Después de más de mes y medio de guerra en la Franja de Gaza, Israel y Hamas alcanzaron un acuerdo para un canje de rehenes por presos palestinos, que irá acompañado de una tregua de al menos cuatro días que dará un respiro a la población civil del devastado enclave. Estas son algunas preguntas y respuestas sobre el pacto:
¿Qué se acordó?
Un total de 50 mujeres y niños retenidos como rehenes por Hamás y otros grupos en Gaza desde el 7 de octubre serán liberados a cambio de un alto el fuego de cuatro días, en un acuerdo negociado por Qatar con el apoyo de Estados Unidos.
Según una fuente del Gobierno de Joe Biden, entre los liberados se espera que haya tres estadounidenses, entre ellos una niña que cumple cuatro años esta semana, y que la primera liberación debería producirse para el jueves.
Según Hamás, Israel liberará a 150 presos palestinos, todos ellos mujeres y niños, de las cárceles israelíes y permitirá que cientos de camiones de ayuda crucen diariamente el cruce fronterizo Rafah con Egipto, para llevar suministros humanitarios a los palestinos de Gaza.
Israel dejará de efectuar incursiones aéreas en el sur de Gaza y las restringirá a seis horas al día en el norte, según la versión de Hamás sobre el acuerdo, que también dice que las fuerzas israelíes no introducirán vehículos militares en Gaza durante el alto el fuego ni intentarán detener a nadie.
El alto el fuego se prolongará un día más por cada 10 rehenes liberados, según el Gobierno israelí.
El acuerdo pone en pausa temporalmente una guerra que ha durado hasta ahora más de seis semanas. Ha costado la vida a 14.128 palestinos en Gaza, según la oficina de prensa del Gobierno de Gaza, y a más de 1.200 personas en Israel, la mayoría víctimas del ataque sorpresa de Hamás del 7 de octubre en comunidades israelíes.
¿Por qué se llegó ahora a un acuerdo?
El Gobierno de Israel se ha visto sometido a una intensa presión interna para avanzar en la devolución de los rehenes. Sus familias organizaron una campaña de gran alcance para “traerlos a casa”, y se reunieron con miembros del gabinete de guerra israelí el lunes por la noche. La ofensiva militar al norte de Gaza solo ha permitido rescatar con vida a un rehén.
La presión internacional también ha ido en aumento por la situación humanitaria cada vez más desesperada en Gaza. Los bombardeos del Ejército israelí, seguidos de la invasión terrestre, han provocado una crisis civil: escasean desesperadamente los alimentos, el agua, el combustible y los medicamentos, 1,7 millones de personas de un total de 2,3 millones han sido desplazadas y solo funcionan 10 de los 36 hospitales.
La semana pasada, el 68% de los estadounidenses se declararon partidarios de un alto el fuego, lo que refleja la preocupación en Estados Unidos de que Israel haya ido demasiado lejos en su respuesta militar.
Hamás está perdiendo terreno en el campo de batalla, dado que las fuerzas israelíes han podido capturar amplias zonas del norte de Gaza, incluida Ciudad de Gaza. El Ejército israelí afirma haber infligido graves pérdidas a 10 de los 24 batallones de Hamás y se cree que sus dirigentes se han trasladado al extremo sur de la Franja de Gaza.
¿Se reanudarán los combates una vez finalizado el alto el fuego?
Es probable que Hamás quiera aprovechar cualquier alto el fuego para reagruparse, y es posible que intente prolongarlo ofreciendo liberar gradualmente a más rehenes. Israel ha prometido eliminar a Hamás, por lo que su supervivencia como grupo representaría una victoria.
Israel podría volver al campo de batalla porque su ejército aún no ha ocupado todo el norte de Gaza. Este martes había rodeado Yabalia, que considera un bastión de Hamás, y el cercano hospital Indonesio, la única gran instalación médica en funcionamiento en el norte.
Los mandos israelíes también están centrados en el sur de Gaza y, en particular, en la ciudad de Jan Yunis, donde creen que se encuentra la cúpula de Hamás y pueden estar retenidos los rehenes restantes. Algunos miembros del estamento militar israelí sostienen que para asestar un golpe de gracia a Hamás sería necesario atacar la ciudad, aunque ello provocaría la muerte y el desplazamiento de aún más civiles en un territorio ya de por sí abarrotado.
Estados Unidos ha dejado claro que no apoyará una ofensiva terrestre en el sur, a menos que haya muchas más salvaguardias contra las víctimas civiles.
Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, ha afirmado al gabinete, en declaraciones que también han sido grabadas y difundidas, que espera que se reanuden los combates. “No pararemos tras el alto el fuego”, ha dicho.