Las calles de la capital de Estados Unidos acaban de ser el escenario de una protesta a la Argentina. Una Evita cantó ante la puerta del Fondo Monetario una versión de la ópera adaptada. “Marca la cancha, Argentina”, fue la estrofa que se escuchó.
La protesta fue organizada por miembros del movimiento cívico y social Avaaz, quienes reclamaron hoy al Fondo Monetario Internacional que implemente un sistema de reducción, e incluso de eliminación, de las deudas externas financieras de los países emergentes, en compensación por la deuda ecológica que a su vez los países desarrollados mantienen con el resto de los países y con el Planeta.
Con una adaptación de la ópera Evita, Avaaz montó una protesta frente a la sede del FMI en Washington y le reclamó al organismo, a través de su directora ejecutiva, Kristalina Georgieva, que “no permita que los parásitos financieros, que durante décadas han venido lucrando de las deudas ambientales contraídas por la sobreexplotación de los recursos naturales del Planeta y los habitantes de los países emergentes, sigan dictando y lucrándose de las nuevas reglas de juego”.
“Marca la cancha, Argentina”, cantó la activista que personificó a Evita, con el objetivo de resaltar el caso de la nación sudamericana, fuertemente endeudada financieramente y a punto del default, pero que, sin embargo, posee un importante superávit ecológico y recursos naturales cuya protección y conservación, según distintas estimaciones, vale mucho más para toda la humanidad que su deuda soberana.
“Las cíclicas renegociaciones entre la Argentina y el FMI son la muestra más cruel de un esquema colonial injusto y fallido, que ha venido sofocando a las naciones de ingresos bajos y medios, en un espiral de endeudamiento y extractivismo para pagar las deudas externas. Ahora, con el golpe de la pandemia, la profunda injusticia social y ecológica se ha visto notablemente acrecentada en la Argentina y en otros países emergentes, dado que el Banco Mundial estima que ocho de cada 10 ”nuevos pobres“ serán habitantes de países de ingreso medio. En la Argentina, la pobreza alcanzó al 42 por ciento de la población, según las últimas estadísticas oficiales”, sostuvo Oscar Soria, director de campañas de Avaaz.
“La renegociación entre Buenos Aires y los acreedores del Fondo debe ser un punto de quiebre en la lógica inconducente que, a juzgar por sus resultados, han significado los préstamos de los países desarrollados a los países en desarrollo desde hace décadas. Debemos revisar profundamente quién le debe a quién”, agregó.
Los foros y organismos internacionales, sobre todo el G20, el Banco Mundial y el FMI, han declarado la necesidad de buscar una salida “verde e inclusiva” a la crisis económica que enfrentan los países no desarrollados, como consecuencia de la recesión global y la crisis sanitaria provocada por el Coronavirus.
En este sentido, Avaaz le solicitó a Georgieva que, en línea con sus últimas declaraciones, adopte “un enfoque disruptivo e innovador para cambiar el paradigma, país desarrollado-país emergente y que en la política económica internacional, se empiece a pensar también en términos de aportes y consumos de recursos naturales”, entendiendo que la agenda ambiental permite negociar los “créditos” y las “deudas” desde otro paradigma.
“Hoy en día, estamos consumiendo 1,6 planetas para mantener nuestra forma de vida, y esa cuenta se dispara para arriba si todos los habitantes tuvieran el nivel de consumo del norte global, lo que es ambientalmente imposible y lo que explica por qué estamos viviendo esta crisis ecológica y sanitaria planetaria”, sostuvo Soria.
PP