La Cámara Federal de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la Ciudad de Buenos Aires le habilitó el camino a Ariel Lijo para que se convierta en miembro de la Corte Suprema: le dio hoy licencia como juez federal para que asuma en el máximo tribunal en comisión, sin tener que renunciar a su cargo.
La designación en comisión dura hasta el fin de las sesiones legislativas de este año, según establece la Constitución Nacional. Después, Lijo deberá dejar la Corte, salvo que el Senado le de antes su aval para quedar como juez definitivo.
La decisión se tomó al término de un acuerdo convocado durante la mañana por el presidente del Tribunal, Mariano Llorens, en la sede del Tribunal de Apelaciones superior en Comodoro Py 2002. Del acuerdo participaron los jueces Llorens, Roberto Boico, Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi, Eduardo Farah y Martín Irurzun.
A media mañana se recibió el pedido formal de licencia del magistrado titular del Juzgado Federal 4, quien había solicitado “la concesión de licencia extraordinaria sin goce de haberes para asumir como ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en virtud de la designación en los términos del artículo 99, incs 4 y 19 de la Constitución Nacional, efectuada por decreto del Poder Ejecutivo Nacional N 137/2025”.
Luego de haber deliberado, los camaristas acordaron por unanimidad “hacer lugar a la petición”, remitir copia de su decisión a la Corte Suprema y comunicarla al Consejo de la Magistratura. Ahora la última palabra la tendrá la Corte en relación a si acepta tomar juramento al juez mediante uso de licencia, lo cual le permitiría regresar a su juzgado si, vencido el plazo, no se le da el acuerdo necesario en el Senado.
Lijo fue designado hoy en la Corte Suprema a través del decreto de Javier Milei 137/2025, que fue publicado hoy en el Boletín Oficial. También el catedrático conservador Manuel García-Mansilla fue nombrado por el Presidente vía decreto.
El Gobierno justificó su medida en el artículo 99 de la Constitiución Nacional, pero el modus operandi ya despertó fuertes críticas en la oposición, tanto desde el peronismo como del PRO. La jugada del oficialismo se vislumbra temeraria, porque ahora los libertarios deberían conseguir una mayoría de dos tercios en el Senado para su nombramiento definitivo, y esa llave la tiene el bloque de Unión por la Patria, pero también del macrismo y la UCR.
MC