Con el aval tácito de Cristina Fernández de Kirchner, el peronismo dio una señal de apoyo a Lijo para la Corte Suprema
La senadora Lucía Corpacci confirmó que votará a favor porque “los que pueden venir son peores”. José Mayans adelantó que la firma del dictamen es un “gesto” para conversar. El hermetismo de la expresidenta alimenta las sospechas de un acuerdo con la Rosada.
Después de meses de hermetismo, algunos movimientos podrían confirmar que Cristina Kirchner avalará el pliego del juez Ariel Lijo para integrar la Corte Suprema. El más significativo fue el sinceramiento de Lucía Corpacci, senadora catamarqueña muy cercana a la expresidenta, quien admitió que lo apoyará porque “los que pueden venir son peores”.
Si bien Corpacci aclaró que no recibió una “orden” de Cristina y que fue un tema charlado con el gobernador de su provincia, Raúl Jalil, el verticalismo con el que se maneja la expresidenta ante temas de carácter sensible y su cercanía a la catamarqueña, una de sus vices en el PJ, vuelven poco verosímil la posibilidad que no estuviera al tanto de la jugada.
La senadora, en diálogo con El Destape Radio, fundamentó su decisión: “Se intentó acordar la posibilidad de que fuera una mujer, pero eso no se logró y yo había asumido el compromiso de que, si eso no se daba antes de fin de año, yo iba a acompañar el pliego”. También insistió en que no tenía “cuestionamientos” puntuales al pliego de Lijo: “La verdad es que la Justicia está llena de cuestionamientos y gente que llegó que parecía intachable después demostró... La verdad es tan difícil el tema de la Justicia”, y finalmente se excusó: “Hasta podría decirle que algún otro que manden me podría resultar mucho más preocupante”.
Desde Unión por la Patria (UP) son enfáticos en que el dictamen favorable a Lijo no implica un apoyo automático a la candidatura del juez federal. La posición de cada uno de los miembros del bloque se revelará en la votación, cuando el oficialismo necesitará contar con el apoyo de dos tercios del Senado para la aprobación definitiva. Así lo insinuó este mismo martes el jefe de bloque, el formoseño JoséMayans, quien describió a la firma de Corpacci como “un acto de decir que estamos dispuestos a conversar, no están los dos tercios, queremos un acuerdo y poner uno nuestro. Hicimos un gesto”. Lo hizo en la previa de la reunión de bloque con agenda abierta que comenzará a partir de las 18.
Desde el entorno de Cristina ratificaron que por ahora no opinará sobre el tema, aunque tampoco se encargó de negar su apoyo. En ese ejercicio sinuoso, la expresidenta buscará reservar su posición como un arma de negociación hasta que el pliego se debata en el Senado. La firma de la catamarqueña y su posterior confirmación del voto positivo fueron señales contundentes para despejar el camino.
Las sospechas en torno a la posición de UP
Desde el Instituto Patria siempre fueron tajantes en negar la existencia de un canal de diálogo abierto entre Santiago Caputo y Eduardo “Wado” de Pedro. Según recogió elDiarioAR, las versiones de un acercamiento de los hombres de mayor confianza de Javier Milei y Cristina Kirchner alimentaron las sospechas de un pacto cerrado en las más altas esferas de ambos espacios, que incluiría otros temas como una posición del oficialismo reacia al avance del proyecto de Ficha Limpia.
Sin embargo, en el peronismo también circula la idea de que, en caso de que Cristina ceda y apoye el pliego de Lijo, lo hará como una suerte de “control de daños” antes de que Milei designe a él y a García-Mansilla por decreto. En la Rosada ya no esconden que la posibilidad de nombrarlos en comisión está en análisis, aunque también saben que tarde o temprano deberán ser ratificados en el Congreso, donde los 33 senadores de UP podrían ser claves para bloquear las designaciones. El panorama se complejiza aún más para Milei porque el PRO está abiertamente en contra del pliego de Lijo, aunque cerca del Presidente chicanean con que no deberían oponerse ya que está fresco el antecedente de cuando Mauricio Macri decidió nombrar jueces por decreto. En ese contexto, el Gobierno presiona por completar al máximo tribunal antes de fin de año, cuando se concretará la salida del juez Juan Carlos Maqueda.
La mayor intriga, por estas horas, es qué cambió para que Cristina decida habilitar el avance del pliego que ella misma mantuvo congelado. La predisposición a conversar –en palabras de Mayans– resulta también una señal favorable a la nueva composición que tendrá la Corte, responsable -en un futuro no tan lejano- de definir sobre la condena de la expresidenta en la causa Vialidad.
Hasta ahora, el kirchnerismo demostraba su poder con tres exigencias: que los libertarios se olviden del pliego de García-Mansilla, que su reemplazo sea una mujer de perfil más “amigable” al Instituto Patria y la ampliación de la Corte. Luego de la condena de la Cámara de Casación contra Cristina, en el oficialismo se multiplicaron las voces que ven a la expresidenta en una posición de mayor debilidad. Está por verse si el Gobierno cede, al menos en uno de esos tres pedidos, para determinar el alcance de la negociación y si hubo o no un acuerdo entre ambos.
LA/MG
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