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El mapa del FDT

Cristina se sube a un triunfo prestado y emite señales sobre el operativo clamor

Afiches por la candidatura de Cristina Kirchner.

Pablo Ibáñez

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Un día después de la lectura de los fundamentos de su condena en la causa Vialidad y 24 horas antes del kilómetro cero del “operativo clamor”. En un hueco entre esas dos postales, elementos de la misma encrucijada política, Cristina Kirchner se trepará en Río Negro a un escenario que le ofrecerá un aroma poco habitual en los últimos tiempos: el de la victoria electoral.

Invitada por Alselmo Torres, rector de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN), creada en la gestión cristinista, la vice tendrá una plataforma para “responder” los argumentos del tribunal que la condenó y para tejer una tesis múltiple que aborda su diagnóstico sobre el presente: el “fracaso” del diálogo político, la crisis de la democracia y la deriva económica criolla con el karma del bimonetarismo. Todos asuntos que, en los últimos dos años, la vice exploró en más de una charla pública.

La aparición de Cristina -luego de su último acto en Avellaneda, en diciembre pasado, y un breve discurso en el Senado- ofrece varios planos de lectura. Uno, en algún punto curioso, refiere a por qué la vice hablará en una universidad patagónica y no en la UTN donde, el sábado, habrá un plenario de militancia K con la premisa de armar una táctica de acción para “romper la proscripción”. Lo hará antes y lo que diga será combustible para alimentar el clamor. Como contó la semana pasada elDiarioAR, la vice no irá al encuentro de Avellaneda.

El destino sureño tiene una lógica específica: en Río Negro, un sector del peronismo, el que comanda el senador camporista Martín Doñate, selló un acuerdo electoral con el exgobernador Alberto Weretilneck, que competirá para volver a gobernar la provincia y, todo indica, el 16 de abril ganará por un amplísimo margen que algunos ubican en más de 40 puntos.

El mismo domingo que Neuquén, Río Negro abrirá el calendario electoral del 2023 -luego de la PASO chiquita de La Pampa- de una temporada que, con la foto de hoy, se muestra difícil para el panperonismo en muchos territorios, El PJ camporista de Río Negro -mientras los Soria y el Movimiento Evita van en otra lista- será una pieza relevante en el triunfo que se proyecta para Weretilneck. Doñate lo sintetiza en un haiku político: “Una victoria de y para Cristina”.

En Río Negro, el PJ es un socio minoritario en el armado que encabeza Weretilneck -que fue un socio clave en el Senado- y donde hay, incluso, sectores de la UCR. La presencia de la vice en la provincia debe o puede leerse como un guiño al modelo rionegrino, bajo el sello Nos Une Río Negro, donde el peronismo avanza con un esquema de alianza abierta. ¿Se puede proyectar ese modelo a la Nación? De mínima, con su presencia, Cristina valida un acuerdo local donde el cristinismo se mixtura con otros espacios.

Es un dato de esos que la vice tira, con sobreentendidos, y que marida con otro concepto que apareció en su menú: así como advierte que la dificultad del diálogo, al menos con la oposición nacional, observa un escenario de dispersión que presenta como fragmentación, fenómeno que se registra, incluso, dentro de principales coaliciones. Se puede hacer una interpretación: los dos frentes, el FDT y JxC, están en crisis y no le escapan al riesgo de fractura.

En las últimas 72 horas, esa tensión pasó a otro plano a partir de un frase que generó malestar en el cristinismo, referido a que un candidato que vaya a las PASO y le gane a un potencial postulante cristinista, saldría casi convertido en el futuro presidente. Esa idea está relataba así en la edición de este domingo de elDiarioAR. Roberto Navarro, en una columna de El Destape, aporta un elemento adicional, dicho por el Presidente, respecto a que esa potencia electoral sería el resultado de aparecer como quien le puso fin a 20 años de kirchnerismo.

La referencia desató una ola de furia entre la dirigencia K y la vice hizo, desde el Senado, una mención sugestiva sobre ese off pero no se explayó. Todo indica que cuando haga una referencia al mapa político y al año electoral, Cristina pondrá sobre la mesa ese expediente que puede significar, cuando se mire el proceso hacia atrás, como el momento en que definitivamente se enterró toda posibilidad de entendimiento entre los Fernández.

PI

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