Durante su presentación en la Comisión de Presupuesto y Hacienda, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, anunció que el aumento del 19% en el presupuesto para 2025 que recibirá el área a su cargo será utilizado en la renovación y adquisición de equipamiento que considera clave para las fuerzas federales. “Los recursos los vamos a emplear en lo que llamamos la secuencia que necesita una fuerza de seguridad: camionetas, patrulleros, motos, chalecos antibalas, pistolas o armamento”, explicó la ministra.
La funcionaria de Javier Milei fue a defender el aumento del 19% en las partidas para el Ministerio de Seguridad que figura en el proyecto de Presupuesto 2025, que se debate en comisión en la Cámara de Diputados, y en ese marco destacó que uno de los problemas más serios que enfrenta su ministerio es la falta de helicópteros operativos para interceptar vuelos ilegales. Remarcó que, mientras los decomisos terrestres son significativos, el control aéreo es clave en la lucha contra el narcotráfico y el contrabando, y hasta ahora la falta de recursos aéreos ha sido un gran obstáculo.
“Los recursos presupuestarios son limitados, y por eso estamos pensando muy bien cómo priorizarlos”, dijo Bullrich, quien se presentó ante el Congreso en medio de decenas de tomas de facultades de universidades públicas tras el veto de Javier Milei a la ley de Financiamiento Universitario, que fue confirmado por el Congreso gracias a la alianza entre La Libertad Avanza y el PRO, el partido de Mauricio Macri, al igual que, dos semanas antes, el veto a la mejora de las jubilaciones.
“No podemos bajar la guardia, y con estas inversiones en equipamiento vamos a estar mejor preparados para enfrentar estos desafíos”, dijo la ministra.
Un plan contra los homicidios y más leyes
La ministra de Seguridad, además, destacó los avances en la baja de la tasa de homicidios y anunció el lanzamiento del plan 90-10, que se aplicará en las zonas más conflictivas del país. Según Bullrich, el 90% de los homicidios en Argentina ocurren en solo el 10% del territorio, por lo que el objetivo es focalizar los esfuerzos en estos lugares para lograr una reducción significativa de los crímenes violentos.
“En 193 municipios de los 2.000 que tiene el país han ocurrido homicidios, y ese es nuestro foco. Hemos generado un comando unificado con los ministros de seguridad de las provincias que formarán parte de este plan 90-10”, explicó Bullrich. Inicialmente, el plan se implementará en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Tucumán, Salta y Santa Fe, donde se encuentran los municipios más afectados por la violencia. “Este es un plan que cruza todos los colores políticos del país, y será efectivamente el plan más importante de reducción de homicidios”, afirmó.
Además del plan 90-10, Bullrich anunció la presentación de dos nuevas leyes para abordar otros tipos de violencia. “Vamos a presentar dos leyes más. Una ley antibarras para bajar la violencia en el fútbol y una ley de homicidios vinculares y de género”, señaló la ministra. Según sus cifras, los homicidios vinculados a relaciones personales y de género representan el 10% de los homicidios en el país, por lo que considera fundamental abordar este tipo de crímenes con herramientas legales específicas.
Bullrich, delineó los principios fundamentales que marcarán la nueva estrategia del gobierno en la lucha contra el narcotráfico y la violencia en Argentina. Estos principios incluyen la focalización, la persecución penal, la inteligencia criminal, el uso de tecnología, y la gestión basada en evidencias. “Para lograr estos objetivos, es crucial movilizar los recursos necesarios. Vamos a implementar cambios tanto en las fuerzas federales como en las provinciales”, aseguró Bullrich. Las áreas seleccionadas para el enfoque intensivo incluyen ciudades como Rosario, Santa Fe Capital, Villa Gobernador Gálvez, Córdoba Capital, y Gran Córdoba, así como municipios en la provincia de Buenos Aires, como 3 de Febrero, Moreno, Esteban Echeverría, General San Martín, y General Pueyrredón. La ministra destacó que este plan fue consensuado con los ministros de seguridad de cada región.
En un movimiento adicional, Bullrich anunció la implementación de un segundo plan bandera que se llevará a cabo en Orán y Aguas Blancas, mencionando que el intendente de Aguas Blancas fue detenido recientemente por narcotráfico. “Este tipo de situaciones nos muestra la urgencia y la importancia de actuar de manera contundente en estas localidades”, dijo la ministra.
Con estos enfoques, el gobierno argentino busca fortalecer la capacidad operativa y reducir significativamente la incidencia del narcotráfico y la violencia en las áreas más afectadas del país.
En Rosario, “el Estado de Derecho se impuso al Estado criminal”
Bullrich también aseguró que el Estado ha logrado avances sin precedentes en la lucha contra el narcotráfico en Rosario, una ciudad que se había convertido en un bastión del crimen organizado. “Estamos recuperando el control de Rosario, y esto ha sido una prioridad”, afirmó Bullrich ante la Comisión de Presupuesto, donde expuso detalles del despliegue de las Fuerzas Federales en la ciudad santafesina.
Uno de los puntos clave que destacó la ministra fue la reducción del 65,03% en los homicidios dolosos en toda la ciudad, y una disminución aún mayor, del 76,92%, en las zonas más conflictivas bajo control de las fuerzas federales
La ministra de Seguridad, afirmó que el control de las cárceles y la erradicación de privilegios a presos de alto riesgo ha sido fundamental en la lucha contra el narcotráfico, especialmente en Rosario, y recordó uno de los momentos más oscuros de la crisis de seguridad en Rosario, cuando en marzo se produjo una serie de asesinatos vinculados a órdenes emitidas desde la cárcel: “Tuvimos un colapso con cuatro asesinatos: un playero, dos remiseros y un taxista en Rosario. Fue el día más duro y más triste que tuvimos”, relató. A partir de ese momento, Bullrich, en conjunto con el ministro de Seguridad de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, tomaron la decisión de cortar de raíz las operaciones delictivas que eran dirigidas desde las prisiones. “Ningún preso más maneja nada desde las cárceles. No tienen más plata, no tienen más visitas de aquellos que eran los transmisores del delito, no tienen celulares, no tienen privilegios”.