Las explosiones del Nord Stream pueden ser el principio de una nueva guerra híbrida

Philip Oltermann/The Guardian

Berlín (Alemania) —

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El primer ministro noruego, Jonas Gahr Støre, ha anunciado que el Ejército de su país reforzará su presencia alrededor de las instalaciones de petróleo y gas mientras por toda Europa los políticos advierten que el sospechado sabotaje de los dos gasoductos Nord Stream podría ser el anuncio de una nueva fase de guerra híbrida, que apunta a las infraestructuras energéticas vulnerables con el fin de debilitar el apoyo a Ucrania.

Støre dijo en una rueda de prensa que Noruega fortalecería su presencia militar en las instalaciones del país, ahora que se ha convertido en el mayor proveedor de gas natural de Europa. Y añadió que la respuesta a cualquier ataque a las instalaciones marítimas de Noruega, miembro de la OTAN, se gestionaría de forma conjunta con sus aliados.

Desde este lunes, grandes cantidades de gas natural están llegando en el mar Báltico a través de cuatro fugas distintas en los dos gasoductos Nord Stream construidos para suministrar gas ruso a Europa. Los sismólogos registraron explosiones en aguas suecas y danesas –por las que pasan los gasoductos, cerca de la isla de Bornholm–, tanto por la mañana como por la noche de este lunes, lo que sugiere que las fugas fueron deliberadas.

El ministro de Exteriores de Letonia, Edgars RinkÄ“vičs, dijo en redes sociales que “parece que entramos en una nueva fase de guerra híbrida”, sin nombrar a quién cree responsable. “El sabotaje en los gasoductos Nord Stream I y II debe ser clasificado como el incidente de seguridad y medioambiental más grave en el mar Báltico”, añadió.

La ministra de Defensa alemana, Christine Lambrecht, dijo: “El presunto acto de sabotaje en los oleoductos del mar Báltico ha vuelto a poner de manifiesto cuán dependientes somos de infraestructuras críticas, incluidas las que están bajo el agua”. Sin embargo, pidió cautela a la hora de identificar a los culpables mientras se llevan a cabo las investigaciones.

Acusaciones contra Rusia

Los políticos de la oposición en Alemania son más directos. Roderich Kiesewetter, diputado de la conservadora Unión Cristianodemócrata (CDU), dice a The Guardian que el ataque al gasoducto tenía las características de “guerra híbrida” que Rusia ha seguido durante la última década, con el objetivo de “dividir a la Unión Europea no por medios militares sino sociales y diplomáticos”.

“Tenemos que preguntarnos quién tiene interés en destruir esta infraestructura”, dice Kiesewetter, miembro de la comisión de Asuntos Exteriores del Bundestag. Si bien está entre los intereses de Estados Unidos, los países de Europa central y oriental y los países bálticos que Nord Stream 2 no se active nunca, Kiesewetter sostiene que un acto de sabotaje patrocinado por el Estado de un país aliado de la OTAN habría traído consigo un riesgo demasiado grande de repercusiones políticas.

“A Rusia, en cambio, le interesa enviarnos una señal: amenazar con que podría causar un daño similar en los gasoductos entre Argelia y Francia, en nuestras líneas eléctricas o en los cables submarinos de fibra óptica […] Considero probable que Rusia haya estado detrás de este ataque”, dice el diputado.

Escenarios “inimaginables”

El Kremlin ha tachado de “estúpidas y absurdas” las versiones que describen las filtraciones del Nord Stream como un “ataque terrorista” ruso. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Maria Zakharova, dijo este miércoles que Rusia tiene la intención de convocar una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU para abordar los daños en los dos gasoductos submarinos Nord Stream.

Noruega ha expresado su preocupación por una serie de avistamientos recientes de drones o aviones no identificados dentro de las zonas de exclusión aérea que rodean las instalaciones de petróleo y gas. El ministro de Energía noruego, Terje Aasland, dijo este martes que Oslo estaba coordinando las cuestiones de seguridad con las fuerzas armadas noruegas, la policía y los operadores de la industria del petróleo y el gas.

Gassco, el operador de gasoductos estatal noruego que gestiona unos 9.000 kilómetros de infraestructuras de gas, dijo estar compartiendo información con las autoridades danesas y suecas sobre el incidente del Nord Stream.

“Ya habíamos revisado e intensificado nuestras medidas de seguridad tras el inicio de la guerra en Ucrania”, dijo su vicepresidente sénior de operación de sistemas, Alfred Skår Hansen. “Nuestros gasoductos están construidos para durar más de 100 años y soportar una fuerza tremenda, por lo que se necesitaría un alto nivel de competencia para causar un daño real”.

La ministra de Interior alemana dijo este miércoles que, tras las fugas en los oleoductos, el país debe prepararse para amenazas antes “inimaginables” a su seguridad energética.

“Tenemos que adaptarnos a escenarios que antes eran inimaginables”, dijo Nancy Faeser. “Eso requiere autoridades de seguridad fuertes con los recursos y poderes necesarios”.

Cuál es el impacto

Nord Stream ha sido el centro de un enfrentamiento entre Rusia y Europa por el suministro de energía desde el inicio de la guerra del Kremlin en Ucrania, pero no está claro de manera inmediata quién se beneficia con la destrucción de la infraestructura de gas.

Poco antes de la guerra, el canciller alemán, Olaf Scholz, detuvo el proyecto Nord Stream 2, impulsado por los gobiernos alemanes durante años a pesar de las advertencias de sus vecinos del este. Nord Stream 2 nunca ha transportado gas con dirección a Alemania.

Mientras la crisis energética se cierne sobre Europa, los partidos políticos de extrema derecha y de extrema izquierda piden que se abra el gasoducto. Con el actual equilibrio de poder político en el país, es muy improbable que Alemania dé un giro de 180 grados respecto a este asunto en un futuro cercano, incluso si el gasoducto permaneciese intacto.

El Nord Stream 1, a través del cual se satisfacía una parte importante de la demanda europea de gas hasta la primavera de este año, fue paulatinamente estrangulado por el gigante gasístico estatal ruso Gazprom y no ha transportado gas a Alemania desde principios de septiembre.

“Este ataque, si es que lo hubo, no tuvo ningún impacto directo en el mercado del gas, simplemente porque no había gas fluyendo por los gasoductos en ese momento”, dice Lion Hirth, profesor de política energética en la Escuela Hertie, una universidad privada de Berlín. “Gazprom ha jugado al juego del monopolio con los precios del gas durante el último año y medio, pero ese juego está prácticamente acabado, porque ya ha reducido los flujos a casi cero”.

“Pero hay que tener claro que cualquier daño a las infraestructuras energéticas en uso en Europa –gasoductos en alta mar cuya terminal de origen está en Noruega, campos de gas, terminales de GNL [gas natural licuado]– tendría un impacto inmediato y devastador en la seguridad del suministro energético. En este momento, no hay ningún amortiguador en lo que respecta al gas”, añade.

“Si se demuestra que Rusia está dispuesta a llegar hasta la destrucción de los gasoductos de los que es copropietaria, la cuestión es dónde estará dispuesta a llegar después”, dice Hirth. “Y ese es un pensamiento muy preocupante”.

Avisos de la CIA

La inteligencia estadounidense advirtió este verano al Gobierno alemán de un posible ataque a los gasoductos del Báltico, según informó Der Spiegel. Citando fuentes familiarizadas con el tema, la revista de noticias dijo que la CIA había emitido dicha advertencia apenas unas semanas atrás.

La Unión Europea ha amenazado con tomar represalias mediante sanciones ante lo que considera un probable “acto deliberado” de sabotaje contra la infraestructura del Nord Stream en el mar Báltico.

En nombre de los 27 Estados miembros, el responsable de la política exterior de la UE, Josep Borrell, dijo este martes que las filtraciones acontecidas esta semana en los dos gasoductos submarinos que van de Rusia a Alemania “no son una coincidencia” y que se dará respuesta con una “reacción contundente y conjunta”.

Traducción de Julián Cnochaert.