Javier Milei se anotó este viernes, 54 días después de haber tomado el poder en la Argentina, su primer triunfo político: la Cámara de Diputados aprobó en general y por amplio margen el proyecto de ley ómnibus titulado “Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos”, del que se destacan los superpoderes que se le otorgan para tomar decisiones sin pasar por el Congreso y el permiso para que 29 empresas del Estado sean vendidas. El tablero finalizó con 144 votos afirmativos y 109 negativos.
De todas maneras, aun falta la votación del extenso articulado, trámite que fue postergado para el martes, cuando volverá a abrirse el recinto para continuar la sesión, que empezó el miércoles a las 10.30 y siguió el jueves y el viernes. Es la reunión del pleno más larga que se recuerde en la historia reciente.
La votación del articulado, como se explicó en esta nota, es un trámite largo y engorroso. El oficialismo y los bloques que lo ayudaron a aprobar en general el proyecto aún deben superar diferencias sobre algunos puntos, como las privatizaciones, el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Anses y el Impuesto PAIS, que los dialoguistas piden que sea coparticipable, lo que es rechazado por el Gobierno nacional.
También habrá que ver qué apoyos reúnen, por ejemplo, las modificaciones a la ley de Glaciares, sostenidas por el lobby minero y la reforma de los organismos públicos de cultura.
La sesión de Diputados, entonces, pasó a un cuarto intermedio luego de más de 30 horas de debate en tres jornadas, en las que expusieron unos 200 oradores. Recién una vez que se concluya con la votación artículo por artículo el proyecto habrá obtenido formalmente la media sanción para que Diputados le gire el texto al Senado, que también debe realizar y concluir un proceso similar para que sea ley.
El oficialismo avanzó gracias al apoyo de sus aliados, los macristas, los radicales y Pichetto
El megaproyecto fue muy discutido y no es el mismo que la Casa Rosada le envió al presidente de la Cámara baja, Martín Menem, el 27 de diciembre: tenía 664 artículos y terminó con 386, es decir una reducción del 40% de su volumen original. Esto es porque, entre otras decenas de medidas resistidas por la oposición, se le retiraron las reformas electorales y todo el paquete fiscal, tal como anunció el ministro de Economía, Luis Caputo, que argumentó que de esa manera se facilitaba la aprobación del resto del frondoso texto.
La aprobación de la ley ómnibus de Milei sólo fue posible gracias al acompañamiento de buena parte de la oposición: el PRO, que es el bloque aliado de La Libertad Avanza (LLA); la UCR (salvo los bonaerenses Facundo Manes y Pablo Juliano, que votaron en contra); Hacemos Coalición Federal, el bloque variopinto que preside Miguel Pichetto (con las excepciones de Margarita Stolbizer, los socialistas santafesinos Mónica Fein y Esteban Paulón y la peronista cordobesa Natalia De la Sota), y una veintena de diputados de espacios provinciales.
LLA es una fuerza muy joven, que en Diputados tiene apenas 38 bancas, es decir el 15% del total. La ley Bases, sin embargo, fue aprobada en general por el 56% de los integrantes del cuerpo. El politólogo Javier Cachés señaló que “todos los presidentes desde 1983 consiguieron aprobar en sus primeros meses el núcleo de su programa legislativo” y que “no hay puntos de veto para un presidente popular, por más minoritario que sea en el Congreso”. Advirtió, sin embargo, que “cuando caiga Milei en la opinión pública comenzará otra historia”.
En las horas previas a la votación se realizaron concesiones porque la oposición dialoguista condicionó su apoyo a realizar modificaciones: se retiró definitivamente el superpoder presidencial específico sobre el tema fiscal y se flexibilizó el proceso de privatización de empresas públicas. Respecto de este último punto, se dividió en grupos al bloque de las empresas públicas sujetas a privatización que figuraba en el proyecto original, para que los aliados puedan tener la libertad de acompañar algunas y rechazar otras en la votación en particular.
Cierres chicaneros
Los últimos discursos de los debates son los de los jefes de bloque y, como es tradición en el Parlamento argentino, el último de ellos fue el del sanluiseño Oscar Zago, presidente del bloque LLA, quien con vehemencia rechazó las críticas de la oposición contra el gobierno de Milei y destacó que con esta ley se comenzará a “reconstruir la Argentina”.
También cuestionó al gobierno del ya inexistente Frente de Todos y al presidente de esa gestión (2019-2023), Alberto Fernández, al señalar que “está en España divirtiéndose con la plata que se afanó”.
Germán Martínez, quien lo antecedió en la palabra, dijo que la ley ómnibus será “criminal” en muchos aspectos para la vida de los argentinos y les lanzó a los oficialistas: “Están perdiendo este debate en la sociedad y no se trata de encuestas sino de ver qué estamos discutiendo acá”. “La sociedad no está pidiendo un Milei superpoderoso”, sumó.
Pichetto, antes, dijo que “acá hay tres temas importantes: la emergencia económica, la delegación y el proceso de privatización” y que también “hay multiplicidad de temas que interesan a sectores”, que “se reforma el Código Civil y no se llama a ninguna comisión de juristas”, porque “hay un desprecio por los abogados”. Aludía, probablemente, al economista Federico Sturzenegger, quien no tiene ningún cargo formal en el gobierno de Milei y a quien, sin embargo, se le atribuye la autoría del proyecto Bases. Pichetto tiene un particular encono contra Sturzenegger, funcionario de los gobiernos de Mauricio Macri y Fernando de la Rúa, y contra Luis Caputo.
A su turno, el presidente del bloque PRO, Cristian Ritondo, dijo que los macristas no son “gobierno ni cogobierno”, pese a que votarán todo el articulado a favor y a que el expresidente Macri pidió fervorosamente apoyarla. “Venimos con la responsabilidad de darle al Gobierno una caja de herramientas para resolver lo que dejaron los populismos berretas”, dijo Ritondo.
Minutos antes, el presidente del bloque UCR Rodrigo De Loredo, afirmó que los diputados radicales le darían al Gobierno “todas las herramientas mínimas, justas y necesarias para que puedan llevar adelante” su gestión aunque seguirán “custodiando los temas que pongan en riesgo la salud republicana de la Argentina”.
Milei los apretó y después les agradeció
Minutos antes de la votación, Milei había lanzado en Twitter (X) una dura advertencia contra los diputados: “Durante meses nos acusaron de antidemocráticos porque expusimos a una casta política que sólo vela por sus propios intereses. Tienen hoy la oportunidad de demostrar de qué lado de la Historia quieren estar” (sic), posteó al compartir un comunicado de la Oficina del Presidente reclamando a los legisladores que aprobarán el proyecto de inmediato.
Tras la aprobación, posteó una foto con el resultado de la votación y su clásico eslogan en mayúscula: “Viva la libertad, carajo”.
A su vez, la cuenta de la Oficina del Presidente difundió otro comunicado celebrando el voto positivo y agradeciendo “especialmente la colaboración de los señores diputados y jefes de sus respectivos bloques Cristian Ritondo, Miguel Ángel Pichetto y Rodrigo de Loredo”. “A pesar de nuestras diferencias, han contribuido para que la ley avance”, dice el comunicado.
A continuación, el Gobierno también pidió el voto favorable para el articulado. “La historia recordará con honor a todos aquellos que comprendieron el contexto histórico y eligieron terminar con los privilegios de la casta y la república corporativa, en favor del pueblo, que ha sido empobrecido y hambreado durante años por la clase política. Esperamos contar con la misma grandeza el día de la votación de la ley en particular, para avanzar al Senado y copmenzar a devolverle la dignidad al pueblo argentino. El único camino viable para nuestra Patria es el de la libertad, el trabajo y el orden”, dice el comunicado oficial.
Afuera del Congreso, represión
El jueves, en el segundo día de la sesión, las fuerzas de seguridad avanzaron con camiones hidrantes, balas de goma y gas pimienta para hacer retroceder a los manifestantes que se expresaban en la plaza del Congreso en contra de la propuesta del Ejecutivo. El protocolo comandado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, dejó una veintena de heridos, entre manifestantes y trabajadores de prensa. Sin embargo, en declaraciones públicas la funcionaria consideró que “no hubo ningún incidente grave” y remarcó que su gestión seguirá “manteniendo el orden público”.
En el inicio de la tercera jornada, varios diputados de la oposición repudiaron el accionar de las fuerzas de seguridad, mientras que el operativo fue defenido por representantes del partido libertario.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, destacó en su conferencia de prensa habitual “la titánica tarea” de las fuerzas de seguridad en el día de ayer. Informó que hubo ocho detenidos por los incidentes, y afirmó que quien “viole la ley será castigado”.
JJD