“Basta de fuego amigo”, fue la frase que sonó, repetida, en la sobremesa de la residencia presidencial de Chapadmalal: la mesa la encabezaban Alberto Fernández y Axel Kicillof, y se completaba con unos cuarenta dirigentes, la mayoría hombres, ministros, ministras y sobre todo intendentes bonaerenses. Operó como apertura del año electoral en el que el peronismo, hasta ahora vestido con la marca Frente de Todos (FdT), enfrentará un desafío en todas las líneas y con panoramas, en muchos casos, poco prometedores.
Aunque fue genérica, el pedido de apagar el fuego amigo pareció destinado al episodio que había ocurrido un rato antes, en Mar del Plata, delante de Fernández. La ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, cruzó a la titular del ANSeS Fernanda Raverta durante el acto donde se anunció una ampliación de la AUH y el inicio de la obra de refacción del ex palacio Unzué. Raverta, funcionaria camporista, había hecho un discurso de varios minutos en los que mixturó elogios a “nuestra querida vicepresidenta Cristina”, menciones a Néstor y Alicia Kirchner, y referencias los gobiernos kirchnerismo pero sin mencionar al presidente.
Tolosa Paz, en una respuesta pública, enfocó su discurso hacia Fernández: dijo que las medidas fueron “decisiones políticas” del presidente y lo nombró varias veces en una repetición que pareció destinada a visibilizar la omisión de Raverta que había hablado del rol del Estado y de medidas públicas pero omitió que, según insistió luego Tolosa Paz, respondían a una determinación política que había tomado Fernández. “Es un día muy simbólico -dijo la ministra de Desarrollo Social- puede parecer una medida pequeña. Pero esta cobertura de la AUH, que rige desde el 2009, se amplía por la decisión política que toma usted presidente”.
La omisión de Raverta generó malestar en el Gobierno y fue tema de conversación entre los intendentes que viajaron desde distintos puntos del país hacia Mar del Plata para participar del acto. Gabriel Katopodis, usualmente conciliador, colóuna línea crítica: apuntó que la obra de restauración había sido una indicación presidencial, al igual que otras obras en el distrito, entre los que mencionó la restauración del complejo de Chapadmalal, que “estuvo cerrado durante quince años” y “hoy está abierto para los que menos tienen”. Una década y media atrás, iniciaba el primer mandato de Cristina Kirchner. “Este proyecto político está de pie”, terminó su discurso Katopodis.
“Fue una irrespetuosa”, dijo un participante del acto y lo atribuyó a la postura que expresa La Cámpora. De hecho, según se contó, Tolosa Paz invitó a su par bonaerense, Andrés “Cuervo” Larroque, pero este tampoco fue. Se traduce como una señal en carne viva de la tensión de agrupación que conduce Máximo con el presidente. “Si van a hacer eso, si está tan molesta que deje su cargo y listo”, apuntó un funcionario en diálogo con elDiarioAR.
En la sobremesa recordaban, incluso, una discusión que tuvieron Eduardo “Wado” De Pedro con Tolosa Paz luego de que la funcionaria dijera en una radio que los ministros debían reflexionar y decidir si estaban “adentro o afuera” del Gobierno. Luego de esa declaración, el ministro la fue a ver para plantearle si la frase le estaba dirigida. Este viernes, el intendente de Villa Gesell, Gustavo Barrera tiene agenda con ambos: De Pedro, que empezará una recorrida por la Costa, y Tolosa Paz, que se quedó luego del acto en Mar del Plata.
Fue tal la tensión entre Raverta y los demás funcionarios que la dirigente no participó del almuerzo en la residencia de Chapadmalal que Fernández, junto a Axel Kicillof, tuvieron con intendentes y funcionarios, entre ellos Juan Manzur, Daniel Scioli, Santiago Cafiero, Tolosa Paz y Katopodis. La cita estaba pautada desde la semana pasada, convocada desde Casa Rosada, pero cuando el Presidente supo que Kicillof estaba en al residencia que el gobernador tiene en Chapadmalal, lo invitó a sumarse. Hubo, de hecho, intendentes que en la constelación cristinista tienen terminales directa con Kicillof.
Uno, el más explícito, Mario Secco de Ensenada. “Todos los que estamos acá estamos trabajando para la reelección de Axel. No hay otro candidato”, dijo, postura que reforzó a su turno Juan José Mussi, de Berazategui. Con matices, ese grupo -al que se suman Andrés Watson de Florencio Varela, y el diputado Julio Pereyra, jefe político del distrito- busca referencias propias porque no se siente contenido por Martín Insaurralde, una especie de primus inter pares del conurbano sur. Insaurralde, aliado táctico de Máximo Kirchner, aparece como un potencial competidor de Kicillof. En la mesa grande de Chapadmalal, sin embargo, ninguno de los presentes refutó la consigna que gritó Secco.
Lucas Ghi, de Morón, aportó una mirada más integral: planteó que el Frente de Todos (FdT) debe refozar la autonomía tanto Kicillof como de Fernández para que los dos decidan, en el momento oportuno, lo que creen que es lo mejor, sobre ser candidatos o no. “Tenemos que fortalecer al Frente de Todos”, apuntó el moronense.
La coincidencia entre Fernández y Kicillof continúa una línea que se registró en estas semanas a raíz de las negociaciones sobre el fallo cortesano que obliga a otorgarle fondos extra a CABA y el planteo para iniciarle juicio político a los integrantes de la Corte Suprema. En esa etapa, hubo diálogo fluido entre el presidente y el gobernador que aparece, al menos por el momento, como el “interlocutor” entre Fernández y el ecosistema cristinista. El diálogo entre los Fernández es casi nulo y no hubo, a pesar de un mensaje que en su momento le envió Máximo Kirchner al presidente luego de su episodio de salud en Bali, reapertura de esa comunicación.
De internas y disputas
Fernández abrió el juego a todos los presentes y escuchó los planteos. Tuvo, luego, referencias al crecimiento de la economía y trasmitió, casi en todo de campaña, optimismo por la evolución de indicadores como la industria y el empleo, y una baja, lenta pero tendencial, de la inflación. Hizo, además, una defensa cerrada de Sergio Massa, el ministro de Economía, que este viernes estará con anuncios para el campo en Córdoba.
Fue Julio Zamora, el intendente de Tigre, quien hizo una referencia a la cuestión económica que se leyó como una metralla sobre Massa: “Con el dólar soja le dimos al campo, lo que recaudamos con el impuesto a la Riqueza”. Fernández hizo una defensa de esa medida de su ministro de Economía como un recurso para resolver la fragilidad en materia de reservas.
Bajó, luego, otra señal respecto a un tema que interesa a muchos dirigentes, entre ellos a Zamora: reforzó la posición de que habrá garantía de primarias, en igualdad de condiciones, para todos los candidatos que quieran competir. El intendente de Tigre es un caso atípico: gobierna el distrito pero está distanciado de Massa y Malena Galmarini, compañera del ministro, ha planteado sus intenciones de competir por la intendencia de Tigre. Es una regla que, hasta acá, parece clara: se habilitarán las primarias a nivel local, sin importar si el intendente es o no del FdT.
Fernández trasmitió, además, la posición de que será el vocero de su propia gestión y expresó, en modo Scioli, optimismo sobre una mejora que le permitirá al gobierno ser competitivo este año. “Alberto sabe que es un año corto y decidió empezarlo con todo: con Lula en Brasil y el anuncio del juicio político a la Corte y seguirá con anuncios y medidas”, apunta una fuente oficial.
Kicillof, que no participó del acto en Mar del Plata pero recibió a Fernández, tuvo después un tono de más alarma: “vienen por todos”, dijo con un tono de advertencia dirigido, quizá, a los que presumen que la decisión de Cristina Kirchner de bajarse de las listas del 2023 supone el fin de la crisis entre el peronismo y la Justicia.
PI