Entrevista

Agustín Rossi: “Me resulta extraño que Axel no se haya definido a favor de Cristina”

0

Fotos de Perón, la bandera de Argentina y un bombo leguero. Esos son los adornos de la oficina que ocupa Agustín Rossi por estos días de visita en Buenos Aires: un despacho que le cedió Germán Martínez, jefe del bloque de Unión por la Patria en Diputados, con quien comparte el origen rosarino, para que pueda prepararse a la audiencia que tendrá hoy en la Cámara baja por la reforma de la ley de Seguridad Interior que propone el Gobierno. Ex compañero de fórmula de Sergio Massa, también ex jefe de Gabinete y ministro de Defensa de Alberto Fernánez, y ex espada legislativa durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, Rossi va hablar hoy sobre su tema de expertis, pero aprovechó también para meterse de lleno en la interna del peronismo. 

La semana pasada visitó a CFK en el Instituto Patria. “Es Messi” le dedicó el fin de semana en una radio. Ahora, ante elDiarioAR le agrega un condimento a la puja por el PJ y mete en la discusión a Axel Kicillof: “Me resulta extraño que no se haya definido a favor de Cristina”. El mensaje directo al mandatario bonaerense, que se mantiene en silencio desde que la dos veces presidenta anunció que quiere quedarse al frente del sello peronista. “El dilema acá es si le gusta o no que Cristina sea candidata al PJ”, insiste Rossi, que prefiere que el gobernador por La Rioja, Ricardo Quintela, que tiene el apoyo de su par de Buenos Aires, baje su candidatura para que haya una lista de unidad. 

Cristina, Kicillof, pero también Javier Milei. Rossi señala que el Gobierno va a dejar una Argentina “devastada” y ya habla en tono campaña electoral 2027: “Lo que está haciendo Milei es catastrófico. Si nosotros ganamos las elecciones dentro de tres años vamos a tener que hacer una fuerte reparación”, afirma. Cuestiona con dureza el proyecto que impulsa el ministro Luis Petri para que las Fuerzas Armadas tengan un rol policial en las calles, pero –sorpresivamente– reconoce públicamente los efectos positivos del operativo de Patricia Bullrich y el gobernador Maximiliano Pullaro contra narcos  en Rosario: “Vivir en una ciudad con el nivel de violencia que existía el año pasado era mucho más difícil que ahora”, admite.

–Hoy expones ante la Comisión de Seguridad Interior por la reforma que impulsa el Gobierno para que los militares vuelvan a las calles. ¿Cuál es tu postura al respecto?

–No estoy de acuerdo. Hay que seguir sosteniendo taxativamente las diferencias entre seguridad y defensa. El proyecto además atrasa porque todos los países del mundo están fortaleciendo su capacidad de defensa a partir de que hay dos conflictos declarados: Ucrania y la Federación Rusa y lo que está sucediendo en Medio Oriente. Este proyecto de ley distrae personal militar, de equipamiento y recursos económicos destinados a otras funciones que pueden realizar perfectamente otras agencias de seguridad. Las funciones descritas en el proyecto de ley son propias de una de una policía, como son el control vehicular, control de personas, la vigilancia de puestos fijos o vigilancia de puestos móviles y aprehensión en flagrancia. Con eso no se combate el terrorismo. Terrorismo se combate porque se combate con el sistema de inteligencia nacional.

–¿Cuál sería el riesgo en materia de defensa darle a la fuerzas armadas un rol de seguridad interior?

–No están preparadas. En lugar de formarlas, las va a deformar. Un personal militar está formado para destruir al oponente en una cuestión bélica y las fuerzas de seguridad hacen disuasión y prevención. El ministro Petri dijo que piensan darles tres, cuatro o seis meses de instrucción como fuerza de seguridad, pero ese personal militar en una situación límite cómo va a responder. ¿Por esos seis meses de preparación o por los 20 años que tiene como militar? ¿Cuando alguien le reclame algo, se va a dar vuelta con el FAL o lo va a escuchar? La ley actual no es muralla para evitar que las Fuerzas Armadas salgan de las cuestiones de seguridad interior, sino que en realidad fueron una línea divisoria para separar cada función. Entonces, lo que hay que pensar es la política de defensa. No en darle a las Fuerzas Armadas el pito para que hagan de policías de tránsito.

–Si tenemos en cuenta que el Gobierno aplica mano dura a la represión. ¿Cuál es entonces el motivo para esta reforma?

–Si hubiese estado aprobado este proyecto de ley en las protestas contra la ley Bases, que [el fiscal federal] Stornelli calificó de terroristas, hubiesen mandado al ejército. Ese es otro problema, la liviandad con que se califica el terrorismo en Argentina. Lo mismo pasó con la situación de narcoterrorismo en Rosario cuando fue esa semana trágica. En Rosario tenemos organizaciones narcos, pero es criminalidad organizada con altos grados de violencia sangrienta. Narcoterrorismo podía existir en Perú cuando estaba Sendero Luminoso o en Colombia con las FARC y el M-19. 

–Mencionó lo de Rosario, usted que vive ahí. ¿Cómo evalúa la política de seguridad del Gobierno al respecto? Porque los homicidios bajaron a partir del Plan Bandera. 

–Sí, objetivamente bajaron. No es solamente la responsabilidad de Gendarmería, sino que me parece que ha cambiado la actitud de la Policía de la Provincia. Yo vivo en Rosario, así que lo celebro. La verdad es que vivir en una ciudad con el nivel de violencia que existía el año pasado era mucho más difícil que ahora. Esperemos que siga así.

–¿Pero por qué no pudo hacerlo la gestión anterior, que fue peronista?

–Bueno, ¿por qué no lo pudieron hacer Bullrich y Pullaro entre el 2015 y el 2019? Eran los mismos: Pullaro era el ministro de Seguridad provincial y Bullrich, nacional. 

–¿Pero por qué?

–Es complejo y hay que ser muy prudente, tanto en el oficialismo como en la oposición. En su momento fue tan evidente que no lo pudieron resolver entre el 2015 y el 2019 que nosotros ganamos las elecciones con [Omar] Perotti y una consigna que era “Paz y orden”. Hoy lo pudieron resolver, bueno, esperemos que sea sustentable en el tiempo y que sea una política de Estado, con una fuerte articulación del gobierno provincial con el gobierno nacional y con la Justicia.

–Es interesante el reconocimiento de un logro al adversario político, ¿no? ¿Por qué al peronismo o al progresismo le ha costado siempre la bandera de la seguridad?

–Para mí no es un problema de política, sino un problema de comunicación. Es mucho más fácil comunicar la mano dura que comunicar una política persistente en el tiempo de mayor presencia o de saturar determinadas zonas. Decir cárcel y fusil a los ladrones interpreta más la indignación de la gente que comunicar que el problema se resuelve manteniendo una política de seguridad, invirtiendo en fuerzas de seguridad, en equipamiento, en  inteligencia. La mano dura de la derecha es más efectista. Ahora lo efectivo es lo otro.

–¿Es la inseguridad un tema que tiene que replantearse el peronismo si quiere volver a gobernar?

–Las principales víctimas de la inseguridad son los sectores populares, así que el sujeto que nosotros tenemos que proteger es el pibe que se levanta a las cuatro o cinco de la mañana y se va con su mochila a tomar el bondi y le roban. Tenemos plena conciencia de eso. Yo debo haber sido de los primeros dirigentes políticos en la provincia que denunció que Rosario estaba cruzada por una pelea de narcos. 

–¿Qué otros desafíos tiene el peronismo en su reconstrucción?

–Tenemos que recomponer nuestra base electoral en los sectores populares que tradicionalmente nos votaron y tradicionalmente elegían al peronismo como representación política y que en esta oportunidad viraron hacia una propuesta como la de Milei. Y tenemos que plantearle a los argentinos que existe un camino distinto y que es mentira que este es el único posible. Vamos a llevar adelante un gobierno claramente de reparación y resarcimiento del conjunto de la sociedad argentina. Lo que está haciendo Milei es catastrófico. Si nosotros ganamos las elecciones dentro de tres años vamos a tener que hacer una fuerte reparación. ¿Y esto qué significa? Bueno, que haya una reforma impositiva para que paguen más los sectores económicos más importantes, los que han tenido enormes niveles de rentabilidad durante todo este tiempo.

–Ya hay un modo discursivo como si 2027 fuera hoy.

–Hay que pensar en cómo va a ser la Argentina post Milei, que yo creo que va a ser una Argentina devastada. Por ahí a veces mis palabras aparecen muy transgresoras, pero creo que son transgresoras en una Argentina que iba a velocidad de crucero. Esta es una Argentina que está en el subsuelo. Néstor hablaba del infierno cuando la recibió en 2003, este va a ser un infierno mucho peor que el del 2003. Además va a haber que pacificar el país, que los argentinos no se sientan agraviados y descalificados permanentemente por el presidente. Pero va a haber que hacer una política económica disruptiva. Y obviamente va a haber que desandar una cantidad de caminos: si votamos en contra del RIGI, lo primero que tenemos que hacer es cambiar este RIGI.

–Recién vamos diez meses de Milei. ¿Qué queda para los próximos tres años?

–Va a depender fundamentalmente de una parte de lo que suceda en la elección parlamentaria. Si la elección es favorable a los opositores, vamos a ponerle freno a Milei y esperar que cumpla su mandato constitucional y que se vaya.

–¿Cómo se van a ordenar para las legislativas del año que viene?

–Las elecciones del año que viene son elecciones nacionales, pero se eligen por provincia. No necesita síntesis de una sola propuesta, ni una sola figura y demás. Si cuanto más ordenado es, mejor. 

–Pero sí van a buscar la síntesis sectorial.

–Es flexible, porque no necesitas elegir una fórmula. Yo creo que el horizonte directivo del Partido Justicialista y de sus aliados va a quedar determinado posteriormente a la elección intermedia. Ahí se verá más o menos cómo se posiciona cada uno.

–¿Cuál va a ser el rol de Cristina en ese escenario? Ella quiere conducir.

–Es una muy buena noticia que Cristina sea presidenta del PJ. Nadie discute que Cristina hoy es el liderazgo más importante que tiene el peronismo. Cuando ese liderazgo se deposita en la referencia institucional más importante que tiene el PJ, genera efecto positivo, ordena la voz. Cristina va a ser mucho más escuchada desde la presidencia del PJ que desde el Patria.

–¿Cuánto va a ordenar al 2025? Usted dice que el 2027 se discutirá post legislativas.

–Cuando uno quiere discutir cuatro cosas al mismo tiempo no sirve. Hoy la discusión política en el peronismo es: ¿es bueno o malo que Cristina sea presidenta del PJ? Toda discusión ulterior me parece que son conclusiones y especulaciones anticipadas. Si ella no se presentaba, le iban a decir “¿por qué te escondiste?”. Ahora que se quiere presentar, es que Cristina quiere quedarse con todo. La pregunta es: ¿es bueno o malo para el peronismo y para la Argentina que Cristina sea presidenta del PJ? La respuesta contundente es: es buenísimo. Los únicos que creen que es negativo son los opositores a nosotros. 

–¿Va a haber interna con Quintela?

–Espero que no, que se encuentre una fórmula de consenso. Además es innecesaria la interna. Los apoyos que viene recogiendo Cristina son, con todo respeto, infinitamente mayores que los otros apoyos. Es la única que genera el fenómeno de que te vayan a tocar la puerta a un local partidario para afiliarse. 

–¿Qué rol ocupa Kicillof en esa interna?

–Axel es el gobernador de la provincia de Buenos Aires, ha sido reelecto, y es un dirigente que puede imaginarse que tiene todo el futuro para él o que genera esas expectativas. Dependerá de él cómo administra esas expectativas que genera en el conjunto? Me resulta extraño que no se haya definido a favor de Cristina.

–¿Por qué no lo habría hecho?

–No sé, pero me resulta extraño. Sin duda que Axel es inteligente, si hay un dirigente kirchnerista por excelencia, es él, ¿no?

–¿Su problema es la conducción de Cristina?

–No lo sé. Una cosa es responder a lo que te acabo de plantear: ¿es bueno o malo que Cristina sea presidente del PJ?

–Si suponemos que diría que es bueno…

–Entonces, ¿por qué no aparece la definición? Eso es así. Después, si te conduce o no te conduce, es otra historia. Me parece que el problema es levantarse a la mañana y decir “bueno, tengo este dilema: Cristina quiere ser presidente del PJ, ¿me parece que le va a servir al peronismo o no le va a servir al peronismo, a la fuerza política que yo integro”. Yo concluyo que sí. Entonces voy y hago un tuit y digo apoyo a Cristina.

–O sea, ¿hace días que Kicillof se despierta y no termina de responderse ese dilema?

–¿Era una respuesta fácil, no?

MC/JJD