Quién es Jonathan Morel, líder de Revolución Federal

elDiarioAR

20 de octubre de 2022 16:58 h

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Jonathan Morel tiene apenas 23 años y es, junto a Leonardo Sosa, fundador del grupo Revolución Federal. Se conocieron en abril de 2022, en un encuentro libertario en el partido de San Martín, provincia de Buenos Aires. En su adolescencia, ambos habían sido militantes de la candidatura presidencial de Mauricio Macri: en el caso de Jonathan, fiscalizó algún comicio. Hoy, está bajo la lupa de la Justicia por sus vínculos en el atentado contra Cristina Kirchner.

Como muchos jóvenes, desilusionados por el rumbo económico del gobierno de Cambiemos, Morel se volcó en el último tiempo al libertarianismo. En los tres años que su compañero Leonardo estuvo buscando trabajo, él se dedicó a vender flores en la calle, limpiar camionetas y casas, ser canillita, mozo, organizar eventos y trabajar para una ortopedia y una funeraria. Sufrió, como gran parte de la sociedad argentina, el trabajo informal y la precarización laboral, y pudo tener actividad solo cuando mentía sobre su experiencia.

En Revolución Federal, organizó escraches y ataques a funcionarios del gobierno y dirigentes políticos. En las vísperas del intento de magnicidio a la Vicepresidenta, se lo vio en manifestaciones públicas, con mensajes de odio y amenazantes a aquellas figuras cercanas al Frente de Todos. Su objetivo: “que los kirchneristas tengan miedo de ser kirchneristas”. La presentación de la organización fue el pasado 25 de mayo, en una marcha de antorchas.

A diferencia de otros sectores libertarios que se limitan al debate en redes sociales, Morel y Sosa pretendían conquistar la calle. En esa movilización, se pararon frente al Cabildo, encendieron sus antorchas y las repartieron entre las Mabeles, el brazo femenino del grupo que Morel apadrinó.

El año pasado, con la plata de una indemnización por despido de un call center, Jonathan se convirtió en dueño de una carpintería en Boulogne. Habiendo aprendido del oficio en Youtube, fue él quien tuvo la idea de las antorchas, las cuales logró con madera, estopa de algodón y kerosene. Su cliente más grande es el grupo Caputo, la empresa de Nicolás Caputo, el “hermano del alma” del expresidente Macri.

En sus declaraciones a Anfibia, Morel dijo haberle hecho dos facturas: una por un millón de pesos y otra por 760 mil. El contacto fue el pasado marzo a través de una decoradora, que le encargó muebles para un edificio en Añelo, Neuquén. No supo dar muchos detalles sobre el trabajo, ni explicar cómo sin experiencia llegó a semejante arreglo. Por eso fue detenido este jueves, en el marco de una investigación que busca la relación entre dichos cobros con los ataques que sufrió la Vicepresidenta por redes sociales y en distintas manifestaciones.

El 9 de julio, aparecería otra invención de la carpintería de Morel: la guillotina. Esta vez, fue con un mensaje: “Todos presos, muertos o exiliados”. Esta vez sería distinto, ya que el grupo de Whatsapp que comenzaron integrando Morel y Sosa solos se amplió, para incluir a sus Mabeles, su grupo de jubiladas, otros vecinos y jóvenes. A fines de ese mes, se lo vio en un violento escrache en las puertas del Instituto Patria, por el que ya hay una causa y un procesado: Claudio Herz.

El 3 de agosto, se pararon en el portón de Casa Rosada frente a la calle Rivadavia, para agredir verbalmente a cualquier persona que entraba: “kirchnerista, chorro, colgar, bala”. Esta violencia se tornaría física, cuando golpearon y patearon el auto donde se encontraba Sergio Massa, a punto de jurar como Ministro de Economía. Uno de los agresores fue Fernando Sabag Montiel. Jonathan pensaba en su próximo acto, el cual sería reventar la reja de la Casa de Gobierno con un malacate, y “que entren los que quieran entrar”.

Quince días después, volverían a la Plaza de Mayo, aunque su plan no tuvo la convocatoria que esperaban. Otra vez encendieron antorchas, pero también bombas molotov que arrojaron hacia a la Casa Rosada, junto a Brenda Uliarte y Gastón Guerra, ya detenidos en diferentes causas. Fueron dispersados por la policía.

A fines de agosto, cuando se llevaban a cabo vigilias frente al domicilio de la vicepresidenta Cristina Kirchner, Jonathan dijo en un vivo de Twitter: “lástima que a mí ya me conocen la cara, porque si no, sabés cómo me infiltro ahí una semana y espero a que baje... pero yo te juro... si a mí no me conocieran los nenes de La Cámpora, yo voy, te canto ahí la marcha peronista siete días seguidos y en cuanto puedo paso a la historia. Después, me linchan. Pero paso a la historia”. Más tarde, diría que “el atentado a Cristina me parece una completa locura”.

A las 9:58 de la noche del jueves 1° de septiembre, Jonathan Morel se enteraba por WhatsApp que Fernando Sabag Montiel acababa de gatillar una pistola Bersa calibre .32 con cinco balas cargadas a centímetros de la cara de Cristina Kirchner: “Ahí estoy viendo, casi la mata, ¡No salió el tiro, la concha de su madre!”, dijo en un audio a Anfibia. Su biografía de Twitter decía “Bala a los kirchneristas”.

No tenemos nada que ver con el intento de magnicidio contra la Vicepresidente. No conocemos a Brenda ni a Fernando. Yo repudio el atentado, por supuesto.

Este jueves 20 de octubre, el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi ordenó su detención, como la de Sosa y Guerra. El magistrado investiga solo a Revolución Federal y no al atentado contra Cristina Fernández, cuya causa está a cargo del juzgado de María Eugenia Capuchetti. Para el juez, hay elementos que prueban un nexo entre el ataque frustrado y la incitación a la violencia, y aceptó como querellante a la Vicepresidenta. Por otra parte, Capuchetti consideró que deben investigarse como hechos separados.

Las detenciones se realizaron este jueves, al mismo tiempo que 11 allanamientos llevados a cabo por el personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Entre ellos, se allanaron domicilios de la empresa Caputo Hermanos en el centro de Buenos Aires, que pertenecería al exministro de Cambiemos Luis “Toto” Caputo, primo de Nicolás Caputo, la cual hizo dichas transferencias de dinero a Revolución Federal.

Antes de su detención, Jonathan Morel publicó en su estado de Whatsapp un video, al cual pudo acceder elDiarioAR. El breve material es a bordo de un colectivo de larga distancia, con el mensaje “Chau”. En redes sociales, trascendió que fue detenido en la ciudad de Paraná, Entre Ríos.

LC