El telón electoral argentino se levanta este domingo, con la provincia del Neuquén yendo a las urnas a elegir su próximo gobernador. Omar Gutiérrez cumplió sus ocho años al mando de la provincia y designó a Marcos Koopmann, el actual vicegobernador, como su sucesor. Su más importante rival es el diputado nacional Rolando Figueroa, quien fue vice del primer gobierno de Gutiérrez. Se trata de un enfrentamiento que lleva años al interior del histórico Movimiento Popular Neuquino (MPN) y terminó en un cisma en el partido.
Jorge Sapag también fue dos veces gobernador. En 2015 eligió a Gutiérrez, quien lo sucedería al mando de la provincia, gobernada desde 1961 por el MPN. Omar Gutiérrez nació en la capital provincial en 1967, donde se recibió de contador en la Universidad Nacional del Comahue. Luego de varios cargos en el Ministerio de Gobierno y la Legislatura, fue electo concejal. Su salto vendría en 2005, cuando llegó a la presidencia del Banco Provincia del Neuquén (BPN) para después ser ministro de Economía y Obras Públicas en 2011. En la lista del sobrino del histórico Felipe Sapag, Rolando Figueroa era el candidato a vice.
Rolando “Rolo” Ceferino Figueroa nació en Andacollo en 1969, una localidad de cuatro mil personas lejos de la capital, al norte de la provincia y a las orillas de la Cordillera del Viento. Se recibió de contador en la misma universidad y se especializó en Tributación. Fue delegado de las Comisiones de Fomento del norte, electo intendente de Huinganco, después legislador provincial e intendente otra vez, pero de Chos Malal. Antes de llegar a vice, fue presidente de la Convención del MPN.
La dupla Gutiérrez-Figueroa sintetizó en una fórmula dos maneras de hacer política en la Argentina reciente. Aunque en un principio fue en convivencia, el tiempo enfrentaría sus liderazgos: uno tecnocrático de origen burócrata pero con imagen jovial; y otro territorial, rosquero, de la “vieja política” que muchos asocian con el viejo caudillismo, parte de la identidad neuquina y la del MPN, ambas imposibles de desenredar. Aunque son las dos caras de la misma moneda del partido provincial, bastó un mandato para dejar a la vista la gran herida del MPN: la falta de un liderazgo orgánico por la salida del poder del último Sapag.
Tras cuatro años presidiendo la Legislatura, en 2019 Figueroa dejó el cargo de vicegobernador, no pudiendo derrotar a Gutiérrez en la interna por la candidatura a la gobernación: perdió por 49.586 votos. Dos años más tarde, en la interna por las legislativas de 2021, Figueroa logró ganarle a la Lista Azul del sapagismo que adoptó a Gutiérrez.
Ese año Figueroa dio el batacazo y llegó a la Cámara de Diputados, desde donde armaría su estrategia para llegar a la gobernación. De todos modos, los “azules” seguían teniendo las de ganar, debido a que mantienen el control real del Movimiento. Con esa justificación, Figueroa rompió electoralmente con el MPN, evitando así tener que someterse a otra interna donde sus posibilidades de perder aumentan.
“Tanto pujé por desatar el nudo y no he podido, que me di cuenta que es más conveniente cortarlo”, dijo Figueroa sobre su movida. Su sello se llama Comunidad, pero aclaró que no abandonará el partido, aunque Sapag aseguró que por una reforma de la carta orgánica en 2021, queda “automáticamente excluido” por ser candidato de otro frente. Más allá de eso, Figueroa mantiene su banca en la cámara baja. Una candidata de Comunidad le dijo a elDiarioAR: “Veníamos trabajando dentro de líneas partidarias para que nuestra voz tuviera una representación y no se ha dado”. “Todas las autoridades partidarias son de la Lista Azul, es un sector que no permite la diversidad y quedamos afuera”, acusó.
“Rolo se fue porque no quiso estar segundo”, aclara un alto cargo del Movimiento a elDiarioAR. “Él tiene un proyecto personal y no de equipo, y Figueroa quería ser él a cualquier precio”, apuntó. “Él es diputado nacional por el MPN, no por otro partido, y cuando tomás la decisión de dejarlo, lo más ético y moral es renunciar a la banca del partido por el cual se asumió”, dijo. Del lado de Figueroa, plantean que “la persona elige a su representante por un partido, pero elige a la persona”.
De internas, sucesiones e intereses
Gutiérrez, como su padrino político, tuvo que elegir a un sucesor. Marcos Gabriel Koopmann Irizar nació en Zapala en 1974, es contador público y licenciado en administración de empresas. Estudió en la Universidad de Belgrano, en la de San Andrés y la Austral. En 2008 entró al directorio del BPN y en 2011 reemplazó a Gutiérrez en la presidencia. En la Legislatura, sucedió a Figueroa como vicegobernador.
“Koopmann reúne las cualidades, supo esperar su momento y es parte de un equipo.Va a continuar el legado de Sapag y Gutiérrez, es de una familia histórica y fundadora del Movimiento”, asegura una fuente oficial “Figueroa no midió bien los tiempos. Si no hubiera sacado los pies del plato, estaría siendo él el candidato”, dice.
“No sé por qué Koopmann” cuestiona la fuente disidente. “A mí me parece una excelente persona, pero no recuerdo habérmelo cruzado nunca hasta que fue a candidato vicegobernador, ni en un acto político, ni en una seccional”, recuerda. “Nunca lo escuché hablar”, remata. “Salió de la galera y del interés de alguien”.
En declaraciones a la agencia NA, el propio Figueroa describió al Neuquén comandado por el MPN como “un modelo clientelista también muy vinculado a la corrupción manejado por la familia del poder que sólo se concentran en permanecer”.
No es la primera vez que un histórico del MPN se va del partido. También fue el caso del antecesor de Sapag, Jorge Sobisch, quien se presentó para gobernador e intendente de la capital por el Partido Demócrata Cristiano, aunque sin éxito. En Comunidad, Figueroa promete mantener los “valores auténticos” del partido provincial, pero “regionalizar la provincia para descentralizar el gobierno”. Para ello, eligió como compañera de fórmula a Gloria Ruiz, intendenta de Plottier, la tercera localidad de la provincia y vecina de la capital.
“Vos tenés que tener un proyecto político y no puede ser comandado a 1200 kilómetros que responda a intereses nacionales”. Una fuente del oficialismo se refiere a que Figueroa cosechó acuerdos con espacios que se verían beneficiados por una salida del MPN a la gobernación. El PRO -no la totalidad de Juntos por el Cambio (JxC), que tiene fórmula propia-, con el apoyo del expresidente Mauricio Macri y el Nuevo Compromiso Neuquino del histórico y ya fallecido intendente capitalino Horacio Quiroga, se sumaron a una larga lista de apoyos de peronistas, macristas y sobischistas. “El macrismo quiere quedarse con la caja de Vaca Muerta, estando el MPN nunca lo va a poder manejar”, dice la misma fuente.
“Los partidos que integran Comunidad aceptan el proyecto que no tiene nada que ver con las coyunturas nacionales”, dicen fuentes de Figueroa. “Este proyecto se construyó con las banderas del MPN, pasa que tomamos otras herramientas electorales”, a lo que plantea que “no podíamos correr el riesgo de que las autoridades del partido trabajaran en contra de una interna transparente”.
En cuanto a los partidos nacionales, JxC sin el apoyo del PRO presentó a Pablo Cervi. Es uno de los herederos de la empresa familiar que lleva su apellido, la cual se dedica principalmente a las manzanas, plantación típica del Alto Valle. Elisa Carrió fue una de las líderes de la coalición opositora que le dio su apoyo. El Frente de Todos lanzó a la carrera a Ramón Rioseco, intendente de Cutral Có entre 2007 y 2015 y parlamentario del Mercosur. En su momento, también armó una fuerza con disidentes del MPN y se presentó a gobernador dos veces por el Frente para la Victoria. Javier Milei también puso un pie en la estepa. Su candidato es el periodista local Carlos Eguía, quien fue candidato de la Coalición Cívica pero rompió por sentirse distanciado, un episodio más en el conflicto de intereses de JxC en la provincia.
El MPN y la provincia: 60 años de mutua construcción
“La historia, la trayectoria del partido en la provincia y el sentido de pertenencia de los neuquinos es muy fuerte. No corre ningún peligro la gobernabilidad del partido”, opina una fuente del oficialismo provincial. Ante la pregunta de una hipotética gobernación de Figueroa, plantea que “si alguna vez en la historia llega a perder el MPN, la provincia es ingobernable”. “Muchos años de poder, de militancia y contención social muy fuerte que a un contrario se le vuelven en contra”, explica. Piensa que Figueroa va a terminar regresando a sus orígenes, “porque es parte del partido, y la gente no te vota si no vas por adentro”. “Ir por afuera es la única opción que tuvimos para estar en la elección de este domingo. (En el partido) no aceptaron que Rolando es el candidato natural”, dice una fuente disidente.
Aunque no se despegó del poder, el MPN sufre de cambios, al igual que su provincia: Neuquén creció mucho con poblaciones de otras provincias y países, que transformaron un paraje en medio de un árido Alto Valle en la ciudad más importante de la Patagonia, con el control de la última joya de la corona: Vaca Muerta. Al último gran partido provincial le queda un as bajo la manga: “la estructura de campaña del partido en la provincia es similar a la del PJ en el Conurbano bonaerense. Es muy difícil pelearle al aparato”, dicen orgullosos.
“Cuando son las elecciones a gobernador, el MPN va con todo. Podés perder una de diputado o de senador”. Para entender el rechazo a los partidos nacionales, hay que entender que el origen neoperonista del MPN en la época de la proscripción, que el propio Juan Domingo Perón enfrentó en su regreso en las elecciones de 1973. En el único balotaje en la historia del Neuquén por apenas 120 votos, Felipe Sapag se enfrentó a Ángel Nicanor Romero del Frente Justicialista de Liberación, le ganó y dejó una frase: “Los neuquinos nos hemos puesto los pantalones largos”.
LC