Los tucumanos no salían de su asombro. El centro de la capital provincial que el domingo bailó al ritmo de Los Palmeras y que este lunes amaneció vallado terminó convirtiéndose en un escenario militarizado con un despliegue policial pocas veces visto. Sin vestigios de lo que fue la fiesta popular del día anterior, Javier Milei encabezó esta medianoche la firma de su Pacto de Mayo rodeado de los 18 gobernadores que aceptaron ser parte de esta puesta en escena para estampar su firmar “bajo la mirada del Eterno”, tal establece el texto del acuerdo.
“Nos enfrentamos a problemas de proporciones bíblicas. Bajar drásticamente el peso del Estado en nuestra economía es nuestra misión más importante y más difícil”, dijo el Presidente pasada la medianoche, luego de asegurar que “Argentina se encuentra entre un punto de inflexión” y tras haber firmado el Pacto .
De los ex presidentes, sólo dieron el sí Mauricio Macri y el Adolfo Rodríguez Saá, el mandatario de los siete días del 2001.
Pasadas las 23, el Presidente llegó a la provincia de Tucumán donde los esperaban los gobernadores y su gabinete. La gran ausente fue su vice, Victoria Villarruel. Una gripe cayó justo para justificar el faltazo y alimentar los siempre presentes rumores de tensiones entre los socios de La Libertad Avanza.
Sí estuvo, como siempre, su hermana Karina, la secretaria General de la Presidencia, la única que lo acompañó en todo momento, y que no tuvo que esperar a la intemperie el inicio de la transmisión como sí lo hicieron el resto de los invitados, incluido el ex senador Esteban Bullrich quien protagonizó el único momento emotivo de la noche.
Milei llegó a la firma de este pacto luego de meses de negociación y tras haber entendido que la falta de esas negociaciones fue la que terminó haciendo que su Pacto de Mayo se firme en julio.
“La Argentina se encuentra ante un punto de inflexión. Los puntos de quiebre en la historia de una Nación no son momentos de paz y tranquilidad, son momentos de dificultad y conflicto, donde todo parece cuesta arriba. Son momentos en los que el abismo se hace tan claro que el cambio se convierte en una obligación y una urgencia”, dijo Milei en otro de los tramos de su discurso.
Además del dueño de casa, Osvaldo Jaldo, quien en un rápido giro mostró su alineación al nuevo gobierno, los primeros gobernadores en llegar durante la siesta tucumana fueron los cuyanos Alfredo Cornejo, de Mendoza; Marcelo Orrego, de San Juan; y Claudio Poggi, de San Luis. A ellos se le sumaron los representantes provinciales del PRO y la UCR: Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Jorge Macri (Ciudad de Buenos Aires), Gustavo Valdés (Corrientes), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Alfredo Cornejo (Mendoza), Ignacio Torres (Chubut), Carlos Sadir (Jujuy) y Leandro Zdero (Chaco). A estos se sumaría el otro grupo de “independientes” integrado por Rolando Figueroa (Neuquén), Hugo Passalacqua (Misiones), Alberto Weretilneck (Río Negro) y Claudio Vidal (Santa Cruz). También estuvieron presentes Raúl Jalil (Catamarca), Gustavo Sáenz (Salta), de Martín Llaryora (Córdoba) y el santiagueño Gerardo Zamora, en duda hasta último momento. Los ausentes fueron Ricardo Quintela (La Rioja), Axel Kicillof (Buenos Aires), Sergio Ziliotto (La Pampa), Gildo Insfrán (Formosa) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego).
El acto consistió en la transmisión por cadena nacional que comenzó pocos minutos antes de la medianoche con el Himno Nacional. Solo entonces se vio aparecer al Presidente quien hasta entonces permanecía dentro de la Casa Histórica. Afuera, ya llevaban más de una hora de espera en una noche helada los invitados. En la vereda, en una fila de sillas pegadas a la pared de la Casa, los gobernadores, sobre la calle, junto al cordón, el gabinete y el resto de los invitados.
Allí se pudo ver frío cruce entre la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich y el ex presidente Macri, enfrentados por la conducción del PRO.
Pasada la medianoche, lo que sonó fue la Marcha de San Lorenzo. A ese ritmo, los gobernadores fueron pasando de a uno hacia el interior de la Casa Histórica para la firma del Pacto. De los 18, Gerardo Zamora fue el único que no abrazó al Presidente, mientras que Maximiliano Pullaro dio la nota por no respetar el dress code pedido desde presidencia de usar un traje oscuro.
Con un discurso conciliador, esta vez el Presidente agradeció por el gesto a los presentes –a muchos de los cuales no había tenido reparos en acusarlos de ser parte de la “casta”– y calificó su firma del Pacto como “un acto de grandeza y amor a la patria”. Y si bien aseguró que los ausentes decidieron no estar por que “defienden sus privilegios”, quiso tender un puente a futuro al asegurar “no miramos para atrás, no tenemos rencores”, y les prometió darles la “bienvenida con los brazos abiertos” si deciden sumarse.
“Creemos que el desafío que enfrenta la Argentina hoy es demasiado grande y la promesa de un futuro mejor demasiado valiosa como para permitir que mezquindades o trifulcas del pasado nublen este camino. No obstante, hay muchos dirigentes políticos, sociales y sindicales que no están aquí para suscribir esta acta fundamental; en algunos casos porque sus anteojeras ideológicas los hacen desconocer la raíz del fracaso argentino, en otros casos por miedo o vergüenza de haber persistido en el error por tanto tiempo”, dijo sobre los cinco gobernadores ausentes.
También se dejó un espacio para prometer un futuro sin inflación: “Les prometo que vamos a vivir en un país sin inflación por el resto de nuestros días. Vivimos bajo un régimen inflacionario hace tantos años que nos hemos acostumbrado. Es vivir en la cárcel del eterno presente”.
En una coreografía planificada al detalle (aunque con muchas dificultades e interrupciones en la ejecución) desentonó la dificultad del Presidente para leer un discurso que volvió sobre sus temas preferidos, una Argentina próspera que según él existió en la época de los “padres fundadores”, la necesidad de terminar el déficit fiscal –al que calificó como “el huevo de la serpiente”– y varias menciones a bíblicas, como cuando señaló que fue Dios quien “bendijo a nuestra tierra con recursos naturales” que es necesario explotar pero que “organizaciones financiadas por millonarios extranjeros” se empecinan en proteger. Al igual que el acto del Pacto, terminó mencionando a las fuerzas del cielo y cerró con su “Viva la libertad carajo”.
Los puntos del Pacto
1. La inviolabilidad de la propiedad privada.
2. El equilibrio fiscal innegociable.
3. La reducción del gasto público a niveles históricos, en torno al 25% del Producto Bruto Interno.
4. Una educación inicial, primaria y secundaria útil y moderna, con alfabetización plena y sin abandono escolar.
5. Una reforma tributaria que reduzca la presión impositiva, simplifique la vida de los argentinos promueva el comercio.
6. La rediscusión de la coparticipación federal de impuestos para terminar para siempre con el modelo extorsivo actual que padecen las provincias.
7. El compromiso de las provincias argentinas de avanzar en la explotación de los recursos naturales del país.
8. Una reforma laboral moderna que promueva el trabajo formal.
9. Una reforma previsional que le dé sostenibilidad al sistema y respete a quienes aportaron.
10. La apertura al comercio internacional, de manera que la Argentina vuelva a ser protagonista del mercado global.
David Correa desde Tucumán.