Más allá de la comprensión de textos, con la que pidió a dirigentes y militantes que interpreten que no será candidata a nada, Cristina Fernández de Kirchner se aventuró a dar algunas pistas sobre como encarar, con qué táctica y actores, las elecciones de este año en las que el Frente de Todos (FdT) no tendrá, como postulante, a ninguno de los dos integrantes de la fórmula con la que el peronismo volvió al poder en 2019.
Hubo, en particular, dos elementos de ordenamiento político y electoral que la vicepresidente puso sobre la mesa, con mucho de sugerencia, en el largo reportaje en Duro de Domar (DDD) por el canal C5N. Uno tuvo que ver con el gran dilema que cruza al kirchnerismo, luego de que se reconfirme que no será candidata: sobre qué resolverá respecto a la oferta electora, si apuntalará a un heredero, o bendecirá a un aliado.
En el mundo K se registró, como indicio, una frase que pronunció CFK. “Espero que tomen la posta los hijos de la generación diezmada”, aseguró luego de recordar que ella, y Néstor Kirchner, formaron parte de la generación diezmada por la dictadura militar que se extendió entre 1976 y 1983. La interpretación de lo dicho por la vice llevó, de manera directa, a la figura de Eduardo “Wado” De Pedro, el ministro del Interior que encaró una campaña presidencial.
Luego, a medianoche, en el entorno de Cristina se tradujo que el comentario no debía entenderse de manera literal respecto a candidaturas, sino al rol de conducción política que la vice cree que le corresponde, en adelante, al grupo que integran, además de “Wado”, su hijo Máximo Kirchner y Axel Kicillof, entre las figuras de más peso. Un peronista incluyó en el pelotón, por una cuestión generacional, a Sergio Massa.
La lectura purista lo interpreta como un guiño a De Pedro, el camporista que se presenta como precandidato y que -tras la carta de la vice- aceleró su juego de posicionamientos y armados. El abordaje más genérico, se permite leerlo como un respaldo al grupo -o a la generación-. con lo que extiende la bendición a otros posibles candidatos, entre ellos Kicillof y Massa.
Se trata de tres de los potenciales candidatos, aunque Kicillof prefiere ir por la reelección como gobernador y Massa insiste con que no será postulantes (en su entorno, sin embargo, hay movimientos y operaciones que indican que la idea de convertirse en un presidencial no está desactivada por el ministro de Economía).
Así como gambeteó opinar sobre la hipótesis del desdoblamiento de las elecciones generales en la provincia de Buenos Aires -cuya fecha hipotética sería el 24 de septiembre, posibilidad que Axel Kicillof tiene en el menú-, la vicepresidente analizó el proceso electoral del 2023. “Estas elecciones van a ser totalmente atípicas”, aseguró en la charla en C5N.
“Estamos ante una elección de tercios, donde lo importante, más que el techo, es el piso”, afirmó la vice en un apreciación de carácter puramente electoral, referido a cómo se perfila el mapa de la presidencial. Comparó que en 2019, se trató de una votación de techos porque los las dos principales coaliciones, JxC y FdT, se quedaron con casi el 90% del caudal electoral. En ese caso, lo importante era quien lograba ampliar más para ganar la elección.
Este año, en cambio, el desencanto con los dos últimos gobiernos, derivó en la irrupción de otro actor, Javier Milei, y que eso instale un escenario ya no de polarización sino de tercios, con tres bloques electorales -FdT, JxC y La Libertad Avanza- que retienen, cada uno, entre 20 y 30 puntos.
La táctica electoral frente a un escenario de tercios es diferente a un escenario de polarización que, de todos modos, se dará si la elección -como todo indica- se resuelve en un balotaje. Frente a un esquema de tercios, para el peronismo se vuelve vital y determinante consolidar el núcleo duro histórico, que casi nunca estuvo por debajo de los 30 puntos. Es decir: antes de ir a buscar a votantes del centro, o blandos, el peronismo debe enfocarse en retener y fidelizar a su universo propio para, de ese modo, lograr avanzar a la segunda vuelta.
“Al ser tercios, lo importante es entrar al balotaje”, sintetizó Cristina el análisis que, en la primera instancia, no requiere de un proceso aperturista de peronismo porque cuando la elección se resuelve en la segunda vuelta, se trata de una oferta reducida, de solo dos opciones. “El nuevo tercio es por la bronca, por la frustración, sin dudas”, agregó y aclaró: “Ahora, que me digan que por eso hay que volver al pasado, no. Eso no. Hay que proponer algo diferente. Es mentira que siempre estuvimos así”.
PI