La asistencia a las urnas en las elecciones generales fue del 71,7% del total del padrón electoral para diputados nacionales y un 70,9% para senadores, traspasando el piso histórico de concurrencia en elecciones generales desde la vuelta a la democracia. Aunque la participación estaba dentro de los niveles esperados por los analistas -que vaticinaban una concurrencia de aproximadamente cinco puntos mayor que en las primarias-, desde el oficialismo aguardaban expectantes una mayor diferencia, sobre todo en la tercera sección de la Provincia de Buenos Aires, lo que hubiera cerrado aún más la brecha con la oposición y podría haber revertido el resultado.
De 34.413.824 personas habilitadas para votar, concurrieron a las urnas 24.381.370 electores, 1.615.780 más que en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), aproximadamente un 4,5% del padrón. El aumentó en la participación rondó los niveles de las últimas elecciones: 2019, en los comicios definitivos aumentó un 4,9% la asistencia con respecto a las PASO de ese mismo año y en las legislativas de 2017, un 5,3%.
A pesar de este aumento proporcional, con estos niveles de participación de alrededor del 71,5% se perforó el piso de concurrencia en elecciones generales al menos desde la vuelta de la democracia, que había tenido sus niveles más bajos en las legislativas del 2005 y del 2009, con alrededor de un 73% de participación en cada una.
Desde el oficialismo esperaban expectantes un aumento de la participación aún mayor que, creían, los hubiera beneficiado. Desde el Ministerio del Interior aseguraban ilusionados para las 16hs que había votado un 60% del padrón, sosteniendo que para la misma hora el 12 de septiembre solamente el 49% del electorado había concurrido a votar. 11 puntos porcentuales más de participación que, pronosticaban, se mantendrían hacia el final de los comicios. Sin embargo, dos horas después, la diferencia en la participación era de apenas cuatro puntos.
“El Gobierno esperaba recuperar los valores históricos de participación en la tercera sección de la Provincia de Buenos Aires, lo que efectivamente no pasó. Eso hubiera ayudado y potenciado la recuperación electoral del Frente de Todos”, asegura Cristian Buttié, director de CB Consultora. La participación en Buenos Aires siguió la misma tendencia que a nivel nacional: una asistencia de 4,6% puntos porcentuales mayor que en las PASO.
En La Matanza, donde se disputaban 1.026.050 votos, participaron de las elecciones 738.954 electores, un 5% más que los 669.343 que asistieron a las urnas matanceras el 12 de septiembre. En Almirante Brown, la participación aumentó apenas tres puntos porcentuales, pasando a ser del 72,7% del padrón. En ambos casos, los leves aumentos en la concurrencia se reflejaron en una mayor ventaja entre el oficialismo y la oposición, pero no ayudaron a revertir el resultado en la Provincia de Buenos Aires.
En Quilmes, el aumento de 4,6% en la participación habría ayudado al Frente de Todos a ganar el distrito, pasando de tener el 33% del apoyo del distrito al 40,4% de los votos, casi sin una disminución en el caudal de votos de Juntos por el Cambio con respecto a las Primarias. En San Martin, de igual manera, el aumento del 4,5% en la participación habría ayudado al oficialismo, quien pasó de tener el 33% del apoyo en las PASO a contar con un 38,3% de los votos en las elecciones del domingo. Sin embargo, estos niveles de participación no ayudaron a catapultar la recuperación electoral del oficialismo en la Provincia y por lo tanto a nivel nacional.
“El Frente de Todos esperaba un aumento de la participación de casi el 10%. Al ser mucho menor a la esperada, con este relativo pequeño aumento en la participación no pueden sacar una diferencia significativa”, agrega Juan Negri, politólogo y profesor de la Universidad Torcuato di Tella.
Los niveles más bajos de participación los tuvieron las provincias de Salta, con un 63,6% de asistencia a las urnas -distrito que había tenido también en las PASO el nivel más bajo de concurrencia- y Corrientes, con un 64,9%, donde solamente aumentó la participación un 1% con respecto a las elecciones de septiembre. Tucuman, por otra parte, fue la provincia con mayor participación electoral, rozando el 80% de concurrencia.
Entre las provincias donde más aumentó la asistencia, se encuentran Catamarca, Jujuy y San Luis, con un crecimiento en la participación del orden del 8%, bastante mayor a la media. En La Pampa, por otra parte, la concurrencia aumentó un 6,5% con respecto a las PASO, aunque eso no logró achicar mucho la ventaja de casi diez puntos que la oposición le llevaba al oficialismo en el distrito.
En Tierra del Fuego la concurrencia aumentó solamente el 0,2% y en Neuquén, el 0,3%, aunque esta última fue una de las provincias con el mayor nivel de participación, con una asistencia a las urnas del 76,2%.
Voto en blanco
A nivel nacional, el voto en blanco se redujo unas décimas porcentuales, pasando de ser del 3,7% para diputados nacionales a ser del 2,9%, no muy lejos de la media de las últimas elecciones.
Son pocos los distritos en los cuales aumentaron los sobres vacíos. El más llamativo es el caso de La Rioja, donde el voto en blanco aumentó, con respecto a las PASO, un 9%, llegando a constituir para estas últimas elecciones un 11,2% del total de votos emitidos. El voto en blanco también aumentó en Formosa, San Luis y Santiago del Estero.
AS/WC