El presidente Milei se encontró con un contrincante al que le gusta subir la apuesta tanto como a él. Pedro Sanchez está acostumbrado a enfrentamientos pesados (enfrentó a su propio partido para llegar a ser presidente del gobierno, y a la oposición en duros términos desde que llegó a La Moncloa por sus acuerdos con las fuerzas independentistas de Cataluña), y cuenta con un talento notable para marcar la agenda. El contexto de esta disputa con Milei puede encontrarlo en mejor forma, sobre todo si el conflicto se alarga.
El líder paleolibertario podrá decir que surfea lágrimas socialistas, pero lo cierto es que la economía argentina está ahogada y la española corre mágicamente sobre el agua. La Unión Europea publicó recientemente unas proyecciones que indican que el país ibérico crecerá este año un 2,1%. Incluso el déficit, ese concepto sagrado del presidente argentino, se ubicará por debajo del 3% que exige Bruselas. Mientras Milei viene de celebrar un 8% de inflación mensual, el socialista acaba de festejar un triunfo en las elecciones de Cataluña inesperadamente abultado.
Las condiciones de un país y otro, sus recursos y posibilidades, muestran un enfrentamiento desigual. Ni el talento político ni las fábricas de memes por sí solas serán capaces de marcar un triunfo, que es la lógica en la que parecen resolverse las cuestiones políticas en estos días.
Sonrisas falsas en Buenos Aires, preocupación en España
En Buenos Aires, el vocero Manuel Adorni sonríe de costado y responde superado a las permanentes descripciones de los periodistas argentinos y extranjeros que reflejan una crisis diplomática sin precedentes entre Argentina y España. El gobierno libertario apuesta a que la política y la economía corran por andariveles distintos; que la disputa entre Milei y Sánchez no afecte los negocios ibéricos en Argentina.
Razón no le falta. A la gran mayoría de los empresarios de cualquier lugar del mundo le importan muy poco los derechos sociales, la agenda de la mujer, el respeto a la soberanía o las formas protocolares entre dos naciones. En efecto, antes de que el conflicto estallara, la patronal española se fotografió feliz con Milei y ya conocía de sobra los insultos, descalificaciones y/o consignas en contra del género humano que el presidente libertario descargó desde que llegó a la Casa Rosada. Mientras hagan dinero, que lo demás no importe.
Sin embargo, el optimismo no es el mismo en la órbita de la Cancillería. Existe un silencioso ruego porque el conflicto amañe, y la sangre no llegue al río. Las opciones de Sánchez ante una eventual escalada son preocupantes para la política exterior argentina.
El Gobierno socialista podría exigir la retirada del actual embajador argentino del país, Roberto Bosch. Una medida que dejaría a Argentina sin una de sus principales embajadas en Europa; precisamente la que sirve de puerta de entrada e incluso para canalizar las necesidades del Estado nacional con el resto de países de la Unión Europea.
Pero incluso si el Gobierno español no tomara esa decisión la fractura de las relaciones bilaterales podría afectar en cuestiones menos visibles pero de igual importancia como la organización de reuniones para dirigentes argentinos (de gobernadores a intendentes o legisladores) y empresarios nacionales con funcionarios del gobierno español o de organismos del Estado ibérico por los que deben canalizarse todo tipo de gestiones, de inversiones a licencias, por mencionar solo algunas.
En cualquier caso, estas últimas opciones tienen menor impacto que la posible prohibición del ingreso de Milei al territorio español. Para que eso sucediera, el ejecutivo español debería declarar al presidente argentino personan non grata. Fuera por que le rinde en la disputa o porque lo ve probable, el universo libertario ya ha comenzado a ironizar con esa posibilidad, y en sus redes oficiales se publicó un post realizado por el partido de ultraderecha Vox en el que se reían del posible rechazo a Milei cuando se permite la entrada de inmigrantes “ilegales” desde África.
Alcanzar ese nivel de conflicto es poco probable pero no debe descartarse. Para algunos analistas políticos españoles como el director adjunto de La Vanguardia, Enric Juliana, la visita de Milei ha sido en beneficio del mandatario socialista. De cara a las elecciones europeas de junio, Sánchez podría lograr movilizar a los votantes de izquierda para oponerse a una ultraderecha y una derecha que tienen de referente a un dirigente desbocado como Milei.
Los pedidos de entrevista para Fernández
De Televisión Española al resto de cadenas españolas, TeleCinco o Cuatro, pero también en los diarios y radios del país, los productores buscan la palabra del expresidente peronista, Alberto Fernández. Quizás por su cercanía política con el PSOE, porque viaja a menudo a Madrid o porque fue uno de los principales críticos de los desvaríos de Milei en el ámbito de la política exterior, el exmandatario argentino se ha convertido en uno de los protagonistas de la saga en el país ibérico.
Ayer por la noche española, Fernández brindó una entrevista a uno de los programas estrellas de Cadena Ser, unas de las estaciones de radio más populares del país. El expresidente volvió a criticar a Milei y aunque reparó en las particularidades de su carácter, no fue explícito con la necesidad de que el dirigente libertario sea asistido por un psicólogo. En resumidas cuentas, pidió disculpas a la ciudadanía española por los exabruptos del paleolibertario, y señaló que no deberían producirse de ninguna manera estas faltas de respeto con otras naciones, menos con aquellas con las que existe un lazo tan importante como es el caso de Uruguay, Brasil o España.
AF/JJD