La gira internacional que comenzó este martes por la noche Javier Milei y que lo tendrá fuera del país por más de una semana —con Dinamarca como destino final, donde arribará recién el próximo lunes— contará con varios de los condimentos que hacen particular a la figura del economista anarcocapitalista. Con la atención puesta en su faceta más espiritual y el entusiasmo generado por la posibilidad de conocer personalmente a su admirado Elon Musk, el Presidente encara su tercera visita a los Estados Unidos cuando los ecos de la larga estadía en territorio argentino de la generala norteamericana Laura Richardson todavía resuenan en el aire.
Milei aterrizará este miércoles por la mañana en la ciudad de Miami, donde se mostrará junto a una comitiva conformada por la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, el embajador argentino en Washington, Gerardo Werthein, y el rabino Axel Wahnish, representante diplomático del país ante Israel. La presencia de su “maestro” religioso, el referente de la comunidad judeomarroquí de Buenos Aires (Acilba), no es casual. En la primera parada estipulada en su agenda, Milei y su hermana serán reconocidos como “Embajadores Internacionales de la Luz”, un premio otorgado por la comunidad Jabad Lubavitch, la congregación judía ortodoxa cuya sede visitó en más de una oportunidad. Ambos serán congraciados debido a “la inquebrantable dedicación a difundir la libertad, la esperanza y la positividad frente a la oscuridad”, según reza la invitación.
No es un secreto que todo lo referido al mundo judaico toca una fibra sensible en el Presidente, al que se lo pudo ver profundamente conmovido frente al Muro de los Lamentos durante su visita a Israel en febrero pasado. Es sabido también que dedica varios momentos de su día a leer pasajes de la Torá, el texto sagrado del judaísmo, que le llegan a su teléfono celular enviados por Wahnish. Sin embargo, el primer registro de un contacto de Milei con los Lubavitch recién tuvo lugar en julio del año pasado, en plena campaña presidencial hacia las PASO. Fue cuando el por entonces candidato realizó un viaje relámpago de dos días a Nueva York para visitar “El Ohel”, el lugar que cobija la tumba del rabino Menachem Mendel Schneerson, mejor conocido como “el Rebe de Lubavitch”, séptimo líder de la dinastía jasídica fallecido en 1994.
Milei y Musk
Aunque fue el motivo original de la visita, la estadía de Milei en los Estados Unidos no estará monopolizada por lo religioso. Luego de dedicar su primer día a alimentar el espíritu, el Presidente tiene previsto comenzar con su agenda formal este jueves. Ese día se reunirá con el titular del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ilan Goldfajn, y luego disertará en el Instituto de Políticas Públicas Jack D. Gordon (FIU). Pero el plato fuerte llegará recién el sábado cuando tome un avión para dirigirse a Austin, Texas. Allí, Milei espera que lo reciba ni más ni menos que el magnate sudafricano Elon Musk. El escenario del encuentro sería la gigafactoría de Tesla, su empresa de autos eléctricos que utiliza litio para la fabricación de baterías.
La atracción de Musk por ese mineral cada vez más codiciado en el mundo, y del que Argentina tiene grandes reservas, fue reconocida por el propio Milei durante una cena en el programa de Mirtha Legrand. “Una de las cosas que me pasó es que me llamó Elon Musk, y está sumamente interesado en el litio. Y también está muy interesado el Gobierno de Estados Unidos, y muchas empresas de Estados Unidos”, se sinceró el Presidente en diciembre. Y, en tono efusivo, añadió: “Pero necesitan un marco jurídico que respeto los derechos de propiedad. Porque usted puede ganar mucho dinero, pero si después alguien se lo va a robar, no va a invertir. Eso es lo que pasa en Argentina”.
Los guiños mutuos entre Milei y el multimillonario —cuyo servicio de internet satelital, Starlink, comenzó a operar en la Argentina días atrás— se iniciaron en septiembre, luego de que el polémico periodística norteamericano, Tucker Carlson, entrevistara al libertario en la recta final hacia las elecciones generales. “Sería un gran cambio”, comentó Musk en X, la red social de su propiedad, entusiasmado por una hipotética victoria del referente de La Libertad Avanza, aunque pocas horas después eliminó el mensaje.
En diciembre, a pocos días de la asunción presidencial, ambos mantuvieron una charla vía telefónica en la que el libertario no perdió oportunidad de extenderle una invitación a Musk para que visite la Argentina. “Le agradecí por defender las ideas de la libertad y apoyar nuestro trabajo, especialmente teniendo en cuenta todo lo que él representa como ícono de la libertad en el mundo”, dijo Milei en aquel momento acerca de la charla que mantuvo con el dueño de SpaceX.
Destino final: Dinamarca
Dinamarca será la última parada en la gira de Milei antes de su regreso definitivo a la Argentina. El domingo, la comitiva presidencial se despedirá de los Estados Unidos y cruzará el Atlántico rumbo a Copenhague, previa escala en París. En el país nórdico, el mandatario tiene previsto reunirse con la primera ministra Mette Frederiksen. Una cumbre que será la antesala a la ceremonia que tendrá lugar al día siguiente y que, demostración aérea mediante, escenificará el acuerdo logrado por la Argentina para la adquisición de 24 aviones caza F-16 de origen estadounidense.
A fines de marzo, el ministro de Defensa, Luis Petri, firmó una carta de cooperación bilateral con su par danés, Troel Lund Pousen, con el objetivo de encauzar la negociación por la compra de las aeronaves. Se trató de un paso importante para la Argentina en su relación con Estados Unidos, que fue el gran impulsor para que se concrete este acuerdo que acabó por echar por tierra el ofrecimiento de 34 aviones de guerra JF-17 que la República Popular de China le hiciera en su momento al expresidente Alberto Fernández.
Las autoridades norteamericanas, a través de los diferentes enviados que pasaron por la Casa Rosada en los últimos meses, canalizaron con vigor el pedido a la gestión libertaria de que acepte la oferta de Dinamarca. Más allá del alineamiento político e ideológico marcado con la gran potencia Occidental, fijado por Milei incluso desde antes de asumir el poder, en el Gobierno consideran que la adquisición de estos aviones será fundamental para la restitución en términos de capacidad de la Fuerza Área Argentina.
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