Los gobernadores peronistas de perfil opositor a la Casa Rosada comenzaron a hacer lobby contra el presupuesto 2025 que presentó Javier Milei. No prestarán sus votos y extienden sus críticas al proyecto, que tampoco convence a muchos aliados frecuentes del oficialismo. En la Rosada los dividen en grupos: buscarán aislar a la mayoría de los integrantes de Unión por la Patria (UP) y apostarán a una negociación particular con algunos en los que encuentran, al menos, una voluntad de diálogo.
Axel Kicillof (Buenos Aires), Ricardo Quintela (La Rioja), Sergio Ziliotto (La Pampa), Gustavo Melella (Tierra del Fuego), Gildo Insfrán (Formosa) y Gerardo Zamora (Santiago del Estero) componen el grupo de los seis que suelen votar en contra del Gobierno. Lo llamativo es que el rechazo inicial al presupuesto no fue solamente de parte de ellos.
Al presentar la iniciativa el último domingo en el Congreso, Milei afirmó que les demandaría un ajuste extra de 60.000 millones de dólares a las provincias. Los gobernadores entraron en estado de alarma con esa cifra, y hubo críticas públicas incluso de los nucleados en Juntos por el Cambio (JxC), como Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Ignacio Torres (Chubut) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos).
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, debió armar un operativo de urgencia para contenerlos y relativizar el número que soltó el Presidente. De ese zoom participaron 20 gobernadores y también el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo. Kicillof, Quintela, Insfrán y Melella no fueron invitados, en un nuevo round de la estrategia del Gobierno de dividir a Unión a los integrantes de Unión por la Patria (UP), que arrancó con la “conversión” de los peronistas Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Raúl Jalil (Catamarca). “Dimos por sentado que van a votar en contra del presupuesto. El que quería participar de la reunión, se enteró”, justificó a elDiarioAR uno de los organizadores del encuentro.
Sorprendió en ese sentido la participación de Ziliotto y Zamora, muy críticos del oficialismo. “Lo de que no hay diálogo es relativo, porque Melella e Insfrán firmaron el traspaso de obras a las provincias, así que hay diálogo; todo depende del tema en particular”, dijeron desde la Rosada, dejando entrever que buscarán nuevas divisiones entre ellos. También aseguraron que se quedaron conformes porque vieron que hay “un consenso general de respetar el equilibrio fiscal”, aunque omitieron el detalle de que no hay acuerdo sobre cómo alcanzarlo.
“Milei es un incumplidor serial de acuerdos. No tiene palabra y no hay forma de que le votemos este presupuesto de ajuste”, sostuvo a elDiarioAR un funcionario que responde a uno de los gobernadores más combativos, que igual participó del zoom.
Milei ya viene de aplicar fuertes recortes a las provincias, con el Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid), el Fondo Compensador del Transporte y las transferencias de fondos para las cajas previsionales. Además de esos temas, los reclamos se concentran sobre todo en las deudas de Nación con las cajas jubilatorias de las provincias y el freno a la obra pública, que incluye el mantenimiento de rutas nacionales, muchas hoy en mal estado.
La reactivación de obras será un punto clave al que apelará el oficialismo para intentar destrabar las negociaciones. En ese sentido, hay distintas miradas sobre cómo se encarará la discusión del presupuesto. Algunos gobernadores planean ir en grupo a plantear sus objeciones, para sumar peso político, mientras que en el Gobierno buscarán partirlos y apuntar a las negociaciones individuales.
El malestar se extiende en el grupo de los seis opositores, que hacen lobby en distintos ámbitos contra el proyecto. Sus críticas llegaron incluso al grupo de WhatsApp que comparten con el resto de sus pares, llamado “23+1″, en el que Kicillof y Quintela se despacharon fuerte contra el Gobierno en los últimos días.
Dentro del grupo de los seis, hay situaciones muy disímiles. Desde el entorno de Ziliotto, por ejemplo, remarcan que la provincia tiene “equilibrio fiscal”. Sacan pecho al afirmar que gracias al último proyecto que logró aprobar –luego de meses de resistencia– el gobernador en la Legislatura, tienen un colchón sobre el cual descansar en caso de que la Nación decida sacarle partidas a la provincia. El caso más contrastante es el de Zamora, que tiene las cuentas en rojo y a eso adjudican el acercamiento que intentó hacer con la gestión nacional. el santiagueño fue el único de ese grupo que firmó el Pacto de Mayo, pero al poco tiempo empezó a moverse nuevamente con sus pares. El publicitado “Consejo de Mayo” todavía ni se conformó y el santiagueño está que trina contra Milei, quejándose de que incumplió sus promesas.
Los tiempos del debate
El esquema para debatir el presupuesto ya está armado: ocho reuniones de comisión en la Cámara de Diputados, que arrancarán el martes 1ro de octubre. La intención de Milei es aprobarlo en la Cámara baja la última semana de noviembre, para lograr que el Senado lo sancione antes de fin de año. Pese a su voluntad, el cronograma quedará sujeto a variaciones, porque dependerá de los acuerdos que se alcancen.
Antes de la presentación de Milei, los gobernadores lograron dar un mensaje contundente al aprovechar una reunión en el Consejo Federal de Inversiones (CFI) para unificar reclamos y publicar un documento con cuestionamientos a la gestión nacional. Allí pidieron “una distribución más equitativa entre la Nación y las provincias de los recursos coparticipables”. Aparecieron como autores los “gobernadores de las 23 provincias”, aunque Jaldo se apuró a decir que él no lo firmó.
En paralelo, la estrategia de los diputados de UxP será presionar para que los funcionarios de primera línea vayan a exponer al Congreso, principalmente el ministro Caputo, algo que no está previsto en el esquema oficial, y la de otras figuras políticas claves como Federico Sturzenegger, Patricia Bullrich y Mariano Cúneo Libarona.
El oficialismo encarará negociaciones paralelas: por un lado, con los gobernadores afuera del Congreso; por otro lado, abrirá la negociación tanto en Diputados como en el Senado, para que no vuelva a pasarle lo mismo que en el debate de la Ley Bases, cuando no hubo un esquema consensuado por ambas Cámaras.
Tanto en el Congreso como entre los gobernadores de la oposición, circula la sospecha de que a Milei podría no preocuparle demasiado la aprobación del presupuesto. “Vetaremos todos los proyectos que atenten contra el equilibrio fiscal”, reiteró en su presentación en el Congreso, sin mostrarse conciliador y atajándose a la posibilidad de un resultado adverso. El Presidente gobernó en todo lo que va de 2024 sin un presupuesto aprobado, por eso estuvo habilitado a hacer un manejo discrecional de las partidas. ¿Hasta qué punto cree que necesita aprobar el nuevo proyecto para 2025? Las opiniones están divididas, ya que algunos sugieren que prefiere continuar con la libre disposición de recursos, mientras en la vereda de enfrente se paran los que advierten que si no logra aprobarlo sería una pésima señal para los mercados y el FMI, afianzando la idea de que no logra establecer políticas por consenso. Las opiniones están divididas y el debate ya prevé extenderse hasta fin de año.
LA/MG