Este domingo crecía el clamor por respuestas tras el atentado contra Donald Trump, ¿cómo es posible que, pese a la presencia de fuerzas del orden nacionales y locales, y pese a la aparente alerta que varios testigos dieron a la Policía, un hombre armado pudiera subirse a un tejado con vistas al mitin y disparar contra el candidato del Partido Republicano para las presidenciales de 2024?
Varios legisladores nacionales expresaron su conmoción por los aparentes fallos de seguridad. Mike Johnson, presidente de la Cámara de Representantes, anunció que la institución –controlada por el Partido Republicano– llevará a cabo una “investigación integral”.
“El pueblo estadounidense merece saber la verdad”, escribió Johnson en la red social X (antes Twitter). El congresista dijo que la directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, y “otras autoridades competentes” del FBI y del Departamento de Seguridad Nacional tendrán que comparecer en las audiencias del Congreso lo antes posible.
“Junto a Donald Trump, nuestra democracia ha esquivado una bala”, dijo este domingo el congresista republicano Mike Turner, en referencia a los disparos registrados durante el acto electoral de Trump, que se celebraba en el condado de Butler, oeste de Pensilvania. En la Cámara de Representantes, Turner preside el Comité de Inteligencia.
El atentado contra Trump fue posiblemente el punto más bajo de una tumultuosa última década para el Servicio Secreto. Como documentó el periódico The Washington Post, la agencia ya había sido objeto de escrutinio anteriormente después de que miembros de alto rango condujeran supuestamente ebrios por los terrenos de la Casa Blanca, chocaran contra una barricada y pasaran a toda velocidad junto a un paquete lanzado por una mujer que había afirmado estar “sosteniendo una... bomba”.
El incidente está siendo investigado como un intento de asesinato. Desde el atentado de 1981 contra Ronald Reagan, esta es la primera vez que se produce un tiroteo contra un presidente o contra el principal candidato a la Presidencia de uno de los dos grandes partidos de EEUU. Con el país pasando por uno de los periodos más conflictivos de su historia moderna, el incidente desató temores de violencia política y agitación social. Por su parte, las autoridades comunicaron que en el domicilio y en el vehículo del sospechoso se han hallado materiales para fabricar bombas.
Según el exagente del Servicio Secreto Jeff James, después de que empezaran los disparos, los agentes respondieron en gran medida de manera apropiada para proteger a Trump, quien tenía una herida de bala en la punta de la oreja derecha y sangre en la cara. Los contrafrancotiradores respondieron al disparo, hiriendo mortalmente al tirador, pero sólo después de que consiguiera matar a un espectador. El propio Trump dijo que una bala había pasado zumbando mientras hablaba en el mitin y un asistente a la concentración murió antes de que los agentes del Servicio Secreto abatieran a tiros al atacante.
En una entrevista con la televisión de Pensilvania, James responsabilizó a los agentes por haber tardado tanto tiempo en meter a Trump en un vehículo blindado y llevárselo. “Es posible que hubiera cuatro hombres armados más que comenzaran a abrir fuego”, agregó James, quien explicó que el Servicio Secreto siempre considera el primer ataque “como si fuera sólo el precursor y el verdadero ataque estuviera aún por llegar”.
Testigos presenciales dijeron que una persona que no estaba en el mitin había informado a la Policía sobre la presencia del sospechoso, armado, dirigiéndose al tejado desde donde disparó, y que aparentemente los agentes no habían reaccionado. “¿Cómo es posible que alguien con un arma pudiera posicionarse en un tejado y tratar de asesinar [a Trump]?”, dijo el domingo por la mañana Turner en el programa State of the Union, de la cadena de televisión CNN. “El hecho de que hubiera gente que sabía de la presencia de un hombre con un rifle y estuvieran tratando de llamar la atención de la Policía es motivo de preocupación”, añadió.
De acuerdo con un comunicado que el FBI difundió este domingo, el “sujeto implicado” en el intento de asesinato del expresidente Donald Trump es Thomas Matthew Crooks, de 20 años, vecino de Bethel Park (Pensilvania).
Trump llama a la unidad nacional
Asistentes del equipo de campaña de Trump dijeron en la mañana del domingo que el expresidente estaba bien, de “muy buen humor y en buen estado”. Trump llegó a Wisconsin el domingo por la noche, antes de que diera inicio la Convención Nacional Republicana.
El expresidente hizo el domingo un llamamiento a la unidad nacional y a la resiliencia en un país profundamente dividido y durante la que está siendo una muy agitada temporada electoral, con la campaña de Joe Biden como candidato demócrata en crisis –debido a su titubeante actuación– y la probable elección de Trump como candidato del Partido Republicano, con un programa de extrema derecha en la convención de esta semana.
“Permanecer unidos y mostrar nuestro verdadero carácter como estadounidenses es más importante que nunca, manteniéndonos decididos y fuertes, y no permitiendo que venza el mal”, escribió Trump en sus redes sociales. “Solo Dios impidió que lo impensable ocurriera”, añadió.
El presidente Biden no tardó en condenar la violencia, calificándola de “enfermiza”. “No hay lugar en Estados Unidos para este tipo de violencia”, afirmó. El tiroteo “es un llamamiento a todos nosotros para dar un paso atrás”, dijo la noche del domingo durante un discurso transmitido en las televisiones estadounidenses en horario de máxima audiencia. “Defendemos un Estados Unidos de gracia y honradez (...) la política nunca debe ser un campo de muerte”, añadió el presidente.
Con la violencia política en aumento, otros líderes estadounidenses se mostraron incrédulos de que alguien haya sido capaz de disparar contra un expresidente.
“El FBI, la ATF [Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos], la Fiscalía del Distrito Oeste de Pensilvania y la División de Seguridad Nacional del Departamento de Justicia están trabajando ahora mismo sobre el terreno en Butler, Pensilvania, junto al Servicio Secreto y a las fuerzas del orden estatales y locales”, escribió en un comunicado el fiscal general de EEUU, Merrick Garland. “El Departamento de Justicia pondrá al servicio de esta investigación todos los recursos disponibles”.
Horas después del ataque, el comité de supervisión de la Cámara de Representantes (liderado por los republicanos) citó a declarar a Kimberly Cheatle, directora del Servicio Secreto. La audiencia está prevista para el 22 de julio.
“El tejido de nuestra noble nación está hecho jirones, pero nuestro coraje y nuestro sentido común deben prevalecer y hacer que volvamos a unirnos como una sola persona”, escribió en un comunicado Melania Trump, esposa de Trump y ex primera dama. “Cuando vi cómo esa bala violenta alcanzaba a mi marido, Donald, vi mi vida y la de [mi hijo] Barron, al borde de un cambio devastador”.
“Un monstruo que confundió a mi marido con una máquina política sin humanidad trató de acabar con la pasión de Donald, su risa, su ingenio, su amor por la música y su inspiración”, seguía Melania en el comunicado. “Bajo la maquinaria política quedaron enterradas facetas esenciales de la vida de mi marido, su lado humano. Donald, el cariñoso y generoso hombre con el que he estado en los mejores y en los peores momentos”, añadió la esposa del ex presidente. “En esta mañana, colóquense por encima del odio, del veneno y de las ideas simplonas que avivan la violencia”, concluyó.
Las inclinaciones políticas de Crooks siguen sin estar claras. De acuerdo con los documentos oficiales, se había registrado en Pensilvania como votante republicano. Pero en informes de financiación de campañas federales de 2021 aparece que donó 15 dólares a un comité de acción política progresista. Sin revelar aún un posible motivo del intento de asesinato, las autoridades han dicho que en sus cuentas de redes sociales no había ningún lenguaje amenazante.
Antiguos compañeros de clase lo han descrito como una persona inteligente y tranquila. Un excompañero dijo a la agencia de noticias Reuters que no lo recordaba hablando de política, sino de juegos y ordenadores.
El Servicio Secreto de EEUU ha comunicado que sus agentes dispararon contra el presunto atacante después de que este lo hiciera, “desde una posición elevada por fuera del lugar del mitin”, mientras Trump estaba hablando en el escenario del condado de Butler. Más tarde, Trump publicó en su red, Truth Social, que quería “dar el pésame a la familia de la persona del mitin asesinada y a la familia de los heridos graves”.
En un vídeo del mitin grabado por la cadena NBC News se escuchan más de una docena de disparos. Aparentemente, los últimos venían de agentes federales. “¡Al suelo, al suelo, al suelo!”, se escucha una voz, mientras los agentes se abalanzan sobre Trump entre disparos y gritos de los espectadores. “Tirador abatido, tirador abatido. ¿Podemos movernos? Despejado, despejado”, se escucha decir a los agentes en el audio grabado por ese medio.
“Déjenme agarrar mis zapatos, déjenme agarrar mis zapatos”, dice Trump a los agentes que tratan de alejarlo. “Te tengo, aguanta, tenés la cabeza ensangrentada, tenemos que movernos”, le responden. Los agentes se colocaron rápidamente encima de Trump después de que cayera al suelo, preparados para interponerse entre el expresidente y cualquier otro disparo dirigido contra él. “Espera, espera”, exclama Trump. Luego enarbola un puño y pronuncia las palabras: “Luchen, luchen, luchen”. A lo que la multitud del mitin responde: “¡EEUU! ¡EEUU! ¡EEUU!”. Los agentes se llevan entonces a Trump que en el vídeo aparece con la oreja ensangrentada.
En declaraciones a la cadena CNN, el fiscal de distrito local Richard Goldlinger dijo que los investigadores iban “a tener que averiguar” cómo logró acercarse tanto el tirador para apuntar a Trump con un arma y disparar repetidamente.
¿Fallos del Servicio Secreto?
Un simpatizante de Trump dijo a la cadena BBC que se encontraba fuera del lugar del mitin, aunque a una distancia en la que se podía escuchar el discurso del expresidente, cuando vio a un hombre subiéndose al tejado de una construcción cercana con un rifle. El testigo, cuyo nombre no fue publicado por la BBC, dijo que él y las personas que estaban con él comenzaron a señalar hacia el hombre para alertar a la Policía y a los empleados de seguridad sobre el “tipo con un rifle en el tejado”.
Dos miembros de cuerpos de seguridad dijeron a la agencia de noticias Associated Press (AP) que un agente de la Policía local había tratado de enfrentarse a Crooks en el tejado, antes del tiroteo, y que el agente se había retirado después de que Crooks le apuntara con un rifle. Tras unos instantes, Crooks disparó contra Trump. Los disparos vinieron aparentemente desde un lugar que quedaba por fuera de la zona revisada y asegurada por el Servicio Secreto, según AP. Según el periódico The Washington Post, el Servicio Secreto recurrió en gran medida a unidades prestadas de la Policía local, cuya misión era ayudar a detectar y abatir a un posible atacante.
En sus declaraciones del domingo, Evy Poumpouras, quién sirvió en la división de protección presidencial del Servicio Secreto durante la época de Barack Obama en la Casa Blanca, sugirió que los agentes de las fuerzas del orden locales y estatales que colaboran con el Servicio Secreto para este tipo de eventos eran la primera línea de defensa en la zona que rodea el recinto donde tuvo lugar el mitin, algo que confirmó el portavoz de la agencia Anthony Guglielmi.
Según Poumpouras, hay que determinar si esos testigos que estaban hablando directamente con los agentes o si estaban tratando infructuosamente de llamar su atención. En ese sentido, Poumpouras advirtió de las conversaciones difíciles que les esperan a los funcionarios del Gobierno en relación a los recursos para garantizar la seguridad de este tipo de concentraciones. Ella misma aseguró que no era infrecuente que, al solicitar un determinado número de agentes para proteger un evento, le hayan dicho que no hay suficientes dinero o personal para satisfacer esa petición.
Actualmente, la investigación del ataque está a cargo del FBI. Funcionarios del Buró Federal de Investigaciones comunicaron a los periodistas lo sorprendente que resultaba que el sospechoso hubiera hecho múltiples disparos. “Los estadounidenses exigen respuestas sobre el intento de asesinato contra el presidente Trump”, dice el comunicado que el comité de supervisión de la Cámara de Representantes difundió por redes sociales.
A primera hora del domingo Biden estaba de vuelta en la Casa Blanca tras interrumpir un viaje a la playa de Delaware. Ya había publicado en X que rezaba por Trump, por su familia, y por los asistentes al mitin. En la publicación hecha la mañana previa al ataque contra Trump, Biden había insistido en su llamada a prohibir la venta de armas de asalto al público general. “Trump prometió a la NRA [Asociación Nacional del Rifle] que no haría nada con las armas; y lo dice en serio”, afirmaba el post.
Por su parte, Dave McCormick, candidato al Senado por el Partido Republicano de Pensilvania –que asistió al mitin–, dijo haber vivido un “momento terrorífico”. “Un centímetro de diferencia y el presidente habría muerto”, declaró el domingo en el programa This Week, de la cadena ABC.