No hay recuerdos de un presidente en el balcón del Cabildo cordobés un 25 de mayo, que en 1810 fue centro de la “contrarrevolución” que enfrentó a la Primera Junta declarada en Buenos Aires, pero allí está ahora Javier Milei. Saluda con la mano derecha. Agita maniáticamente los dos brazos. Busca a su hermana Karina para que el público también la vitoree. Sus ojos ven una plaza San Martín repleta, con banderitas argentinas que se mezclan con amarillas y la inscripción de un león en negro, pero detrás de los primeros árboles hay muchos espacios vacíos. Es la primera vez del mandatario en la provincia donde sacó el 70% de los votos en el balotaje y no dejó pasar la oportunidad para dar la nota política.
Milei le encontró la vuelta al fracaso del Pacto de Mayo que quería firmar este sábado 25 en Córdoba con todos los gobernadores de país, pero que se pospuso por la demora de la ley Bases y el paquete fiscal: anunció que una vez que sus iniciativas legislativas sean sancionadas por el Congreso creará un “Consejo de Mayo” con autoridades políticas, sindicales y empresariales para aplicar medidas concretas para “reconstruir la Nación”. La base serán los diez puntos de aquel pacto original que anunció ante la Asamblea Legislativa. Al instante redobló su propia apuesta y lanzó una promesa ambiciosa y que generó la mayor euforia entre sus seguidores: dijo que habrá una “reducción significativa de los impuestos”. Empezará por recortar el impuesto al PAIS, que se recauda por la compra de dólares, aunque evitó dar precisiones de cuándo, cómo y cuál será el costo fiscal de esa medida. Hoy es el gravamen que más recauda el Estado.
“No hay destino posible si no le quitamos el peso del Estado a los argentinos de bien”, argumentó el Presidente en el discurso que dio en un escenario montado sobre la explanada del Cabildo, sobre la peatonal Independencia del centro cordobés, donde también está la Catedral. “Ustedes se dan cuenta de que estamos frente a un cambio de época, ¿no?”, dialogó con los militantes y simpatizantes libertarios que llenaron la mitad de la Plaza San Martín.
Los organizadores esperaban unas 10.000 personas, la Policía de Córdoba contabilizó unas 6000. Tuvo varios intercambios con los que fueron a escucharlo, en una tarde gélida marcada por temperaturas de un dígito. “¡Te amo!”, le gritó una señora; “yo también”, le devolvió el Presidente.
El “Consejo de Mayo” que anunció Milei estaría integrado, según dijo, de apenas seis personas: un funcionario del Ejecutivo, un representante por las 23 provincias, un diputado, un senador, un dirigente sindical y un empresario. No dio detalles de cómo será la conformación de esa mesa chica, pero sí ató su inicio a la firma del Pacto de Mayo, tras la sanción de sus leyes. “Serán los encargados de impulsar proyectos de ley para materializar los Acuerdos de Mayo”, promocionó. Con ese anuncio pomposo logró imponer la agenda y evitar que la centralidad haya sido el fracaso del Pacto de Mayo que había anunciado ya el 1 de marzo. O siquiera la inminente salida del jefe de Gabinete, Nicolás Posse, a quien Milei no saludó por la mañana en el Tedeum en la Catedral porteña y tampoco en el Cabildo cordobés.
Milei aterrizó en Córdoba pasadas las 14 en un avión oficial en el que solo lo acompañó su hermana y un grupo reducido de colaboradores. El gabinete y el resto de funcionarios viajaron desde Buenos Aires en un avión de la Fuerza Aérea. En el aeropuerto Ambrosio Taravella el Presidente se subió a un helicóptero también de la Nación –no quiso usar el de la provincia– y aterrizó en El Panal, la emblemática sede del gobierno local, donde fue recibido por el peronista Martín Llaryora. Juntos fueron al Cabildo en auto y luego recorrieron el histórico edificio, donde también se sumó el intendente Daniel Passerini. Gobernador e intendente fueron abucheados cuando los nombró la locutora oficial.
“Milei querido, el pueblo está contigo”, le cantó el público cuando el libertario salió llamativamente al balcón del Cabildo. En su segunda aparición en el escenario, ya estaba ataviado con la banda presidencial y el bastón donde están inscriptos la cara de sus perros, con el fallecido Conan en el centro. “Conan es cordobés”, había contado Milei cuando explicó allá por marzo porqué había elegido Córdoba con tanto tiempo de anticipación para el 25 de mayo. “¡Viva Conan!”, le gritaron este sábado entre la gente. “Ese es el gran cordobés”, le hizo un guiño el jefe de Estado.
Antes de tomar la palabra Milei saludó a sus invitados y dejó una nota política: evitó a Posse, como había hecho temprano en la Catedral. Al jefe de Gabinete hay voces de la Rosada en off que ya dan afuera del Gobierno. Sí cruzó un efusivo abrazo con la vice Victoria Villarruel. Y supo a quien elogiar con sus palabras: “Este crack que tenemos de ministro de Economía”, le dedicó a Luis Caputo cuando la gente vitoreaba “Toooto, toooto”. “Este gigante está domando la inflación”, afirmó Milei. “Estamos subiendo en popularidad y mi ministro se convirtió en un rockstar”.
Además de todo el gabinete nacional y la plana principal de la provincia y la municipalidad de Córdoba, también dio el presente el titular de Diputados, Martín Menem, y los dirigentes cordobeses de mayor trascendencia nacional: Gabriel Bornoroni, jefe del bloque de La Libertad Avanza; Rodrigo de Loredo, titular de la bancada de la UCR, y el senador Luis Juez, cabeza del PRO en la Cámara alta.
Pese a algunos chispazos discursivos, Milei tuvo un tono moderado en sus palabras, aunque no evitó las exageraciones y constantes reflexiones de autoelogio. “Estamos llevando adelante el ajuste más grande de la historia”, se jactó. Aunque cambió radicalmente sobre lo que había sido su “show” del Luna Park el jueves, cuando presentó su último libro con un mini recital de rock donde cantó dos canciones, sí rugió un segundo cuando saludó “Hola a todos” con voz ronca apenas tomó el micrófono en el Cabildo cordobés, imitando al cantante de La Renga. “Tranquilos, ya va a haber recital, pero no es hoy”, cortó el entusiasmo de su gente.
Después hizo una lectura propia y muy reducida de los últimos 214 años. “Mayo para nosotros es mucho más que una fecha. Es una doctrina de principios de lo mejor de la tradición argentina, que se resume en los conceptos de libertad y de democracia”, aseveró. Dijo que “los principios de Mayo” parieron la Constitución de Alberdi de 1853 y luego la generación del ‘80: “Mitre, Sarmiento, Avellaneda, Roca y Pellegrini, el gran piloto de tormenta”, enumeró Milei como “héroes”. Después omitió por completo el siglo XX y saltó directamente al presente: “En esencia nosotros no somos más que descendientes directos de la tradición de los revolucionarios de Mayo”, afirmó. “No es nuestra ambición revolver el pasado. Nuestra misión es sentar las bases para un futuro distinto para nuestros hijos”, señaló.
Prometió “derramar nuestra sangre si fuera necesario por la causa emancipatoria”. Y hasta parafraseó a Néstor Kirchner: “Vengo a proponerles un nuevo sueño: ser una nueva generación de mayo que haya tronar el ruido de rotas cadenas”.
Para terminar su acto, Milei bajó del escenario para darse un “baño de popularidad”. Se estrechó con saludos y abrazos con los simpatizantes y militantes que estaban en un vallado VIP que se armó al frente mismo del escenario: todos habían sido previamente identificados con DNI y respondían a las distintas agrupaciones libertarias que hay en Córdoba y que participaron en la campaña electoral. Así, solo entre los propios, Milei tuvo su afamado y esperado acto de mayo en la tierra que lo hizo Presidente.
MC/DTC