El fracaso de la sesión en Diputados

El “Nunca Más” de una libertaria y el faltazo de Pichetto: cómo LLA esquivó el escándalo por la visita a represores

Provocadora, la libertaria Lourdes Arrieta entró al recinto con el emblemático “Nunca Más” en la mano. Detrás suyo, lo hicieron Guillermo Montenegro, Alida Ferreyra, Beltrán Benedit y María Fernanda Araujo. Faltaban apenas minutos para que comenzara la sesión en Diputados cuando los cinco de los diputados de La Libertad Avanza que visitaron a Alfredo Astiz y otros represores –y que se sacaron fotos con ellos– se sentaron en sus bancas. Sus gestos no revelaban preocupación ni mucho menos. Dieron quórum a una sesión que estaba centrada en el escándalo por su viaje del Congreso a la cárcel de Ezeiza, pero que fracasó por el faltazo a último momento del espacio de Miguel Pichetto.

La división política entre las bancadas impidió que la Cámara baja avance al menos en un repudio público sobre el encuentro de los legisladores de Javier Milei con una decena de genocidas. El detonante fue la ausencia de Hacemos Coalición Federal, pero en el fondo nunca hubo un acuerdo entre los bloques sobre qué acción concreta tomar al respecto. El oficialismo había planteado que se vote una declaración con un repudio –considerado “vago” por los opositores–, el kirchnerismo y la Izquierda querían crear una comisión investigadora ad hoc, y el radicalismo y los federales buscaban una salida intermedia con un tratamiento en las comisiones permanentes vigentes. 

La caída de la sesión dejó perplejo a todo el arco parlamentario. Pese a la tensión que se respiraba en la previa, el oficialismo no logró mantener en pie una sesión con temas clave para su gestión: necesitaba aprobar la ampliación del Registro Nacional de Datos Genéticos para la investigación de delitos comunes y la autorización para la entrada y salida de tropas militares. A su modo, en Unión por la Patria también hubo cierto alivio, porque se esperaban fuertes declaraciones de LLA y sus aliados contra la denuncia de violencia de género de Alberto Fernández y sobre el fraude electoral en Venezuela. Se esperaba una sesión de unas veinte horas pero apenas duró unos veinte minutos.

El germen del fracaso de la sesión apareció en la reunión de Labor Parlamentaria, más temprano este mismo miércoles, donde se vieron las caras los presidentes de todos los bloques parlamentarios. Allí Martín Menem, titular de la Cámara baja, y Gabriel Bornoroni, jefe del espacio oficialista, propusieron que el recinto vote una declaración sobre la visita de los diputados a Astiz. El texto, señalaba una “profunda preocupación por la visita realizada por un grupo de Diputados de LLA al complejo penitenciario de Ezeiza en donde se encuentran detenidos condenados por delito de lesa humanidad”, pero evitaba mencionar los nombres de los involucrados, no refería a un encuentro concreto con los genocidas ni hablaba de “represores”, no usaba la palabra “repudio” ni aplicaba medida disciplinarias. Sí expresaba una “firme e inquebrantable compromiso con el proceso de Memoria, Verdad y Justicia” y afirmaba una “defensa irrenunciable y sin condicionamientos del sistema democrático”.

“Tuvieron buena intención en hacer ellos esa declaración, pero le pedimos que el mea culpa sea un poco más culposo”, contó uno de los opositores. “El texto era muy vago”, acusó un radical. La UCR buscó una salida intermedia: tenía como estrategia que Pablo Juliano, luego de que se votara la resolución en el recinto, pidiera a viva voz que sea la comisión de Asuntos Constitucionales la que lleve adelante una investigación sobre el rol de los libertarios. A su vez, la macrista Silvia Lospennato propuso que sea la comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento –que ella preside– el ámbito para tratar el tema. Tampoco el kirchnerismo y la izquierda tenían peso para obligar a crear una comisión especial, porque para ello necesitaban dos tercios de los votos de la Camara baja.

La moción de Lospennato tenía el apoyo de Pichetto, pero algo pasó a último momento que finalmente todo el bloque de HCF se ausentó al recinto. La justificación fue que nunca se llegó a abroquelar un acuerdo transversal. “No vamos a ser funcionales a discutir la agenda identitaria de los extremos del arco político”, planteó el espacio de los federales en un comunicado. 

En el bando libertario acusaron al espacio de Pichetto de una jugada de carácter vengativa porque finalmente Emilio Monzó no quedó dentro de la comisión bicameral de Inteligencia, discusión que ya lleva varias semanas. En ese marco, los federales están trabajando para que Diputados rechace el DNU que le otorgó a la SIDE unos 100.000 millones de pesos en gastos reservados. Piensan que podrían avanzar al respecto la semana que viene, con el apoyo de los radicales y UxP. “Esto viene por el quilombo de inteligencia, porque lo de los represores ya lo teníamos bastante conversado”, dijo un importante legislador de LLA en off the record. “Pichetto está feliz”, se congratuló con sorna un compañero de bancada del histórico legislador.

El escándalo de la sesión tapó finalmente el escándalo por la visita a los represores. Ya caída la convocatoria apareció por el recinto Rocío Bonacci, la sexta diputada libertaria que fue a Ezeiza pero que no quiso estar en la foto con los condenados por delitos de lesa humanidad; siempre denunció que la habían “engañado” con que se trataba de una visita humanitaria. Su gesto de sorpresa dentro del recinto fue una síntesis del ánimo libertario. “Quería explicar mi postura”, había dicho ayer sobre la expectativa de la sesión.

Los oficialistas se habían reunido por la mañana para terminar de limar asperezas, sobre todo luego de que en las últimas horas se filtrara la foto en el penal de máxima seguridad. A la salida del cónclave en el Salón Blanco de Diputados se los vio conversando, por ejemplo, a Benedit, quien organizó el viaje a Ezeiza, con Marcela Pagano, diputada que ayer armó un homenaje interpartidario hacia las monjas francesas que fueron secuestradas y desaparecidas por Astiz. En las próximas horas al menos dos de los involucrados en la visita a los genocidas –Montenegro y Ferreyra– tienen pensado romper el silencio y emitir una declaración pública, supo este medio. Hoy, al menos, lograron esquivar la polémica y tener que dar explicaciones.

DM/MC