Natalia Hernández es docente de Ciencias Económicas y concejal del PTS (Partido de los Trabajadores por el Socialismo) y el Frente de Izquierda en La Matanza, un distrito clave, con alrededor de dos millones de habitantes.
Allí tiene su sede el centro de lógistica de Mercado Libre. Hernández conoce muy bien el caso, tanto en lo relativo a las exenciones impositivas de las que goza el empresario Marcos Galperin, como en lo que tiene que ver con las precarias condiciones laborales en las que se trabaja allí. Dice que en La Matanza se siente muy fuertemente la crisis económica y que urge que los trabajadores se organicen para planificar un futuro diferente.
—¿Cómo es tu historia personal? ¿Cómo te relacionaste con la militancia, con la política en La Matanza? ¿Cómo fue tu inicio cuando ni te imaginabas que podías llegar a ser concejal?
—Porque quizás en el lugar donde vivo, que es La Matanza, que viví siempre en Virrey del Pino, en el kilómetro 36, ir a la escuela, incluso el viaje hasta el Joaquín V. González, donde hice el profesorado, siempre fue cuesta arriba. Mi viejo laburaba en Parke Davis, que en los 90 fue un sector golpeado. Fue despedido después de 28 años de laburo y luego, el corralito. Entonces ir viendo todas esas cosas creo que de joven ya, de adolescente, empezás a decir: che, algo pasa. Y después empezar mi militancia fue desde docentes y principalmente una lucha muy sentida en el distrito, que es la contaminación ambiental. En La Matanza hay un negocio que es el negocio de la basura, de la CEAMSE. Aparte de la basura de los domicilios, hay un negocio de la basura de las industrias que iban ahí. Entonces las maestras fueron las primeras que dijeron: che, algo pasa acá. Están nuestros alumnos enfermos. Distrofia muscular, erupciones en la piel. Entonces fue todo investigar.
Mi militancia la empecé sintiendo mucho odio, mucha bronca por un negocio que hacían un puñado, un sector, que perjudicaba la salud de muchos sectores de la población en el lugar donde yo vivía. Justamente ayer se cumplieron 18 años de lo que llamamos el “Catanazo”, que fue un bloqueo de diez días en las puertas de la CEAMSE al que se sumaron muchas escuelas, trabajadores del distrito y unas asambleas que eran grandes, 500 personas, más o menos. Ahí empezó mi militancia y luego mi militancia revolucionaria, porque decir, bueno, ante esta situación, ¿hay una salida? Yo opino que sí hay una salida y ahí conocí a mis compañeras, a mis compañeros del PTS, que hace muchos años ya estoy militando con ellos, precisamente porque opinamos quizás a partir de nuestra realidad, la situación muy crítica que vemos cotidianamente, ¿cómo puede ser que en un país donde se producen alimentos para 400 millones de personas 46 millones no puedan comer? Mis alumnos cuando voy a la escuela dicen: profe, si como milanesas los días miércoles es una alegría. Hay una explicación. Creo que en esa búsqueda de respuestas, conocí las ideas del marxismo y me hice revolucionaria.
—Fue todo con un reclamo en contra de que las empresas tiraran los desechos en La Matanza, ¿no? O sea, una lucha ambiental, y eso logró su objetivo.
— A medias. Sigo muy preocupada por la situación ambiental en el distrito, porque si bien se logró frenar una parte, hoy sigue el reclamo del saneamiento de todo el terreno de la CEAMSE, porque siguen los barrios que tienen las consecuencias, las enfermedades de la contaminación. Pero también lo que fue avanzando estos años en el distrito fueron grandes empresas multinacionales que arrasan con todo. Producción a como dé lugar, ritmos de producción, precarización laboral y también la contaminación. Hay un caso que sigo fundamentalmente que es Klaukol, que es una multinacional. Klaukol está en Virrey del Pino y hace muchos años los vecinos vienen denunciando lo que contamina, que respiran vidrio molido y que les trae un montón de perjuicios a su salud. El juzgado tuvo que reconocer que contamina, que tienen que hacer un saneamiento. Pasaron los gobiernos o incluso el intendente. Nadie dice nada. Y Klaukol sigue facturando millonadas. Y las familias siguen en esta situación, los vecinos en el barrio Las Mercedes. Entonces sigue estando latente la situación ambiental. Creo que también en La Matanza, donde hay un reclamo, hay una pelea, hay una lucha. Como el caso que te contaba recién contra la CEAMSE, también se dan contra estas grandes empresas. Ir sacando conclusiones de que detrás hay beneficios económicos. También es importante para sacar conclusiones que esos empresarios que están ahí es porque tienen un ava del gobierno de turno que deja que rompan todo el medio ambiente, que no les importe nada, con un objetivo, que es el aumentar sus ganancias.
—Gobierna Fernando Espinoza hace mucho tiempo. En algún momento lo hizo también Verónica Magario, hoy la vicegobernadora. ¿Cómo describirías la situación social en La Matanza donde gobierna Espinoza? También uno puede decir que ya van 11 meses del gobierno de Milei ¿Cómo cambió? ¿Qué percibís? ¿Qué es lo que más te preocupa de la situación que se vive hoy?
—Es muy crítica la situación en La Matanza. Se ve, se expresa en las escuelas. Yo soy docente, se ve en las aulas, en los barrios. Hay una situación que lleva muchos años, que es la crisis habitacional en el distrito. Las trabajadoras de salud en los hospitales, que sostienen los hospitales constantemente, totalmente precarizadas. Y alimentos. En una Matanza donde se han perdido puestos de trabajo o los trabajos son muy precarios. O incluso quienes tenemos laburo estable también es imposible pagar el alquiler, garantizar la comida a las infancias. Si tenés hijos a cargo, es muy complicado. Entonces la crisis se expresa. Hoy estamos peor. La situación alimentaria es categóricamente peor. Tiene mucho que ver Milei, pero venimos de gobiernos anteriores que han sido de otro signo político, el peronismo en particular, y que han garantizado el beneficio de grandes empresas.
Quizás escuchás en los medios de comunicación y te dicen La Matanza de los pobres. También me gusta hablar de La Matanza donde hay plata. Porque en La Matanza el año pasado con compañeros de economía del PTS estuvimos viendo que, por ejemplo, que Espinoza dice que hay 7.000 industrias. De esas 7.000 industrias, nosotros contabilizamos que hay 207 empresas que exportan, que cobran en dólares, y tienen totalmente precarizados a sus trabajadores. Y vengo insistiendo en el Concejo Deliberante que en La Matanza plata hay y la tiene Galperin. Marcos Galperin es el planero VIP. Digámoslo. Entonces está La Matanza de los movimientos sociales, los sectores que luchan, que no agachan la cabeza y muchas son mujeres, que dicen “quiero pelear por un pedazo de tierra para poder vivir con mis hijos”, las trabajadoras de salud, las docentes, que siempre peleamos. Pasa algo en una escuela y están las docentes con la comunidad peleando en La Matanza. Es decir, hay mucha lucha, pero tenés la estigmatización de quienes, por ejemplo, pelean por alimentos, y nadie cuestiona a un Marcos Galperín que se la lleva en pala. Y a mí me hierve la sangre porque realmente es brutal la situación en La Matanza, donde tenés los contrastes, porque en el barrio de alrededor donde está Mercado Libre, que es el centro de logística, paga dos mangos. Paga el metro cuadrado 87 $. Ponele, que son seis millones que paga de alquiler. ¿En cuanto hace Galperin seis millones?
—Estamos hablando del centro que está en el Mercado Central.
—Exacto. El centro de distribución logística que tienen en La Matanza. Hoy para una familia en La Matanza, por ejemplo, el alquiler es imposible. Implica, por ejemplo, un 50 o hasta un 70% de su ingreso mantener un alquiler. Entonces hemos presentado en el Concejo Deliberante proyectos. En particular sigo mucho la situación de las mujeres en el distrito y nos vinculamos con compañeras con una agrupación, se llaman Maternidades Feministas. Y su preocupación es el empleo y su preocupación es la vivienda. Presentamos un proyecto hace poco de un bono social de alquiler para las mujeres a cargo de familias monomarentales, y dijimos: planteamos esto y planteamos de dónde hay que sacar la plata. Hay que cobrarle a Galperin. Tasas especiales a las grandes empresas.
—Como pide el presidente, que dice: ¿de dónde hay que sacar la plata? Pide él que le den la información o que siempre le digan de dónde van a sacar la plata para financiar los proyectos. Ustedes le llevan una propuesta: que se la saque a Galperin.
—Y está cajoneado. No se trata. Entonces hay responsabilidades políticas. Yo creo que en La Matanza incluso que hayamos ingresado la izquierda revolucionaria por primera vez, porque no existía, es nuevo, es novedoso que haya concejales en distritos tan importantes en el corazón del peronismo. Creo que nosotros adelantamos un fenómeno que es el fenómeno de ruptura de amplios sectores de trabajadores y sectores populares que también fueron tomando cuenta y masticando bronca porque te decían “vamos por los derechos, el Estado presente” y no ve el Estado presente. En La Matanza hay 132 barrios populares, que les faltan servicios, que no tienen agua potable. Hay una emergencia habitacional. El trabajo es la precarización laboral mientras exportan y se la traen en dólares. Creo que es lo que expresamos también en el Frente de Izquierda en el 2021, cuando ingresamos a los Consejos Deliberantes, aparte de que somos parte de aquellos que salen a pelear en La Matanza.
Me tocó ser parte de la conducción del sindicato, este sindicato tan importante en la provincia como es el Suteba. Estuvimos diez años en la conducción del sindicato, fui la primera secretaria de Géneros y Diversidades. Entonces desde ahí también nos vinculamos a un montón de luchas y sectores. Es decir, no es que un día nos despertamos y dijimos: bueno, quiero ser concejal. La verdad que nuestra militancia cotidiana es con o sin elecciones, siempre por derechos muy genuinos. Cuando ingresamos a los consejos deliberantes, les llamaba la atención a muchos. Es más fácil ser diputado que ser concejal. Les llamaba la atención porque en última instancia creo que se sigue manteniendo esto de que hay una crisis de representación y es muy fuerte en sectores donde faltan muchos derechos decir que el Estado está presente. No está presente. Entonces, al no estar presente también hay responsabilidades políticas. Porque me dirás: bueno, en 2023 canaliza la derecha con Milei. Y, sin embargo, incluso pibes que han votado a Milei en distintos barrios del distrito van también sacando sus conclusiones. No es que lo votaron porque tienen acuerdo con el programa La Escuela Austriaca. No, no. Votaron porque había un enojo, un malestar. Mis alumnos me dicen: queríamos algo nuevo, profe.
—Hace unos días la Justicia ordenó levantar la clausura que había decidido Espinoza en el Centro de Logística de Mercado Libre que tiene 56.000 metros cuadrados en el Mercado Central. Espinoza decía: esto no tiene habilitación municipal. La empresa dice: nosotros invertimos 75 millones de dólares. Dice que puede crear 2.300 puestos de trabajo. ¿Cuál es la postura de ustedes en esta polémica que hay ahora: Galperin contra el municipio; Espinoza contra Galperin?
—Nos parecía bastante show porque Galperín no está desde ahora. Está situado ya hace varios años en el predio y no paga un centavo. Incluso en el gobierno de Fernández, cuando en el Congreso votaron darle exenciones, beneficios económicos a Galperín, la manito la levantaron todos menos los diputados del Frente de Izquierda. Es decir, está bien ganado el título de planero VIP. Esto ha sido en acuerdo. Yo en el Consejo Deliberante también pregunté muchas veces por Galperin. Es como una ciudad aparte, un enclave. El enclave de Galperin en La Matanza. No podés acercarte porque salen policías. Galperín en la logística innovó, fue un anticipado a la reforma laboral con la ley Bases: banco de horas, precarización, el monotributo. Y nadie lo cuestionó. Espinoza eso no lo cuestionó.
—Está desde 2017, ¿no? Macri le dio la posibilidad de instalar ahí el Centro de Logística.
—Sí, sí. Y lo mantuvieron y sostuvieron. En el Congreso lo que votaron a favor, lo votaron todos. Entonces, los beneficios que tiene a costa de millones y la precarización laboral, eso Espinoza no lo cuestiona. Pide algo que es elemental, pero como hoy están tan creídos, se la re creen y dicen no me importa nada. Y fue Espert a la puerta a sacarle la faja, diciendo: Acá la libertad se impone.
—Espert con Sebastián Pareja, con Leila Gianni.
—Sí, fueron ahí, hicieron un show. Ahora la justicia, qué rápido, ¿no? Porque a veces en la Justicia, un caso laboral, un trabajador echado de manera injusta, pasaron años para que salga el fallo a favor. Galperin tiene todo a disposición. La justicia, el gobierno. Y yo decía: qué claro ejemplo de clasismo. Porque Espert, que estaba ahí en la puerta diciendo “te saco la faja y entro, no me importa nada”, con todo ese montaje que hicieron, días anteriores le decía delincuentes a los estudiantes que, por ejemplo, en la Universidad de La Matanza estaban en la puerta de la universidad, querían hacer asamblea y decidir como parte de un fenómeno que se dio a nivel nacional. Entonces, los estudiantes que democráticamente decidieron defender la educación, el sueldo de sus docentes y, por ejemplo, tomar las universidades con clases públicas abiertas, como se vio a lo largo y ancho del país, eran delincuentes. Ahora él, que estaba ahí defendiendo a capa y espada el negocio de Galperin, daba un mensaje: Con los ricos todo, no nos importa y te imponemos. Ahora, si sos pobre, sos estudiante y peleás por la educación pública como en la UNLAM, bala, como dicen siempre. Entonces es muy claro el rol que quieren cumplir y lo dicen sin despojo.
—Mencionabas el caso Galperin y el convenio que tienen adentro de Mercado Libre como un antecedente de la Ley Bases. Incluso leí una nota tuya en la que se contaban las condiciones de trabajo que hay adentro en base al testimonio de varios empleados despedidos. ¿Cuál es la realidad que se vive por dentro en el predio de Mercado Libre en La Matanza?
—Trabajadores despedidos que dijeron: toman a muchos jóvenes. Te dicen: los pibes que terminan la secundaria y quieren trabajar, los toman tres, seis meses y chau. Trabajan hasta 12, 13 horas muchas veces. Y antes de ayer, me escribía con un trabajador de los llamados colaboradores. A partir de esta nota, él comentó en la publicación que tenemos en La Izquierda Diario que también trabajaba para Marcos Galperin, en una empresa tercerizada, que el 95% de la paquetería que distribuyen es de Marcos Galperin, es para Mercado Libre, con contratos basuras o monotributistas sin posibilidad de cobrar aguinaldo, ni ART, ni nada. Y que ellos, los trabajadores, decían esto que decía recién: ¿cuánta plata hace por minuto Galperin? Estos 6 millones que paga por alquiler es simbólico porque no le significa nada. Y estos trabajadores de los despedidos, los trabajadores que están ahí o los llamados colaboradores, la tienen muy clara porque la ven cotidianamente pasando los paquetes de cuánta plata va ganando por minuto, por hora. Y es una millonada.
Creo que en el caso de Galperin tenemos otra propuesta también. Decimos que hoy las condiciones están, por ejemplo, para que en las empresas más importantes se pueda reducir la jornada laboral. En La Matanza, donde hay muchos que pelean por trabajo, muchos movimientos sociales, podrían ingresar al mercado laboral repartiendo las horas de trabajo con estos compañeros que vienen peleando en el distrito. Ahora Galperin incluso dice: se crearían más de 2.300 puestos más. Nosotros queremos que trabajen menos sin la reducción del salario, porque creo que están las condiciones, así como lo cuentan los propios trabajadores, de las millonadas que hacen. Creo que los trabajadores también tenemos que subir las aspiraciones, porque lo que te venden los sindicatos es espera. Hoy la estrategia que vemos es de pasividad. Todas las luchas enormes que estuvimos viendo son, a pesar de los sindicatos o a pesar de los centros de estudiantes en muchos lugares, en el caso de estudiantil. Mis compañeros de En Clave Roja que están en todas las universidades nos comentan que fue toda una pelea también y vieron un ánimo de los estudiantes de ir a defender la educación en las tomas, en las clases públicas, diversas actividades que hicieron. Entonces a veces es pese a los sindicatos.
Hay una estrategia. Mi sindicato es el Suteba, de Roberto Baradel no quiere, se niega a hacer reclamos al Gobierno de la provincia porque es Kicillof. Entonces, creo que estos ejemplos que fuimos viendo dan muestra de que también tenemos que ir por nuestras demandas. Nuestra militancia también es, a partir de esta experiencia, que los trabajadores tomemos en nuestras manos el desafío de pensar la sociedad. Organización y planificación de los recursos, de los alimentos, de lo que se produce, de cómo se distribuye. ¿Por qué no lo podemos pensar? La verdad es que nosotros opinamos que sí y con un programa. Hoy lo que te ofrecen es seguir sometidos al Fondo Monetario. El año que viene, ¿cómo van a hacer para pagarla? Indefectiblemente va a ser ajustándonos en salud, en educación. Bueno, la verdad que nosotros planteamos: no queremos más el camino del infierno del Fondo Monetario y opinamos que es una salida cambiándolo todo, revolucionándolo todo y en estas condiciones también pensar una salida de los trabajadores y para los trabajadores.
—Espinoza también hablaba del vínculo de la Universidad de La Matanza y MercadoLibre. Decía que podían aportar la mano de obra. ¿Cómo ves eso? Porque también escuché que tenés críticas a la Universidad de La Matanza. Ahí hay un rector que es histórico.
—Es como el señor feudal de la universidad.
—¿Cómo es el vínculo entre Mercado Libre y la Universidad de La Matanza, ese vínculo que plantea Espinoza?
—Espinoza dice: señor Galperin, acá en la Universidad de La Matanza y en el CUDI (Centro Universitario de la Innovación) de La Matanza, podemos ofrecerle a usted la mano de obra. Nosotros lo que decimos en la Universidad de La Matanza, en el CUDI, los dos centros universitarios hay una enorme cantidad de pensamiento, de disposición, de herramientas para pensar precisamente en La Matanza de las mayorías. ¿Por qué no utilizar todo ese conocimiento que genera la Universidad de La Matanza? Me acuerdo hace poco con estudiantes de ingeniería estábamos acompañando un barrio en lucha por la urbanización del barrio, por el reconocimiento del barrio, y decían: bueno, nosotros quizás podemos armar los planos del barrio, podríamos ponerlos a disposición para la construcción de las casas, la electricidad, también con trabajadores eléctricos. Ahora, no es el pensamiento de ese trabajo colectivo que hoy nos lo apropian ponerlo a disposición de las mayorías. En última instancia, lo que dice Espinoza, es: tengo a disposición una mano de obra barata, que es lo que funciona, porque las pasantías y demás, hoy los estudiantes están precarizados, les cuesta mucho sostener sus estudios a la par que trabajan. Ese canto -“universidad de los trabajadores”- es una realidad, pero que también les cuesta sostenerla. Nosotros lo cuestionamos precisamente porque queremos cuestionar la universidad, ¿al servicio de quién? Es impresionante el conocimiento. Pero, ¿al servicio de quién está? Yo lo pongo en cuestión.Con Marcos Galperin, no, para que se siga beneficiando a costa de millones.
—Cristina Kirchner estuvo en La Matanza hace algunas semanas con el padre Tano Angelotti en un barrio popular, en donde está la parroquia San José. Y también hay dirigentes de origen popular, en su momento, como Toty Flores, Lalo Creus, que formaron parte de Cambiemos. Hoy Toty Flores está un poco más crítico del gobierno de Milei, pero Lalo Creus, que en su momento venía también de sectores ligados a los desocupados, de izquierda, está en el PRO. ¿Qué ves ahí en esa disputa electoral donde a la expresidenta le interesa La Matanza y también hay dirigentes que vienen de una trayectoria ligada a los sectores populares, pero hoy están en fuerzas de derecha o de extrema derecha?
—Oportunismo político hay en todos lados. En La Matanza también está. Incluso sectores como algunos que nombrabas recién, que están más mileistas que Milei. Defienden más que Milei en el distrito su política, por ejemplo.
—Lalo Creus, por ejemplo, candidato a intendente del PRO.
—Sí. Y tiene una forma de hacer política que no tiene nada que ver con la nuestra. Sí, yo veo que en La Matanza hay como un centro de operación política, que hay mucho interés. Yo creo que toman nota también de que hay mucho enojo y que es muy profundo, de daños estructurales o situaciones estructurales no resueltas por muchos años, 40 años. Y es muy difícil que esa gente vuelva a creer. No enamorás sencillamente diciendo “derechos o derecha”, “el Estado presente”. No se enamora así. Entonces tienen un gran problema. Yo creo que la crisis del peronismo es muy grande. Imaginate que estaban concentrados todo este mes en la disputa de las internas del PJ, los candidatos del PJ. Mientras, por decirte en La Matanza, si vino Cristina Kirchner, le habrán contado que hay mucha hambre.
—Está preocupada por la gestión en La Matanza, por problemas de gestión, y creo que debe ser lo único en lo que coincide con Kicillof. Hay preocupación por la gestión de Espinoza, por lo que sé, en los distintos sectores del kirchnerismo o tienen información de que la gestión es muy mala o no están de acuerdo con lo que está haciendo.
—Y saben también que hay muchos electores. Fijate que cada uno de ellos dice: La Matanza es una provincia más. Les es importante el distrito para ellos políticamente. Pero en última instancia no hay una preocupación por la resolución de los conflictos. Todo bien. Pero Cristina es bastante cheta. Es muy cheta Cristina. Entonces fue y se puso una campera de jean para ir al barrio del padre de Tano, donde habrá visto que hay mucha pobreza. Entonces, más allá de que no les guste la gestión de Espinoza, que está cuestionado, está muy cuestionado, en última instancia hay una gran problema que es cómo se resuelve esta crisis de representación que tienen. No lo pueden resolver en La Matanza. Mes a mes hay encuestadoras que ven la imagen que tiene el gobierno. Nosotros estamos justo en un distrito donde hay mucho rechazo al gobierno, hay mucha oposición, pero no termina de enamorar y de resolver sus crisis el peronismo. En la Izquierda tenemos una responsabilidad también, que es vincularnos como lo venimos haciendo a los sectores y plantear una salida de fondo. O es el ahogo del Fondo Monetario o es una salida y un programa que tiene que ver con la planificación de la economía. Tomando las riendas. Que podamos los propios trabajadores, los sectores populares, pensar y ser parte de construir y no solamente hacer este ejercicio de poner el voto cada dos o cuatro años.
Entrevista realizada por Diego Genoud en su programa Fuera de Tiempo (Radio Con Vos).
DG/CRM