Inaugurar, a días de la elección, la segunda fase del gobierno. Con ese menú, dirigentes de la CGT y de organizaciones sociales, pasaron por Casa Rosada, se reunieron con Alberto Fernández, prometieron su despliegue electoral para el 14-N y empezaron a proyectar el día después que tiene como eje central reforzar la “institucionalidad presidencial”.
Con expectativas reducidas sobre un cambio en la tendencia electoral respecto a las primarias del 12-S -acotado a algunas provincias y al conurbano-, Fernández completó el circuito de cumbres que semanas antes incluyeron a gobernadores y a intendentes, para tratar de activar a todo el dispositivo del Frente de Todos (FdT) de cara a la estratégica elección del próximo domingo.
Mueve, en simultáneo, otras piezas que tienen que ver con el orden post elección frente a un debate germinal en el oficialismo sobre el rumbo del gobierno, cuanto está pendiente el acuerdo con el FMI y la discusión, incluso, sobre si habrá -y cómo serán- nuevos cambios en el gabinete nacional para encarar lo que en la reunión de este mediodía se definió como “segunda etapa” o “segunda fase” del gobierno, en referencia a la mitad del mandato que le queda por delante a la fórmula Fernández-Fernández.
Fernández estuvo escoltado por su jefe de Gabinete Juan Manzur. Por la CGT estuvieron Héctor Daer, que el jueves será reelecto como parte de un triunviro en la cima de la central obrera, Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (UOCRA) y Carlos Acuña (Estaciones de Servicio). Por las organizaciones sociales, “los cayetanos”, estuvieron Gildo Onorato (Evita), Daniel Menéndez (Barrios de Pie) y Juan Carlos Alderete (CCC). Participaron, además, Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro, en el doble oficio de funcionarios y dirigentes del Evita, y la portavoz Gabriela Cerruti.
La presencia de Manzur, cuyo protagonismo inicial se fue apagando con las semanas, expresa más que la cuestión funcional de sentar al jefe de Gabinete sino de sumar, a través suyo, a algunos de los gobernadores del PJ que operan en tándem con el tucumano.
Camino al 14-N
En la charla, Fernández pidió el respaldo a los gremios y las organizaciones sociales para que se plieguen al operativo electoral del próximo domingo para apuntarla al Frente de Todos. Daer contó, como anticipo, que hay acuerdo para la unificación de la CGT el próximo jueves y adelantó que en la central tendrán una participación política, con voz pero sin voto, las organizaciones sociales que representan a trabajadores informales.
Esa mecánica consolida un proceso que viene de hace tiempo, de vínculo entre la CGT y las organizaciones sociales. De hecho, organizaron y compartieron el acto por el Día de la Lealtad el lunes 18 como, en otras ocasiones, la marcha de las antorchas por Eva Perón.
“Le llevamos el respaldo para defender la institucionalidad presidencial. Para la segunda etapa del gobierno, es necesario que el presidente recupere la centralidad. Esto es a favor de todos, no en contra de nadie”, apuntó a elDiarioAR uno de los dirigentes que participó del encuentro donde Fernández agradeció el respaldo, celebró la unidad de la central obrera y la incorporación de las organizaciones.
La institucionalidad presidencial -o la centralidad, la figura que eligen otras fuentes- tiene un mensaje político y apunta a que Fernández se haga “cargo de conducir” el gobierno, dentro de la mecánica de funcionamiento del Frente de Todos. De fondo, el debate tiene que ver con una deuda del presidente respecto a la institucionalidad del frente electoral, un espacio donde se pueda dar discusiones políticas y de rumbo, aunque “la acción última debe ser del presidente, que es quien conduce”.
Un debate, que volvió a instalarse en estas semanas luego de los chispazos con el gobierno de Córdoba por las tarifas, es la definición de la política de subsidios, ligada también al episodio de Federico Basualdo, subsecretario de Energía Eléctrica, cuya continuidad generó tensiones en el corazón del gobierno. Se lo cita como caso emblemático donde la posición de Fernández quedó herida, al igual que la de Martín Guzmán pero, además, generó malestar con el kirchnerismo. “Todos perdimos ahí”, suele explicar un funcionario.
Para inaugurar la segunda etapa del gobierno, la segunda mitad del gobierno de los Fernández, la CGT y las organizaciones sociales, convocando también al PJ y los demás sectores, programan una movilización por el Día del Militante que es el 17 de noviembre. “Todos ser parte de esa marcha para poner el eje en lo que debemos hacer: priorizar el empleo, la producción, la recuperación económica, la institucional, el diálogo político”, apuntaron en Casa Rosada.
La movilización está pautada para tres después de la elección y puede leerse, en un sentido simbólico, como una intención de dar vuelta la página de la primera mitad del gobierno de Fernández que estuvo marcado por la pandemia, con sus crisis vinculadas, y el sablazo de la derrota electoral. “La pandemia está llegando a su fin, la recuperación se consolida, va a ser más homogénea, y aunque siempre es desigual porque a algunos sectores les llega menos, el 2022 va a ser un mejor año, que el gobierno debe aprovechar ese envión”, dijo un dirigente del FdT.
PI