“Viva la libertad, carajo. Viva el campo argentino, carajo”. Javier Milei reversionó su propio latiguillo para sellar su pacto político con la Sociedad Rural. Con el grito libertario coreado por las tribunas, el Presidente cerró su primer discurso en la tradicional feria de Palermo donde esquivó hacer anuncios contundentes, pese a la presión del sector para que decrete el fin del cepo cambiario y de las retenciones. El mandatario le prometió a su público de empresarios del campo que esas medidas llegarán, pero no todavía, al menos hasta que el Gobierno no logre “exterminar” la inflación y lograr equilibrio fiscal.
“Volver a la senda de la libertad, llevará un enorme esfuerzo y tiempo, porque el cuadro de situación heredado era demasiado grave para una solución inmediata”, avisó Milei. Pidió tiempo y desde la SRA se lo dieron. El dueño de casa y titular de la entidad agraria, Nicolás Pino, le tendió la mano en su discurso previo: “Preferimos en este momento apelar a la paciencia del hombre y la mujer del campo, porque creemos útil darle al gobierno un espacio de confianza”.
El coqueteo político entre el Gobierno y la SRA tuvo varios gestos de acercamiento durante este frío domingo al mediodía. En varias oportunidades Milei y Pino chocaron puños y cruzaron miradas de confianza, y el Presidente llegó a decirle en público a su anfitrión: “Agradezco Nicolás tus palabras de tolerancia y paciencia”. El mandatario había sido recibido como en su casa, al punto que ingresó a la pista de La Rural saludando con su mano derecha desde el techo abierto de una camioneta. Hacia el final de la ceremonia, sentados al lado, compartieron un mate mientras contemplaban el desfile de los animales campeones de la 136° exposición de La Rural.
La cercanía entre Milei y los ruralistas más ricos del país chocó con el frío encuentro que tuvo con Victoria Villarruel. En medio de la tensión entre ambos que escaló con la crisis diplomática con Francia por el tuit de la vice, se saludaron de manera protocolar y no cruzaron diálogo en ningún momento del acto: entre ellos estaba sentado Pino y su pareja. Villarruel se sentó, a su vez, al lado del senador Bartolomé Abdala, presidente previsional de la Cámara alta y tercero en la línea sucesoria. Tampoco estuvo cerca de Karina Milei, que se acomodó en la otra punta de la tribuna, junto al jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Un dato de color abonó la distancia que hay entre las dos figuras del gobierno libertario: las cámaras de la transmisión oficial nunca poncharon a la vice durante el discurso de Milei. Tampoco las fotos oficiales los mostraron en el mismo encuadre.
El acto político comenzó con el discurso del titular de la SRA, quien varias veces se giró para mirarlo directamente al Milei. “Señor Presidente: los productores necesitamos la certeza de que usted eliminará las retenciones”, lo comprometió. Ahí el libertario le guiñó un ojo y le dio la mano. Luego Pino agitó: “Debe ser eliminado el cepo”, y se dio vuelta para observar al ministro de Economía, Luis Caputo, que estaba sentado apenas metros detrás suyo. El funcionario devolvió una sonrisa. El Gobierno apostó fuerte su pacto con el campo: toda la plana del gabinete se acercó a Palermo, desde la titular de Seguridad, Patricia Bullrich, al ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, e incluso el de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, y la canciller Diana Mondino. Desde la época de Mauricio Macri un Presidente no asistía a La Rural.
Pino negó que el campo especule con los silobolsas, pese a que estimaciones especializadas marcaban que a principios de julio aún restaban exportar unos u$s13.000 millones de la actual campaña. “Los productores del campo no somos magnates egoístas que, como a veces se dice, ‘se sientan sobre la soja’ y ‘no liquidan’ sus productos, especulando con las oscilaciones de su precio y despreciando las necesidades de divisas del país y las necesidades de alimentos de la población. El productor no es un especulador sino una persona eficiente en el manejo de lo que produce”, aseveró Pino. El ruralista ensayó una salida contundente a la crisis estructural del país desde su mirada, luego de calificar a las retenciones como “un impuesto distorsivo, discriminatorio y confiscatorio”: “Si se eliminaran, surgiría la respuesta inmediata del aumento en la producción, en el empleo, y, en definitiva, en la recaudación de otros impuestos más equitativos”.
Pino cerró su intervención coqueteando con otro de los latiguillos libertarios. “El Presidente ha dicho repetidamente que la victoria depende de la acción de las fuerzas del cielo. Tomamos su afirmación, pero le aseguramos que, en nuestro caso, las fuerzas del cielo se van a encontrar con las fuerzas del campo, como siempre, entregadas a la acción”, planteó el jefe de la entidad de los grandes terratenientes.
Luego entonces Milei se paró en el estrado. Frente suyo, sobre el campo, la SRA había desplegado una enorme bandera azul que rezaba “Acá hay campo para crecer”. “Tomemos el toro por las astas”, metaforeó el Presidente ante las tribunas para esquivar dar medidas concretas. Más que nada hizo promesas. Dijo que el Gobierno tiene pendientes unas 4000 reformas de desregulación económica.
“Cada día estamos más cerca para abrir el cepo”, adelantó sin dar precisiones de fechas. “Las retenciones sí podrán ser eliminadas y ese es mi compromiso”, agregó, aunque tampoco señaló cómo ni cuándo. Sí adelantó que en septiembre el impuesto PAIS al dólar llegará a 7,5% y que en diciembre se eliminará. “Nadie tiene tantas ganas como nosotros de salir de este modelo desastroso, donde el Estado entre retenciones y cepo, le expropia al campo el 70% de lo que produce”, planteó.
Con una voz notablemente cansada, luego de una visita fugaz a París para reunirse con Emmanuel Macron en el marco de la inauguración de los Juegos Olímpicos, Milei trató de ser honesto ante las tribunas. “Quiero detenerme para ser claros con ustedes, para que el modelo sea exitoso tiene que ser sustentable. Decir algo es mentirles”, planteó. Antes había tratado de endulzar los oídos de los ruralistas: dijo que “merecen ser llamados héroes”, reconoció que “la política los castigó con impuestos”, retrucó que sean llamados “oligarcas cipayos” y se animó a parafrasear el conservador slogan de la SRA: “‘Cultivar el suelo es servir a la patria’ no se me ocurre un lema más apropiado para nuestra nación. Trabajar la tierra y domesticar lo salvaje es hacer civilización”, afirmó.
DM/MC