Álvaro González trabajó por el proyecto presidencialista de Horacio Rodríguez Larreta. Perdió. Por eso, en las elecciones de octubre último no figuraba entre los primeros lugares en la lista de candidatos a diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, logró ingresar a la Cámara gracias a que el bailarín Maximiano Guerra, que había apoyado a Patricia Bullrich, decidió no asumir en su banca. Desde el 10 de diciembre, el diputado del PRO asumió una conducta proverbial de la polítca argentina: el que pierde acompaña. Es un orgánico, vota siguiendo el mandato del bloque, que preside Cristian Ritondo. Pero a diferencia de sus colegas macristas no se priva de formular críticas al gobierno de Javier Milei.
En una entrevista con Gambito de Datos, el programa de los periodistas Hernán Cappiello, Juanjo Domínguez y Ariel Cohen de Radio Con Vos, González cuestionó al Presidente y sus funcionarios por la poca vocación política para negociar y señaló que La Libertad Avanza es la responsable de hacer funcionar al Congreso, no el PRO ni el resto de la oposición. Además, reflexionó sobre la inconveniencia de los dogmas a la hora de negociar en política y sobre la distancia entre lo discursivo y la realidad.
—¿Cómo sigue la suerte del DNU en Diputados, después del rechazo en el Senado?
—Desde hacía tres o cuatro semanas se venía hablando de que eso iba a pasar en el Senado. Me parece que ahí hubo, por parte del Gobierno, falta de reacción, si hubieran querido que el resultado fuera distinto. En el caso de Diputados, la composición es diferente. Hay más fragmentación. Y aquellos que acompañamos al Gobierno tampoco somos todos lo mismo. Está el bloque del PRO, donde hay una mayoría que acompaña, y así lo hicimos en la ley Bases. Tenemos una representación en la comisión de DNU, que está apoyándolo. También está Hacemos Coalición Federal (el bloque que preside Miguel Pichetto); está Innovación Federal (el espacio que se responde a los gobiernos de Salta, Misiones y Río Negro) y está el radicalismo, con sus diferentes versiones. Hay una diversidad en Diputados que hace que sea más difícil lograr la homogeneidad en contra.
—¿Está aprendiendo a consensuar el Gobierno o sigue en la posición más irreductible?
—Gobernar significa asumir que no son todas mieles y que a veces te toca, aunque pienses distinto, conversar con aquellos que no piensan como vos. La verdad es que no sé si el Gobierno está aprendiendo a consensuar.
—Bueno, ustedes conversan en la cámara.
—Sí, sí, conversamos pero este el bloque del oficialismo tiene 37 diputados, por lo cual la inmensa mayoría está del otro lado, y es un bloque que necesita permanentemente validar lo que conversa con el Poder Ejecutivo.
—¿Funciona eso o no?
—Hasta ahora, si vamos a los resultados, como dijo el Presidente, que es un bilardista, te diría que no. Porque la ley Bases no salió. Y había avances que, por falta de expertise o a lo mejor por enojos inoportunos, o por lo que fuere, se frustraron. Ahora se va a partir desde otro lugar.
Milei dice que las jubilaciones son hoy de US$200. Ajá. ¿Y cuánto aumentaron los precios? Dijo que en el gobierno anterior las jubilaciones eran de US$80. ¿Con estos US$200 compran lo mismo que antes, con US$80?
—¿Es posible que el DNU quede así y no se trate?
—Es posible que no se llame rápidamente a tratar la aprobación o el rechazo del DNU. Después de la modificación de la ley que hizo Cristina [Fernández de Kirchner] en 2006, vos requerís el rechazo de las dos cámaras para que pierda vigencia. Hasta ahora cuenta con el rechazo de una cámara. Y esta composición de la Cámara de Diputados me parece que bastante más diversa que lo que es la composición del Senado. Es más fácil para el Gobierno, si decidiera que quiere que el DNU siga vigente, poder lograr acuerdos en Diputados que en el Senado.
—¿El PRO debe cogobernar con La Libertad Avanza?
—Hace un rato estaba mirando el reportaje que le dio el Presidente a [Luis] Majul, y su primera definición fue: yo soy anarco-capitalista. Bueno, si vos sos anarquista, es difícil establecer relaciones con las instituciones, porque pareciera que aquellos que estamos en las instituciones y no pensamos como vos somos personas que no merecemos un trato, de mínima, respetuoso. A partir de ahí podemos caer en si las formas son tan importantes como el fondo. Nosotros hasta ahora acompañamos más por las cuestiones de fondo que por las cuestiones de forma. Hasta ahora. A lo mejor cambia, no lo sé.
—¿Pesan las formas?
—Mucho. Claro que pesan las formas, ¿cómo no van a pesar las formas? Yo te tengo que pedir un favor a vos, te insulto de arriba abajo y después te digo: “Che, ¿me haces un favor?”. ¿Vos qué me responderías?
—Y... te mando a... a buscar apoyo a otro lado.
—Y bueno.
—¿Cuándo tratan la nueva ley ómnibus?
—En principio, te digo, debieran empezar por conformar las comisiones, que aparentemente esta semana se pondrían en marcha. Si vos querés sacar una ley, lo mínimo que tenés que tener es las comisiones funcionando. Porque después el Congreso es el que no labura, y resulta ser que los que manejan el Congreso son ellos y no constituyen las comisiones, ¿viste?
—¿Ese es un compromiso de Martín Menem?
—Sí, él se comprometió a que esta semana estarían convocando a varias comisiones. Son 10 o 12. Para caminar mil kilómetros tenés que dar el primer paso, ¿no? O sea, no vas a poder tratar nada si no constituís las comisiones. Estuvieron algunos compañeros del bloque PRO en la Casa Rosada. Escuché que [en el Gobierno] empezaron a darle a la actividad política.
—Por fin los llamaron.
—Habrá que ver si se avanza o si sólo son estos vacíos que no tienen otra intención que decir: ¿viste? Cumplimos, te llamamos. La conversación en el Parlamento no es sentarse a discutir en función de dogmas. Porque si no, no discutís nada. Vos tenés que sentarte a discutir y tener la capacidad y la apertura para escuchar al otro, y a aquellas cosas que no son de tu autoría pero que tienen alguna visión enriquecedora de lo que vos estás planteando, no hay que tener miedo de aceptarlas. Lo importante para mí, en esta instancia, es que el Congreso empiece a funcionar, que en este Congreso se empiecen a sancionar las leyes que el Gobierno necesita, y que esas leyes sean el producto del trabajo, del esfuerzo y de la inteligencia puesta por todos aquellos que podemos acompañar, en algunos casos, y que aquellos que no vayan a acompañar puedan expresarse y hacerlo saber.
—José Luis Espert llamó a no pagar impuestos en la provincia de Buenos Aires. El presidente apoyó esa idea. ¿Qué opina usted?
—Yo no estoy de acuerdo. La rebelión fiscal que se puede dar, naturalmente, si la gente decide no pagar impuestos o porque no puede pagarlos. Lo que no puede ser es que sea convocada desde el propio presidente de la Comisión de Presupuesto y mucho menos el presidente de la Nación, porque para el caso no paguemos ningún impuesto entonces.
—Claro, el IVA o Ganancias, que son impuestos nacionales...
—Si mañana no pagas el alumbrado, barrido y limpieza (ABL), no te quejes porque no te levantan la basura. Me parece como muy dogmática la posición [de Espert y Milei]. Son posiciones efectivas desde el punto de vista discursivo, no desde el punto de vista institucional.
—Entran en un tuit pero no sirven para gobernar.
—El Gobierno habla, no sé, de reducir el gasto en 25 puntos del PBI. ¿Y a esa reducción de 25 puntos quién la financia? Los impuestos la financian. Es una cosa bastante contradictoria.
—¿Está de acuerdo, como dice el gobierno, con que a la mayoría del ajuste lo está pagando la política y no la gente?
—Si vos me preguntás si la política, porque le sacaste el auto y el teléfono, o le cortaste algunos negocios, es la que hoy más sufre el ajuste, yo te diría que no. Hoy el ajuste lo sufre la sociedad. La sociedad acompaña el ajuste. Ese 50% acompaña porque cree que al final del camino hay una luz. Ahora, hay un tiempo para ese acompañamiento. La tolerancia al dolor tiene un tiempo. ¿Cuánta tolerancia al dolor tiene la sociedad? Son realmente muy buenos en lo discursivo. Milei dice que las jubilaciones son hoy de US$200. Ajá. ¿Y cuánto aumentaron los precios? Dijo que en el gobierno anterior las jubilaciones eran de US$80. ¿Con estos US$200 compran lo mismo que antes, con US$80? No lo sé, la verdad, no tengo ese cálculo hecho. Lo que digo es peras con peras y manzanas con manzanas. Si no, parece ser que está todo fantástico, pero resulta que a la gente la plata no le alcanza. Lo percibo, lo veo, lo escucho. La sociedad está partida, hay mucha gente, que no es poca, casi el 50%, que está bancando este modelo. Entonces, lo que me pregunto es: che, la tolerancia al dolor, ¿cuánto resiste? ¿Y cuánto tarda el modelo en volverse virtuoso?
JJD