El Parlamento sueco eligió este miércoles como primera ministra a la socialdemócrata Magdalena Andersson, que encabezará un Gobierno rojiverde en minoría en lugar de Stefan Löfven, que abandonó el puesto hace unas semanas.
Andersson, primera mujer en gobernar Suecia, recibió 117 votos a favor, por 174 en contra y 57 abstenciones, con lo que se cumple la condición establecida en el sistema sueco para ser elegida primera ministra: no tener la mayoría de la Cámara en contra, fijada en 175 escaños. Tuvo el apoyo de los dos partidos más pequeños que apoyaron al anterior gobierno sueco de centro-izquierda en minoría dirigido por Löfven: el Partido de la Izquierda y el Partido de Centro, que se abstuvieron.
La diputada independiente Amineh Kakabaveh, que apoyó a Andersson, ha señalado en su discurso ante el Parlamento que “hay algo simbólico en esta decisión”, recoge AP. Suecia está celebrando actualmente el centenario de la aprobación del sufragio universal e igualitario.
“Si las mujeres solo pueden votar pero nunca son elegidas para los cargos más altos, la democracia no está completa”, dijo Kakabaveh, de origen kurdo iraní.
La líder socialdemócrata, que la noche de este martes cerró un pacto con los socialistas que le permitió asegurarse la elección, deberá afrontar en las próximas horas otra votación en la Cámara sobre los próximos presupuestos en la que no tiene garantizada la mayoría y que podría obligarla a gobernar con la oposición de la derecha.
La elección de Andersson estaba asegurada tras cerrar la noche de este martes un acuerdo con el Partido de Izquierda Socialista, que incluye una mejora a las pensiones más bajas y que cierra dos semanas de negociaciones desde que recibió el encargo para formar gobierno.
Andersson ya tenía comprometida desde hace semanas la abstención del Partido Centrista, con el que tiene un pacto desde enero de 2019, aunque se arriesgaba a que le retirase el apoyo si hacía demasiadas concesiones a los socialistas.
La líder centrista, Annie Lööf, mantuvo su compromiso pero ha comunicado que no apoyará los presupuestos del Gobierno y ha apuntado a que es una “consecuencia” de que este haya negociado directamente con la Izquierda Socialista. Si Lööf mantiene su promesa, Andersson no tendrá mayoría para sacar adelante sus presupuestos y tendrá que gobernar con los presentados conjuntamente por conservadores, democristianos y el ultraderechista Demócratas de Suecia (SD).
Hasta las elecciones generales de 2018, todos los partidos rechazaban colaborar activamente con el SD por su tinte xenófobo, lo que provocó en esta legislatura un pacto de los socialdemócratas con dos fuerzas de centro que les ha permitido gobernar desde entonces.
Pero tanto conservadores como democristianos han modificado su postura y aceptan abiertamente ahora negociar con el SD, aunque aseguran que no incluirán a esta fuerza en un hipotético gobierno salido de los próximos comicios legislativos de septiembre de 2022.
Dimisión de Löfven
La llegada al poder de Andersson ha venido provocada por la inesperada renuncia de su predecesor, Stefan Löfven, que anunció en agosto que dejaría a todos sus cargos para facilitar la situación a su sucesor de cara al futuro.
Löfven, que encabezaba un ejecutivo rojiverde en minoría desde 2014, se había convertido a finales de junio en el primer jefe de Gobierno sueco en ejercicio en perder una moción de censura, presentada por la Izquierda Socialista para frenar una reforma del régimen de alquiler de viviendas. La retirada del proyecto a cargo de los centristas allanó sin embargo el camino para que Löfven pudiese ser elegido de nuevo primer ministro un par de semanas después.
Magdalena Andersson, de 54 años y que se espera que presente su nuevo gabinete este viernes, es ministra de Finanzas desde 2014 y una de las figuras con mejor imagen en el gobierno.
Con información de EFE.
IG