Monto y plazos: crece la presión social contra el Gobierno y está en disputa el bono a la indigencia

Recién aterrizado de Estados Unidos, Sergio Massa tiene por delante una semana compleja. En los pocos días en que estuvo de gira por Washington, creció la presión social contra el Gobierno y asumieron tres nuevas ministras en el gabinete, dos en áreas muy sensibles en el marco de la crisis económica que atraviesa el país: Kelly Olmos en Trabajo y Victoria Tolosa Paz en Desarrollo Social.

Con las ministras de Trabajo y Desarrollo Social el jefe del Palacio de Hacienda deberá apurar en los próximos días una serie de decisiones que le reclaman las propias bases del Frente de Todos, principalmente las organizaciones con fuerte poder de fuego en las calles. En discusión está un bono para los millones de personas que viven en situación de indigencia –a pagar con lo recaudado por el dólar-soja–, así como la implementación de medidas para desarrollar la economía popular. 

También desde el gremialismo más cercano al kirchnerismo le reclaman un aumento de emergencia para el universo de los empleados formales. Será uno de los ejes de la movilización que este lunes encabezarán Máximo Kirchner y Pablo Moyano en Plaza de Mayo por el Día de la Lealtad.

“Cuando vuelva Massa de USA”, fue la respuesta que elDiarioAR recogió de un funcionario nacional e influyente dirigente territorial en el conurbano. Son los tiempos que la Casa Rosada maneja para usar la lapicera. La centralidad que el ministro de Economía tiene en el Gobierno además revela el lugar cada vez más desdibujado que tiene Alberto Fernández en la gestión diaria.

Fue el propio Massa el que avisó a las organizaciones oficialistas nucleadas en la UTEP que lo esperen a que regrese de EE.UU. para formalizar medidas concretas. Se lo transmitió personalmente a Emilio Pérsico –jefe del Movimiento Evita–, Daniel “Chucky” Menéndez –de Somos-Barrios de Pie–, Juan Carlos Alderete –de la Corriente Clasista y Combativa (CCC)– y Esteban “Gringo” Castro –titular del gremio de la economía popular– en la reunión que compartieron hace dos semanas en el despacho presidencial de Balcarce 50. 

Ya se sabía que Juan Zabaleta quería dejar su cargo en Desarrollo Social, cartera donde las organizaciones sociales ocupan un sinfín de despachos. El viaje de Massa a Washington coincidió entonces con la asunción de la nueva ministra. Tolosa Paz no hará más que profundizar el camino marcado por el renovado intendente de Hurlingham: “pisar” los planes sociales y delegar en el jefe de Economía cualquier medida que implique aumentar el gasto social.

De aquella reunión en Casa Rosada, los dirigentes sociales se fueron con el compromiso de que el Gobierno finalmente creará el Consejo de la Economía Popular, un organismo para atender políticas puntuales para el sector. Pero menos firme quedó la posibilidad de que se oficialice un bono para la indigencia, una medida que Juan Grabois –líder del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE)– negoció con Massa y del que se hizo eco la propia Cristina Kirchner. 

Hubo un aviso del tigrense de que esta semana habría una novedad en ese sentido –según coincidieron al menos cinco fuentes distintas–, pero hay mar de fondo. Existe una tensión entre el MTE y el Evita –accionista mayoritario de la UTEP–, que rechaza que haya más planes y dinero destinado a subsidios.

“A las puteadas”

La primera incógnita sobre el bono es el monto y los plazos. Fuentes del Frente Patria Grande –el brazo político del MTE– adelantaron que podría ser de 50 mil pesos a pagar en tres cuotas mensuales, pero como ya octubre está avanzado, temen que el refuerzo sea menor al esperado, o que se atrase al año próximo. Como sea, la inflación de un mes ya le acortó poder de compra a ese monto. “Nos habían planteado que era octubre, noviembre y diciembre, y olemos que se quieren comer un mes”, lanzó un dirigente cercano a Grabois en la semana que pasó. “Estamos a las puteadas porque todavía no hay nada concreto”, advirtió. 

Pese al enojo, Grabois no rompió aún la “paz pública” con Massa. Desde que el tigrense asumió como ministro, él dejó de hacer declaraciones mediáticas y en los últimos días aprovechó para realizar un “retiro espiritual”. El fin de semana próximo tiene previsto visitar al Papa Francisco en Roma.

La segunda incógnita sobre el bono es el universo de beneficiarios. Serían 2 millones de personas que viven en condiciones de indigencia y no cobran ningún otro beneficio del Estado, aunque esa realidad es más grave. “Por lo menos tendría que ser para 4 millones de personas, lo que es un ‘paquete’ más de guita”, reparó otro dirigente territorial. 

Si se toma en cuenta el número más conservador, el gasto total sería de $100 mil millones. En concepto de retenciones, el Gobierno recaudó por el dólar-soja 443.000 millones de pesos. Es decir que dinero para financiar el bono a la indigencia, habría. Pero el Evita y la UTEP tienen otro plan para esos fondos y fue lo que le reclamaron al Presidente y a Massa en sus reuniones. 

Economía Popular vs. bono

“Le pedimos que el decreto que direcciona el dinero del dólar-soja sea para política social”, comentó uno de los presentes en aquel cónclave al filo del feriado XXL. Otro importante dirigente del Evita tradujo: “el Gobierno debería destinar esa inversión a lo productivo”. Esto es, medidas concretas para potenciar y desarrollar la economía popular, donde conviven diez millones de personas que están en la informalidad: un monotributo social, compra de herramientas, y hasta créditos flexibles para quienes trabajan y producen en la economía popular.

Ese plan de políticas sociales sería el contenido del Consejo de la Economía Popular que Fernández y Massa tienen “a la firma de un decreto”, según confió una fuente. En el Palacio de Hacienda se manejaron con hermetismo y enfocados en la agenda massista en el país del norte. 

¿Cuánto dinero se gastó en subsidios y planes desde el retorno de la democracia y la pobreza nunca dejó de aumentar?

Un dato histórico: el Consejo es una deuda de la ley de Emergencia Social que se sancionó el 14 de diciembre de 2016, durante el macrismo, tiempo en que el Evita había tejido una buena relación con Carolina Stanley al frente del emblemático ex edificio de Obras Públicas. 

Un dato político: el organismo tiene que estar integrado por tres funcionarios nacionales –elegidos por las carteras de Economía, Desarrollo Social y Trabajo– y tres representantes de las organizaciones sociales. Ahí entrarían el Evita, Somos-Barrios de Pie y la CCC, todas oficialistas. Afuera quedaría el MTE. “Está dando vueltas esa idea del consejo pero a nosotros no nos informaron demasiado, debe ser que no nos consideran taaaaaaaaan oficialistas”, apuntó con sorna un allegado a Grabois.

Un dato de la coyuntura: tampoco el MTE estará en el Cabildo Abierto que este lunes harán las organizaciones sociales en el estadio del club Laferrere para celebrar el Día de la Lealtad. Ni siquiera se invitó al Presidente.

En la vereda de enfrente, en la organización que conducen Pérsico y Fernando “Chino” Navarro argumentan su rechazo al bono con una pregunta que mete el dedo en la llaga: “¿Cuánto dinero se gastó en subsidios y planes desde el retorno de la democracia y la pobreza nunca dejó de aumentar?”, apuntó un dirigente también con despacho en Desarrollo Social, que le echó tierra al MTE: “Yo no creo que el bono salga”.

En medio de la disputa entre las organizaciones oficialistas y la presión contra Massa estará Tolosa Paz haciendo equilibrio. Ya con su flamante traje de ministra, tampoco confirmó el bono. “El bono tiene que ser parte de una política integral. Tiene que ser la garantía de que, hasta que esas personas no tengan empleo, va a haber un Estado que con distintos mecanismos va a sostener el plato de comida”, dijo el jueves a la noche en C5N. Y sin dar detalles, le pasó la pelota a su par de Economía, esperando su regreso desde EE.UU. “El bono es parte del compromiso que voy a seguir con Massa”.

MC