“Hay que decirlo claramente: hay quienes trabajan sistemáticamente por todos los medios para repeler a los emigrantes. ¡Para rechazar a los emigrantes! Y esto, cuando se hace con consciencia y con responsabilidad, es un pecado grave”. En plena escalada de llegadas de embarcaciones a España e Italia, el papa Francisco decidió modificar su catequesis en la audiencia pública de este miércoles para lanzar una andanada contra la “militarización de las fronteras” o las “leyes más restrictivas” contra las personas migrantes, además del engaño de las mafias. “El Señor está con los migrantes y no con quien los rechaza”, proclamó.
“No es mediante leyes más restrictivas, no es mediante la militarización de las fronteras, no es mediante rechazos como lo conseguiremos. Por el contrario, lo conseguiremos ampliando las rutas de acceso seguras y legales para los migrantes, facilitando el refugio a quienes huyen de la guerra, la violencia, la persecución y diversas calamidades”, recalcó Francisco en su alocución, ante miles de personas, en la plaza de San Pedro.
El Papa centró su reflexión en el camino que, a través de “mares y desiertos” realizan a diario miles de personas buscando un futuro mejor. “Las rutas migratorias actuales a menudo están marcadas por travesías de mares y desiertos, que, para muchas, demasiadas personas, son mortales”, denunció, recordando que “el Mediterráneo se ha convertido en un cementerio. Y la tragedia es que muchos, la mayoría de estos muertos, podrían haberse salvado”. Ocurre lo propio en los desiertos, que “se convierten en cementerios de migrantes”.
“A menudo, tampoco aquí se trata de muertes ‘naturales’. No. A veces los llevan al desierto y los abandonan allí. En la era de los satélites y de los drones, hay hombres, mujeres y niños migrantes que nadie debe ver. Solo Dios los ve y escucha su clamor”, lamentó el pontífice.
“En esos mares y desiertos mortíferos, los migrantes de hoy no deberían estar”, admitió el Papa, quien añadió que “no es mediante leyes más restrictivas, no es mediante la militarización de las fronteras, no es mediante rechazos como lo conseguiremos”. Por el contrario, “lo conseguiremos ampliando las rutas de acceso seguras y legales para los migrantes, facilitando el refugio a quienes huyen de la guerra, la violencia, la persecución y diversas calamidades; lo conseguiremos fomentando por todos los medios una gobernanza mundial de la migración basada en la justicia, la fraternidad y la solidaridad. Y aunando esfuerzos para combatir el tráfico de seres humanos, para detener a los traficantes criminales que se aprovechan sin piedad de la miseria ajena”, finalizó.
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