Escala el malestar en el peronismo ante la disputa de poder abierta contra Cristina
El anuncio de la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner al PJ Nacional no tuvo la obediencia esperada. Lo más evidente que expuso es la escalada de tensión entre la expresidenta y Axel Kicillof, que se negó a opinar sobre el tema. El silencio es interpretado como un gesto de autonomía, mientras sus armadores apoyan la resistencia del riojano Ricardo Quintela para disputar una interna en el partido.
Ni Kicillof ni ningún otro gobernador peronista le dio su apoyo a Cristina. “La actitud de Axel es el gesto de independencia más fuerte que tuvo hasta el momento”, afirmó a elDiarioAR un dirigente que trabaja para su estructura política. Si con el pedido de componer “una canción nueva” el gobernador terminó de erosionar su debilitada relación con La Cámpora, el hecho de no haber celebrado la decisión de la expresidenta podría ahora simbolizar un antes y un después en su vínculo con la expresidenta.
Como contó este medio, en la última semana hubo un gran desconcierto en la mesa chica de Kicillof, donde se quejaban de que Cristina tuvo tres jugadas políticas de alto impacto justo cuando él estaba de viaje en México: primero desembarcó en La Matanza sin avisarle al intendente Fernando Espinoza –que juega para el gobernador en la interna–, luego lanzó el “operativo clamor” de La Cámpora y otros sectores afines, y finalmente se lanzó al PJ. Ni siquiera hubo un llamado del Patria para ponerlo al tanto de la estrategia.
Quintela, que desde hace cinco meses recorre el país para juntar apoyos para presidir el partido, por ahora resiste. El martes fue recibido en Berazategui por el intendente local Juan José Mussi y sus pares, Andrés Watson (Florencio Varela), Alberto Descalzo (Ituzaingó) y Jorge Ferraresi (Avellaneda). Un día después, visitó a este último en su municipio y oficializó su candidatura. No está solo: lo acompaña un team poskirchnerista, en el que se mueven también los exfuncionarios Juan Manuel Abal Medina, Santiago Cafiero y Victoria Tolosa Paz.
En medio de su gira por el conurbano, Quintela recibió el miércoles un llamado del secretario privado de Cristina. No lo atendió. Dos días más tarde, en una entrevista, se excusó con que lo vio tarde y prometió que hablará con Cristina el próximo lunes, aunque descartó la posibilidad de que armen una lista conjunta. Hay quienes especulan con que estirará la tensión al máximo antes de sentarse a negociar.
En el peronismo hay un consenso explícito sobre la inconveniencia de enredarse en una interna partidaria mientras sus votantes piden la unidad para enfrentar a Milei. Sin embargo, al mismo tiempo existe una dificultad para encolumnar a los distintos sectores. Cristina, envalentonada por el crecimiento de su imagen que detecta la mayoría de los encuestadores en el conurbano, se lanzó a reordenar el espacio y se encontró con una inesperada resistencia. “Hoy la unidad es sometimiento”, dicen desde el bando que quiere hacerle frente.
Expectativa por el acto del 17 octubre
Kicillof será el único orador en el acto por el Día de la Lealtad en Berisso, el kilómetro 0 del peronismo, al que están invitados los intendentes, funcionarios, sindicatos, organizaciones sociales y quizás algunos gobernadores, aunque todavía ninguno dio su confirmación.
El acto, como se volvió costumbre en el peronismo en los últimos tiempos, será analizado a partir de las ausencias. “Máximo no está invitado a Berisso, eso no se negocia”, aseguró a elDiarioAR uno de los organizadores. Hasta este fin de semana, desde la Provincia descartaban la posibilidad de que el acto congregue a todos los sectores, aunque admitían que las cosas podrían cambiar durante los próximos días porque el diálogo está abierto. Hasta ahora, no dio resultado.
Las discusiones crecerán a medida que se acerquen las legislativas de 2025. Son muchos los que ya hablan de dos espacios diferenciados que se medirán en las urnas, uno liderado por Cristina y el otro por Kicillof. Existen distintas versiones sobre cuál fue el verdadero punto de quiebre entre ambos: algunos señalan que Kicillof quedó resentido con la intervención de la entonces vicepresidenta a su gabinete un tiempo después de los comicios de 2021 –cuando corrió a Carlos Bianco para sumar a Martín Insaurralde al gabinete–, mientras que otros ven que desde el Patria nunca le perdonaron al gobernador haberse plantado contra el pedido de que fuera candidato presidencial en 2023.
Los intendentes más cercanos a Kicillof se imaginan favorecidos por el cambio de sistema electoral, ya que con la Boleta Única de Papel dejarán de depender del “arrastre” de Cristina o el candidato que ella elija para encabezar. “Viene una construcción electoral totalmente distinta”, se ilusiona uno de ellos, aunque enseguida aclara que no necesitan esperar a las elecciones: “La renovación del kirchnerismo, en los hechos, se ve todos los días”.
LA/DTC
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