El senador por Formosa Luis Naidenoff disiente con el gobierno nacional. Para este abogado radical, que va por su tercer mandato en el Senado, en la provincia gobernada por Gildo Insfrán sí existen violaciones a los derechos humanos. Se refiere a las políticas de aislamiento compulsivo dispuestas por Insfrán para contener la difusión del Covid-19. Si bien no reclama la intervención federal de la provincia, el presidente del interbloque de Juntos por el Cambio asegura que la sociedad formoseña “fue encerrada, privada de su libertad y sometida a tratos deshumanos y crueles”. Los habeas corpus que presentó llegaron a la Corte Suprema Nacional. Pese a sus críticas al gobernador peronista, Naidenoff reconoce errores de la oposición para explicar que Insfrán sea reelecto ininterrumpidamente desde 1995.
Desde mañana, Formosa capital cambia de fase y vuelve a una etapa menos restrictiva. ¿Es cómo consecuencia de las protestas contra las políticas de Insfrán?
Después de los últimos acontecimientos, es una respuesta lógica de Insfrán para descomprimir. Dejó sin efecto la fase 1 y fundamentalmente hay algunas actividades que vuelven a normalizarse. El sector comercial, sobre todo. La gastronomía estuvo ocho meses sin funcionamiento, cuando no había circulación viral. La mayoría de los negocios están quebrados, cerrados, sin plan B. Además por la política del temor social, del miedo al contagio y a los encierros, no hay manera de activar la actividad comercial si no recuperás cierta normalidad de vida pandémica. La causa central del problema es que la sociedad fue encerrada, privada de su libertad y sometida a tratos deshumanos y crueles. Por la viralización de videos que levantó gente, intervino Amnistía Internacional y se hicieron presentaciones ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Eso se hizo sentir, para que los derechos humanos sean respetados en la Argentina. Porque Formosa no es una república aparte.
¿Qué violaciones a los derechos humanos hubo en Formosa?
Las que reconoció el propio Horacio Pietragalla (secretario de Derechos Humanos de la Nación). Si el jefe de gabinete dice que hay violencia institucional, esa violencia es ejercida por el Estado. Hubo encierros compulsivos. No había plan B para los ciudadanos. Las fuerzas de seguridad te tocaban la puerta a las dos de la mañana y te llevaban a un centro de aislamiento por haber tenido un contacto estrecho. No había margen para el aislamiento domiciliario. No hay pandemia que justifique la falta de racionalidad, medidas sin el mínimo principio de legalidad. Las imágenes hablan por sí solas. En los centros de aislamiento había camas contiguas, sin distanciamiento social. Y en la mayoría de los centros convivían asintomáticos con enfermos con síntomas leves y contactos estrechos. Gente con cuatro o cinco hisopados negativos seguían encerrados por 14 días y no no lograban recuperar la libertad.
¿El hacinamiento se dio solamente en el Estadio Cincuentenario?
-Lo del estadio fue emblemático. Fue la imagen del colapso. No es una política sanitaria, es una política de seguridad. Y eso genera un daño en la salud mental. Se dio en cada centro de aislamiento, no sólo en el Estadio. Acá los psicólogos dan servicios de manera virtual y el gobierno lo sabe. Ocurren ataques de llanto, de pánico, de fobia, palpitaciones. El gobierno jugó con fuego para sostener una política inflexible. Buscó encerrar sin importar el costo.
¿En qué instancia está el hábeas corpus que usted presentó ante la justicia?
Presentamos muchos hábeas corpus. Centralmente, fueron presentados en nombre de ciudadanos particulares y de otros potenciales afectados. Es colectivo y correctivo. Eso permite representar a un número indeterminado de personas encerradas. Ahora la Corte Suprema Nacional tiene que resolver la competencia. La provincia entiende que no le cabe a un juzgado federal. Y la Corte tiene que definir. Mañana hay audiencias.
¿La política de aislamiento más dura fue in crescendo en las últimas semanas?
-Así es. En los primeros días del año le mandé una carta a Insfrán con tres o cuatro propuestas para transitar esta etapa de la pandemia. La primera era que los portadores asintomáticos o leves transitaran la enfermedad en su domicilio. La segunda, activar el comercio. La tercera, que los laboratorios puedan hacer PCR porque acá el Estado tiene el monopolio de los testeos. Insfran me contestó.
¿Qué le respondió Insfrán?
Ellos no creen en las responsabilidades individuales del ciudadano formoseño. Ellos están convencidos de que el camino que emprenden es el correcto. Y que el éxito de política de seguridad, que no es de salud, se da porque descreen de la responsabilidad individual. Apuestan al encierro de la sociedad. Nadie quiere perder parámetros básicos de libertad.
¿El de Insfrán es un método autoritario pero efectivo?
No hay sistema que funcione así. Un sistema no puede ser eficaz si somete a la sociedad a la violación sistemática de los derechos humanos. Si para que funcione necesita tratos inhumanos y crueles, no funciona. Hasta un condenado tiene derecho a lugares higiénicos y esparcimiento.
¿El secretario Pietragalla actuó bien?
-Lo de Pietragalla fue puro maquillaje. Vino a lavarle la cara al gobierno de Insfrán. Yo ya había hecho una denuncia previa ante la Secretaría de Derechos Humanos. Justo 48 horas antes de que viniera Pietragalla, los centros fueron desmantelados. Le armaron un tour gubernamental. Tiene un compromiso militante, más que con los derechos humanos.
¿Piensa que puede ser un momento bisagra en Formosa?
-Las especulaciones electorales están a años luz de las expectativas de la gente. Espero que sea un antes y un después para normalizar la vida en Formosa.
¿Le reconoce méritos a Insfrán para explicar que sea reelecto desde 1995?
No podés analizar lo que pasa en Formosa sin considerar el contexto. Habrá méritos de él y una cuota de responsabilidad en la oposición, que no supo construir una alternativa.
¿Y a qué contexto se refiere?
El contexto es que el 95% de los recursos provinciales depende del Estado nacional. El único dador de empleo es el Estado, encima precarizado. El sistema electoral desvirtúa el propio voto con la ley de lemas y la reelección indefinida. Es una monarquía selectiva. En provincias como La Rioja, Tucumán, Santa Cruz y Formosa abundan noticias sobre tráfico de votos y sometimiento de pueblos originarios. Pero esos desvíos institucionales tenían una aceptación selectiva. La pandemia masificó el impacto. Ningún sector se salvó de las pésimas decisiones que tomó el gobierno de Insfrán.
¿Usted pide la intervención federal de Formosa?
No, no pido la intervención. Sí que vuelva la normalidad.
AF