Las principales ciudades del país vivieron un arranque del día similar a un domingo o feriado debido a la poca actividad provocada por la segunda huelga convocada a nivel nacional por la Confederación General del Trabajo (CGT) y distintas centrales sindicales en contra del programa económico y las reformas políticas y laborales impulsadas por el presidente Javier Milei en los casi cinco meses que lleva de gestión.
“En mi barrio parecía una época de pandemia”, comentó Alejandro, que vive en la localidad bonaerense de San Martín y comparó el poco movimiento callejero en la zona con lo vivido en 2020, cuando las restricciones a la movilidad decretadas en aquel entonces por la administración de Alberto Fernández impedía la circulación de vehículos y personas para no propagara el Covid-19.
El microcentro de Buenos Aires también lució desierto debido a que los bancos y financieras cerraron sus puertas. Solo algunos comercios, principalmente de ropa y kioscos, abrieron pensando en el recorrido de los turistas extranjeros por la zona. “Apenas se escucha el grito de ‘compro dólares, euros y reales’ de los ´arbolitos’”, bromeó Miriam, vendedora ambulante en la peatonal Florida, en declaraciones a elDiarioAR. Ante la falta de transporte público, llegó hasta allí cargada con bufandas, medias y camisetas de fútbol caminando desde el barrio de San Nicolás, donde vive con su familia.
En el barrio de Caballito, Roberto abrió su verdulería pese al paro. Las frutas y verduras, sin embargo, son de ayer porque no fue a comprar productos al Mercado Central. “Estoy a favor del paro, pero necesito trabajar”, dijo a elDiarioAR. A su local habían ingresado hasta el mediodía muchos menos clientes que un día de actividad normal, indicó, y un panorama similar se veía en un hipermercado situado justo enfrente, que puntualmente abrió a las 8 pero con solo dos cajeras trabajando.
“Soy docente universitaria y adhiero al paro porque estoy en contra del recorte en el presupuesto en la educación y los bajos salarios que cobramos”, dijo a elDiarioAR Marcela, profesora en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
“Nada que ver con un día normal. Hoy entraron menos personas a comprar. Ni siquiera es comparable con un sábado”, expresó María, vendedora en un comercio de ropa deportiva en la avenida Rivadavia, en el barrio de Flores.
El transporte fue la clave
“Milei, pará la mano. La patria no se vende”, fue una de las consignas de la CGT, la CTA Autónoma y la CTA de los Trabajadores al convocar a una huelga que tuvo una gran adhesión, especialmente apoyada en la casi completa inactividad del transporte público de pasajeros en todo el país.
En las principales ciudades se vivió un panorama similar a un día domingo o feriado, con algunas pocas fábricas y comercios abiertos, pero con los bancos y las escuelas y universidades públicas cerradas. En los establecimientos educativos privados, si bien estuvieron abiertos, una gran cantidad de docentes y alumnos no concurrieron debido a que la medida de protesta paralizó el servicio de trenes, colectivos, subterráneos y ómnibus de media y larga distancia. Tampoco hubo actividad aérea en el Aeroparque Jorge Newbery, mientras que en el aeropuerto de Ezeiza únicamente operaron las empresas Flybondi y American Airlines. Según el Gobierno nacional, el paro nacional dejó sin transporte a más de 6,5 millones de trabajadores y ocasionó la suspensión de más de 700 vuelos programados para este jueves.
Ana tenía previsto viajar hoy con su hija adolescente hacia la Patagonia, pero su vuelo fue reprogramado para mañana. “Si bien me complicó un poco el panorama, entiendo el paro”, dijo a elDiarioAR.
En el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde habitan unas 14 millones de personas, solo recorrieron las calles los colectivos de la empresa Dota y en su mayoría, con pocos pasajeros en su interior. “Las 70 líneas nuestras están trabajando”, dijo Marcelo Pasciuto, director de la compañía, en declaraciones a radio Mitre.
El gobierno porteño, por medio del ministro de Seguridad, Waldo Wolff, informó que se recibieron dos denuncias por destrozos provocados a vehículos de Dota. “Hacen parar a los piedrazos”, dijo el funcionario en sus redes sociales.
Por su parte, en los hospitales públicos y las clínicas privadas las guardias de urgencias no se vieron afectadas, pero sí la atención cotidiana de pacientes con turnos previos. En las oficinas y reparticiones estatales, algunos pocos trabajadores concurrieron a sus puestos laborales pero la gran mayoría lo hizo desde sus casas.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, ratificó hoy que el Gobierno descontará el día laboral a los estatales que adhirieron a la medida de fuerza. Pese a eso, el secretario general de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), Rodolfo Aguiar, indicó que la huelga tuvo en su gremio “una adhesión del 97%” en el ámbito de la Administración Pública Nacional, que abarca a provincias y municipios. En los Tribunales, los despachos y pasillos lucieron despoblados; al igual que en las reparticiones gubernamentales, algunos funcionarios concurrieron, pero no lo hicieron los empleados.
“Yo no paro. Viva la libertad, carajo”, escribió el presidente Milei en su cuenta de Instagram. Allí, el jefe de Estado acompañó el mensaje con una foto editada en la que se lo ve con una remera azul que lleva la leyenda: “Yo no paro”. La imagen corresponde a una reunión que días atrás tuvo en Estados Unidos con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el secretario de Transporte, Franco Mogetta, estuvieron esta mañana en la estación de Constitución, en Buenos Aires. Allí expresaron a la prensa que el 40% del parque automotor de colectivos salió a las calles y que el Gobierno nacional descontará el día, por medio de las empresas, a los choferes que sí pararon. “No hay acatamiento. Es el paro de la debilidad”, aseguró Bullrich, quien pidió a los argentinos que salieran “a trabajar” en sus autos, bicicletas y motos “porque el país lo necesita”. Antes de hacer declaraciones a los periodistas, por medio de su cuenta en la red social X, Bullrich criticó los destrozos cometidos en perjuicio de algunos colectivos. “¡Arrancó la mafia!”, escribió, y pidió a los usuarios que denuncien cualquier tipo de agresión o intimidación a la línea telefónica 134. El vocero Adorni indicó hoy, en su habitual conferencia de prensa matutina, que hasta las 11 horas se habían recibido 1932 denuncias de extorsiones. El funcionario indicó que el protocolo “antipiquetes” está vigente y que las fuerzas de seguridad tienen la orden de actuar “cuando sea necesario”. Al respecto, comentó que “fuerzas de choque” de camioneros“ fueron dispersadas en las puertas de fábricas situadas en las localidades de General Pacheco, San Lorenzo y San Martín cuando, dijo, impedían el ingreso de trabajadores a sus lugares de trabajo. ”Es un paro netamente político que le complica la vida a muchísima gente. Qué difícil medir el acatamiento cuando juegan con el miedo a través del amedrentamiento“, agregó Adorni.
El escenario de ajuste que impulsó el paro
Si bien la CGT y las dos CTA no convocaron a los trabajadores a movilizarse durante la jornada, en Neuquén y Córdoba distintas organizaciones sindicales y sociales decidieron hacerlo.
Las centrales obreras, por su parte, difundieron en sus redes sociales imágenes de las ciudades vacías. En el caso de Buenos Aires, la tradicional Plaza de Mayo y la avenida 9 de Julio, por ejemplo, lucieron casi desiertas en varios momentos de la mañana.
“El paro es un mensaje para el Gobierno y para los senadores que tienen que tratar la ley Bases en los próximos días”, expresó este miércoles Pablo Moyano, secretario general adjunto del sindicato de Camioneros y uno de los tres co-secretarios generales de la CGT, al referirse al motivo de la huelga nacional llevada a cabo hoy, que a diferencia de la convocada por la central obrera en enero pasado, esta vez fue por 24 horas y sin una movilización callejera que la respaldara.
Los principales dirigentes de la CGT, la CTA Autónoma y la CTA de los Trabajadores, que también adhirieron al paro, indicaron por medio de un comunicado que la medida de fuerza fue decidida en rechazo al “ajuste brutal” puesto en marcha por Milei desde que llegó a la presidencia, el 10 de diciembre pasado, y que recae principalmente, indicaron, sobre los sectores de menores ingresos, las clases medias asalariadas, jubilados y pensionados.
Las tres centrales gremiales enumeraron una serie de estadísticas negativas bajo la gestión presidencial de Milei: “Un 31% de caída real en las partidas presupuestarias de jubilaciones y pensiones, un 87% en obras públicas, un 39% en subsidios al transporte, un 76% en transferencias a las provincias, un 18% en recorte a las universidades y un 13% en programas sociales; son solo algunos de los indicadores que ponen en evidencia que el ajuste no lo paga la casta; sino que recae sobre los sectores más vulnerables”, destacaron.
Pocas horas antes de comenzar la huelga, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) difundió una caída interanual del 21,2% en los 16 rubros que componen la producción industrial durante el mes de marzo, una cifra que representa el peor resultado desde la pandemia de Covid-19.
En materia salarial, la remuneración de los trabajadores registrados en el sector privado cayó un 11,3% en los primeros tres meses del gobierno de Milei, mientras que la baja fue de 20,6% en los haberes de quienes trabajan en los diferentes estamentos del Estado. Además, sólo entre diciembre y enero se habían perdido más de 70.000 puestos de trabajo.
A finales de la semana pasada, el Gobierno fijó el Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) a partir de mayo en 234.000 pesos, pese a que la CGT y las dos CTA habían reclamado que la cifra llegara a 377.000 pesos para superar los ingresos necesarios que impiden no caer en la indigencia. El investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA - Autónoma, Luis Campos, destacó que, en comparación con noviembre de 2023, el SMVM perdió casi un 28% en términos reales. “Contra diciembre de 2019 está un 37% abajo y contra diciembre de 2011 retrocedió un 58,5%. Si se hubiera actualizado por inflación desde 2011 hoy estaría en 564.230 pesos por mes”, comparó en un hilo en su cuenta personal en X. Actualmente, agregó Campos, el SMVM se encuentra en los niveles más bajos de los últimos 20 años, apenas por encima de 2002 y 2003. “La decisión del Gobierno de deteriorar aún más el SMVM es coherente con su mirada general del sistema de relaciones laborales: es una distorsión a ser removida. No hay por qué impedir que un trabajador venda su fuerza de trabajo por un precio menor si así lo desea. El problema de fondo es que en esta concepción económica no hay límite al ajuste a la baja”, evaluó Campos.
En los primeros tres meses completos del gobierno de Milei (enero, febrero y marzo último), la inflación acumulada fue del 51,6%, según las estadísticas oficiales del INDEC, una cifra empujada principalmente por el incremento de los servicios públicos y alimentos. La inflación de marzo, el último registro oficial hasta el momento, fue del 11%, lo que marcó una continuidad de la desaceleración de los incrementos de precios tras el 25,5% registrado en diciembre de 2023.
“La gente está re podrida de la inflación, de los aumentos. Va a ser un paro impresionante”, advirtió Pablo Moyano en declaraciones a la radio Futurock. El dirigente camionero, además, dejó abierta la posibilidad de que la CGT convoque a una movilización cuando los senadores debatan en el recinto el proyecto de Ley Bases que tuvo media sanción en Diputados. Por su parte, Rubén “Pollo” Sobrero, referente sindical de la Unión Ferroviaria, declaró al canal Todo Noticias (TN) que “si no hay respuesta con este paro de 24 horas” por parte del Gobierno, el sindicalismo debería encarar un paro de 36 horas de duración.
El proyecto de ley Bases aprobado por la Cámara de Diputados contempla una suerte de reforma laboral que incluye, entre otras medidas la extensión del período de prueba de hasta un año para los nuevos trabajadores, la derogación de las multas para las empresas que tengan empleados no registrados, la implementación de un fondo de cese laboral optativo que reemplaza a las indemnizaciones, una serie de privatizaciones de empresas públicas que derivarían en despidos masivos y la restitución del Impuesto a las Ganancias en la cuarta categoría, que establece el mínimo no imponible en 1.800.000 pesos para trabajadores solteros y 2.200.000 pesos para casados con hijos.
La huelga llevada a cabo hoy es la número 44 desde el retorno de la democracia en 1983, indicó en un informe Marcelo Bermolén, director del Observatorio de la Calidad Institucional (OCI) y profesor de la Escuela de Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Austral. Del total de paros generales, 28 de ellos “se concentraron en cuatro presidentes no peronistas: Raúl Alfonsín, Fernando de la Rúa, Mauricio Macri y Milei”. En el caso del actual presidente, analizó Bermolen, hasta ahora “ostenta el peor récord al tener un promedio de un paro cada 75,5 días de gobierno, desplazando a De La Rúa, que llevaba la peor marca, al recibir en promedio un paro cada 92 días.
GT/MG