El presidente Alberto Fernández espera que el Congreso discuta, dictamine y apruebe la Ley de Emergencia Covid-19 para, con esa norma vigente, no tener que firmar otro DNU que extienda el esquema de restricciones, con una intermitencia entre fase 1 y fase 2.
Fernández envió el texto la segunda semana de mayo y fue aprobada días atrás por el Senado. Falta Diputados que fijó una hoja de ruta que no acepta, casi, margen de error: se convocó para este jueves a una reunión de comisiones para emitir un dictamen y por la tarde, se pautó la sesión.
El DNU actual caduca el viernes a las 00. En Casa Rosada, con un exceso de optimismo, apuestan a que haya un tratamiento express, se junten los votos y el viernes, contra reloj, la norma se reglamente y entre en vigencia antes del sábado.
“Estamos contando votos”, dicen en el oficialismo. Otra fuente afirma que están las firmas suficientes para emitir dictamen pero hay incertidumbre sobre el eventual tratamiento en el recinto. Un zoom más fino advierte que, al martes al atardecer, tampoco estaban los votos para sacar el dictamen.
En Diputados son cautelosos y no dan, ni mucho menos, por hecho que se logren las voluntades para garantizar la aprobación. En el Frente de Todos (FdT) calculan un piso de 124 votos pero no terminan de asegurarse los 129 votos imprescindibles para el quórum.
“¿Quién se va a oponer a votar la ley? ¿Los cordobeses que tienen la provincia estallada?”, toreó una fuente oficial. Es un misil para Juan Schiaretti, que la semana pasada, luego de desafiar el DNU nacional tuvo que dar marcha atrás frente a la gravedad de la segunda ola y dispuso, entre otras medidas, la suspensión de las clases presenciales.
El bloque cordobés es, en esta y otras leyes, la llave para la aprobación pero Schiaretti, con un ojo puesto en la política provincial, rehusa aparecer como socio legislativo del Frente de Todos (FdT). Lidia, además, con la posición crítica que expresa Mario Negri, radical cordobés que preside el interbloque de Juntos por el Cambio (JxC), sector que anticipó el rechazo a la ley que entienden como la sesión de “super poderes” al Ejecutivo.
La expectativa de la Casa Rosada choca con los números que hacen en el Congreso. De hecho, hubo dos calendarios sobre el tratamiento de la ley en comisiones que se fue demorando: primero se habló de la semana pasada y luego del último lunes. No ocurrió y quedó ahora como fecha posible el jueves.
Puede, como variable adicional, que el gobierno empuje la norma con la intención de visibilizar el rechazo de JxC a establecer un esquema para abordar la pandemia respecto a las restricciones como, dicen en Rosada, se aplicó en Alemania.
DA