—Que trabajen el fin de semana, que sesionen el sábado y si es el domingo, mejor.
Desde Zúrich, a la espera del vuelo que lo llevará a Frankfurt para luego partir hacia Buenos Aires en un vuelo de Lufthansa, Javier Milei bajó la orden de presionar, al extremo, para evitar que la discusión de la ley ómnibus en el Congreso, se postergue para la semana próxima, hoja de ruta que por estas horas parece la más probable frente a la imposibilidad de lograr un acuerdo con los bloques opositores llamados dialoguistas.
Luego de su paso por Davos, donde hizo un discurso extravagante para el contexto —“Eso es lo que viene diciendo hace 5 años en Argentina”, recuerdan en Casa Rosada—, Milei volvió a entrar en modo criollo y se enfocó en la discusíón de su megaproyecto. Contra reloj, Martín Menem trata de acelerar el tratamiento, pero no consigue un punto de acuerdo con los bloques que aportan los votos imprescindibles.
Las intervenciones públicas del presidente no parecen, tampoco, ayudar. Entre dirigentes de Juntos por el Cambio (JxC), circuló la captura de un RT que hizo Milei a un usuario que destrató a Martín Lousteau, senador nacional y presidente del Comité Nacional de la UCR. Los modos del presidente, que se manifiestan en toda su crudeza en sus redes sociales, no facilitan las conversaciones con la oposición.
Lo de Lousteau —que el miércoles, en TN, fue muy crítico de su exposición en Davos— tiene una derivación extra, porque la UCR aparece tensiona entre el sector que expresa Rodrigo De Loredo, cordobés y jefe del bloque, con otro puñado de legisladores entre los que está, por ejemplo, Facundo Manes. Otro que cayó en la ráfaga tuitera de Milei fue Martín Tetaz, a pesar de que suele expresar acuerdo con muchas de las medidas que anunció el presidente.
Milei, por lo que trasmitió a funcionarios que están en Buenos Aires, está confiado en que el debate legislativo sobre su ley Ómnibus comenzará este fin de semana y se muestra, además, seguro de que más allá de tensiones y ruidos será aprobado. En Casa Rosada trasmiten que está avanzado el acuerdo, ponen en escena los puntos más críticos pero que se subsanarían, y apuestan a un acuerdo con los espacios provinciales para terminar de juntar los votos.
Así y todo, los números no dan. La cuenta que hacen en los búnkeres de los opositores amigables, que a pesar de esa actitud son castigados por Milei, es la siguiente: entre LLA y el PRO juntan 75 votos y podrían sumar 25 de la UCR alineada con la jefatura de De Loredo, con una caída de 10 votos radicales. Le faltan, ante eso, 30 votos que solo serían posible si el bloque que preside Miguel Pichetto y los provinciales accede a apoyar la propuesta libertaria, algo que hasta acá se ve muy difícil. Milei presiona a sus diputados y estos insisten en tratar de lograr dictamen para sesionar el fin de semana, en busca de una complicadísima aprobación antes del paro de la CGT convocado para el miércoles 24.
Casi en soledad, Menem y Oscar Zago, el presidente del bloque libertario, insisten con mantener activa la posibilidad de reunir a los diputados el fin de semana, el sábado o el domingo. Hay una posibilidad técnica sin acuerdo con los opositores dialoguistas: para eso, debería forzar el plenario y emitir dictamen propio, en minoría total, con lo que el texto de LLA podría ser el tercero porque el de la primera minoría sería el de UxP, luego el combo Hacemos-Provinciales-UCR y por último LLA y el PRO.
Si eso ocurre, la sesión se haría sobre la base del dictamen del peronismo, lo que haría más engorrosa la sesión y podría derivar, además, en una infinidad de cambios y votos cruzados. Ante esa insistencia, un dirigente de JxC, se hace una pregunta que circula intensamente en el mundo político. “¿Milei quiere de verdad que salga a la ley? ¿O lo que busca es que se la rechacen para encontrar culpables a los que quiere responsabilizar por los problemas que se vienen?”, planteó un referente ante elDiarioAr.
El apuro de Milei, que tiene el agregado de la provocación al Congreso con su idea de que “trabajen el fin de semana”, aparece con un soporte extra, nada menor, y que el presidente empezó a seguir con detenimiento: los sacudones que comenzaron la semana pasada en el mercado, que son más notables en la suba de los dólares financieros y blue, y que derivó esta semana en que la brecha con el oficial llegó al 50%.
En Gobierno, evitan atribuir esa escalada a un solo factor pero ponen en el menú que la demora en el tratamiento de la ley Ómnibus en el Congreso, es seguida con atención por el mercado y pone en discusión la profundidad y velocidad de las reformas que propone Milei, y que en varios aspectos, es apoyada y aplaudida por el mundo empresario. Milei sigue, atento, los movimientos en el mercado y a su lado deslizan que las subas de estas semanas tuvieron parte de su origen en la tensión política. “Es imposible que con 25 puntos de inflación, el dolar esté planchado pero la incertidumbre política suma confusión e impacta sobre el mercado”, confían en el entorno del presidente.
PI/JJD