 son viviendas, 70 son cuartos de aperos, 29 con uso industrial, 19 son construcciones de ocio y hostelería y 15 son otras edificaciones, como colegios o dispensarios.
En cuanto a los cultivos afectados son ya 150 hectáreas de terrenos, de las que 74,82 son plataneras, 45,16 son viñedos y 8,78 son aguacateros.
María José Blanco, directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en Canarias, detalló que tras desbordarse el lago de lava el pasado sábado después del derrumbe de parte del cono principal, las lenguas de lava han avanzado, sobre todo, sobre la parte norte de la colada principal, siguiendo una trayectoria hacia el oeste, hacia el mar, siempre dentro de la zona de exclusión determinada con anterioridad. La distancia respecto al mar es de solo 300 metros a mediodía de este lunes, por lo que se espera que pueda formar un nuevo delta lávico o fajana en la zona de la Playa del Perdido (al norte de la fajana principal).
Respecto a esa fajana ya creada, y a la colada al sur de esta que lleva unos días acercándose a la costa en la Playa del Charcón, ambas “parecen haber reducido su actividad”.
Además, indicó Blanco, se mantiene la emisión de grandes trozos de roca desde el cono principal, donde no se descarta la aparición de nuevos centros de emisión, o bocas eruptivas, en el entorno del cono principal o emisiones visibles de gas dentro de las zonas de exclusión.
Calidad del aire y dispersión de cenizas
La columna de cenizas, explicó Blanco, alcanza este lunes una altura de unos 4.000 metros. La directora del IGN detalló, además, que al haber alcanzado el frente del delta lávico el límite de la plataforma continental, de seguir creciendo podrían producirse desprendimientos en su parte más avanzada, lo que provocaría nuevas columnas de gases, explosiones y generación de olas, aunque siempre en el entorno del propio delta y dentro de la zona de exclusión marítima. El penacho marino (los gases que se emiten ahora en el delta) está ya muy debilitado, matizó.
Respecto a la calidad del aire, Blanco explicó que la velocidad y dirección del viento y las temperaturas medias y altas, unido a la orografía local, que impide la dispersión de las nubes de gases, han creado unas condiciones desfavorables para las poblaciones de Los Llanos y El Paso. “El pronóstico del tiempo es malo”, confirmó Morcuende, ya que el viento del oeste empuja las cenizas al este de la isla y la inversión térmica dificulta su dispersión.
Además, no se esperan cambios en esas condiciones al menos en las próximas 72 horas. Por ello, la posición del “penacho” de cenizas y gases afectará a la operatividad del aeropuerto de La Palma. La vertiente este de la isla será quien reciba mayor cantidad de cenizas caídas.
Sin embargo, es “poco probable” la caída de ceniza fina en el norte de Tenerife y que esta afecte a la operatividad del Aeropuerto de Los Rodeos.
Las emisiones de dióxido de azufre siguen marcando valores altos, 7.652 toneladas diarias, y la emisión difusa de dióxido de carbono es de 1.884 toneladas por día, detalló Blanco.
Aumento de la sismicidad, pero a niveles medios y altos de profundidad
El director técnico del Pevolca explicó que continúa dándose un gran número de terremotos, pero que estos son en su mayoría a mucha profundidad, entre 10 y más de 30 kilómetros. La zona afectada, añadió María José Blanco, sigue siendo la misma que la que registró los enjambres sísmicos antes de la erupción. En las últimas 24 horas, explicó, se ha registrado un incremento en el número de temblores, siendo la mayor magnitud detectada la de 4,3 en un seísmo en Mazo. Este nivel de sismicidad hace prever que vaya a continuar este tendencia y que algunos de los movimientos puedan ser sentidos e incluso que se produzcan derrumbes en zonas de pendiente.