“Teníamos a Messi afuera de la Selección y ahora volvió”. Lejos de una referencia futbolera sobre el campeón del Mundo, el comentario salió de un despacho oficial como metáfora de lo que significa para el Gobierno la visita de Lula da Silva, quien desde hace solo veintidós días –con un preocupante intento de golpe de Estado de por medio– es presidente de Brasil por tercera vez.
El mandatario del vecino país aterrizará este domingo a las 21 en Buenos Aires y será recibido, al pie del avión, por el canciller Santiago Cafiero. Permanecerá 48 horas en la Argentina, una ventana de tiempo suficiente para que la cúpula del Frente de Todos busque sacarle el máximo provecho: tendrá dos reuniones de alto nivel con Alberto Fernández –una bilateral a solas, y otro encuentro cerrado en el marco de la cumbre de la Celac–, mientras se espera una fotografía junto a Cristina Fernández de Kirchner, aunque por fuera de la agenda oficial.
El Presidente se juega mucho con la visita de su par sudamericano. “Alberto estaba solo hasta hace unos años en la región y ahora con Lula no lo está más”, consideró a elDiarioAR una fuente al tanto de los detalles sobre el primer viaje del brasileño fuera de su país. El análisis deja entrever que las coincidencias entre los mandatarios son la base de la relación bilateral que podrían tener ambos países de ahora en más, tanto político-ideológicas como personales. Fernández incluso visitó al brasileño cuando estuvo preso entre 2018 y 2019.
Alberto estaba solo hasta hace unos años en la región y ahora con Lula no lo está más
“En sus primeras declaraciones, Lula afianzó la agenda con nosotros. Y ahora va a potenciar el eje progresista al que hace poco se sumaron también (el chileno) Gabriel Boric y (el colombiano) Gustavo Petro. Comparten las ideas de integración regional, la pelea contra la desigualdad y el desarrollo industrial. Es muy estratégica su visita”, abundó el vocero.
Más escuetos, en otro despacho en la Casa Rosada también le sumaron adjetivos. “Es superlativo para Argentina y para el Gobierno de Alberto”, dijo un funcionario de trato diario con el jefe de Estado.
Ante semejante panorama, el desafío para Fernández será cómo hacer sustentable esa relación, ya que él está en su último año de mandato y el brasileño recién comienza su periodo de cuatro años. Como publicó la semana pasada elDiarioAR, el mismo día de su asunción –el 1 de enero– Lula le explicitó al argentino su deseo para que él –o a lo sumo, el Frente de Todos– pueda ser reelecto.
A la luz del ataque bolsonarista a los tres poderes del Estado brasileño, se le hace más que necesario a ambos presidentes dar un giro de 180 grados a la relación que hubo entre Buenos Aires y Brasilia hasta el 31 de diciembre pasado. Aunque tanto Mauricio Macri como Horacio Rodríguez Larreta se solidarizaron con Lula por los sucesos en la capital del vecino país, una victoria de Juntos por el Cambio en las elecciones amenazaría con llevar el recorrido que hagan ambas administraciones este año a foja cero.
Sin embargo, admiten en el Gobierno, en el plano electoral el brasileño no podrá aportar mucho. “Nadie está pensando en que la visita de Lula tenga una especulación electoral. Él nos puede ayudar a generar más comercio e integración, pero nuestro objetivo de gestión es bajar la inflación. Y por más fotos con Lula que tengamos, si no logramos eso, no ganamos las elecciones”, reconocieron en la Cancillería.
Un súper-lunes con Alberto
Fernández intentará plasmar esas condiciones de “estratégica” o “superlativa” de la visita de Lula en el mega-acuerdo que firmarán ambos presidentes este lunes en Balcarce 50. Se trata de una serie de convenios sobre intercambio energético y comercial con dos puntos sobresalientes: la posibilidad de que el gasoducto Néstor Kirchner se extienda desde Vaca Muerta a Brasil, y de que el intercambio bilateral pueda estar basado en moneda local.
Ambas medidas, a la larga, podrían permitirle a la Argentina disminuir el déficit que tiene con su principal socio económico. A octubre del 2022, el comercio bilateral rondó los U$S 2500 millones mensuales, con un rojo para el país de U$S 115 millones.
Aunque los detalles del acuerdo están “bajo siete llaves” –dijeron en Cancillería–, lo que firmarán los mandatarios le dará potestad para que los ministros de los dos gobiernos tengan las herramientas legales necesarias para operar en línea al marco general. “Es un puntapié inicial con una hoja de ruta escrita”, apuntaron en el Palacio San Martín.
En el caso del gasoducto Néstor Kirchner la intención es “adelantar papeleo” para que a mitad de año, cuando se finalice el primer tramo –entre Neuquén y Santa Fe–, ya esté encaminado el trámite burocrático de la extensión del mismo hasta Brasil –que ingresaría por el estado de Río Grande del Sur–. Como publicó elDiarioAR el viernes, ese plan será financiado por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social del vecino país, y contará con recursos de acerías brasileñas.
Tras pasar la primera noche en el hotel Sheraton de Retiro –misma sede que tendrá la cumbre de presidentes latinoamericanos del martes–, la agenda oficial de Lula comenzará a las 10.30: hará la habitual ofrenda floral al monumento de San Martín, frente a la Cancillería. De allí irá a la Rosada, donde en las escalinatas será recibido por Fernández.
Ambos mandatarios tendrán una reunión bilateral a solas en el despacho presidencial, a la que al final se sumarán –por el lado argentino– Cafiero, el ministro de Economía, Sergio Massa, y el embajador Daniel Scioli. Luego será la firma pública del mega-marco, en el salón Blanco de la Rosada, durante el mediodía.
Posteriormente, ambas comitivas compartirán un almuerzo en el salón Eva Perón. A las 15 se prevé en el Museo del Bicentenario un foro con empresarios de ambos países. Y, más tarde, una reunión con representantes de organismos de derechos humanos, como Estela de Carlotto, de Abuelas de Plaza de Mayo, y el Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel. Por la tarde-noche, Fernández y Lula estarán una hora en el CCK, donde habrá espectáculos culturales de ambos países.
¿Y CFK?
En la ajetreada agenda que tendrá Lula en su primer día en Buenos Aires no está oficializado ningún encuentro con Cristina Kirchner, pero tanto cerca de Fernández como de la vice apuestan a que ocurrirá. Las anteriores visitas del brasileño lo avalan.
La incógnita a dilucidar es cuándo podría ocurrir, ya que –por el distanciamiento que hay entre el Presidente y vice– sería muy difícil que ocurra en la Rosada o el CCK. Lula tiene tres “huecos” de tiempo libre este lunes en los que podría cruzarse con CFK, que ya estará en funciones en el Senado por el inicio de las sesiones extraordinarias.
La primera posibilidad es temprano por la mañana, antes de hacer la tradicional ofrenda floral a San Martín. Por la tarde, Lula no tiene agenda entre las 16 y las 18. Es la ventana de tiempo que se abrirá entre el momento en que deje la Rosada y vaya al CCK. Según supo elDiarioAR, en el protocolo que se maneja en el Gobierno, allí el brasileño volvería a su hotel. Por la noche, el mandatario culminará su actividad oficial a las 19 y no está previsto que cene con Fernández en Olivos.
Más lejana se ve la oportunidad de que el encuentro sea el martes, dado que la cumbre de la Celac será en continuado desde las 9.30 hasta las 18. Además, Lula será una figura muy buscada por el resto de los presidentes latinoamericanos que llegarán a Buenos Aires. Entre ellos se destacaría –en caso de confirmarse su visita– el venezolano Nicolás Maduro, que no viajó a la posesión de mando en Brasilia.
En el Gobierno reconocen que –de ocurrir– la postal CFK-Lula se está gestionando por fuera de los canales formales de Cancillería, dada la relación personal y los aceitados vínculos que hay entre ambos dirigentes desde los tiempos de Néstor Kirchner.
En diciembre del 2021, cuando el brasileño llegó para participar del acto por el Día de los Derechos Humanos, estuvo en Olivos y en la Rosada con Alberto, Cristina y hasta Massa –otros tiempos del FdT–, pero además visitó por su cuenta el Instituto Patria, que conduce el cristinista Oscar Parrilli.
El senador pensaba volar este fin de semana de Neuquén a la Capital Federal, supo elDiarioAR. Sin llegar a confirmar el cónclave, cerca suyo apuntaron que, por protocolo y su condición de presidente, Lula “debería visitar” el Congreso. Traducción: allí sería recibido por la vicepresidenta.
MC/MG