El veto de Javier Milei al escaso aumento a los jubilados tensionó la cuerda política al punto que la oposición decidió finalmente intentar voltear el decreto presidencial en Diputados. Ayer los bloques de la UCR, de Miguel Pichetto y la Coalición Cívica firmaron un pedido para que Martín Menem convoque a una sesión el miércoles próximo a las 10. En paralelo, el sector de la CGT que responde a Pablo Moyano, junto con las dos CTA y las organizaciones sociales de la UTEP, confirmaron que harán una movilización frente al Congreso. Esperan que la presión callejera termine de definir la voluntad de los legisladores que aún están en dudas sobre el rechazo al veto.
Será una jornada de máxima expectativa, porque el Gobierno también trabajará en una delicada jugada de pinza. Por un lado, tiene que lograr que las fuerzas opositoras no consigan la mayoría especial de los dos tercios de los votos presentes. Por otro, seguramente las fuerzas federales de Patricia Bullrich activarán el protocolo antipiquetes para reprimir la protesta, como ya hizo los últimos dos miércoles de marchas en favor de los jubilados.
El poroteo en contra o a favor del veto aún es incierto, porque para la mayoría agravada son clave las presencias, pero también las ausencias. Si están sentados los 257 diputados en sus bancas, los dos tercios son 172. En la votación de la media sanción en junio hubo 160 votos a favor. Ya elDiarioAR adelantó que los gobernadores –sobre todo los radicales y los independientes– y las lealtades políticas tendrán la llave para inclinar la balanza hacia un lado u otro.
Ante ese panorama, las espadas parlamentarias de la oposición comenzaron a tejer en las últimas horas una estrategia de mínima. Fue lo que conversaron Pichetto con Rodrigo de Loredo, jefe del bloque radical, y Juan Manuel López, de la CC, hace dos días, mientras Guillermo Francos brindaba su primer informe como jefe de Gabinete. La intención del miércoles próximo es asegurarse antes que nada el quórum para abrir la sesión, es decir 129 voluntades de base.
Con el resultado de esa foto y ya teniendo el panorama claro de los presentes, profundizarán la conversación con los indecisos. Si el cálculo les da que pueden llegar a los dos tercios, plantearán votar directamente contra el veto. Pero si hay resistencias, buscarán una salida negociada que le meta presión al oficialismo: votarán un emplazamiento –que requiere una mayoría simple– a la comisión de Presupuesto para que el libertario José Luis Espert esté obligado a abrir el debate en ese cuerpo de trabajo. Entonces debería agendarse con fecha y hora un plenario junto a la comisión de Previsión Social, que dirige la radical Gabriela Brouwer De Koning. Allí la oposición empujará un despacho de mayoría para rechazar el veto, que debería volver a votarse en el recinto –otra vez necesitando dos tercios de los presentes–.
“Vamos a ir a una especie de PASO para medir cuál es el panorama. Porque aún hay muchas dudas en algunos para ir a votar en contra del veto. Queremos saber bien dónde estamos parados”, consideró ante elDiarioAR un diputado involucrado en las negociaciones opositoras. El legislador también entendió que el nivel de la movilización puede ser determinante al respecto.
“Están muy ajustados para los dos tercios. Se va a seguir negociando para llegar. Ojalá mucha gente acompañe a los jubilados en la calle, a veces la presión ayuda”, consideró otra voz parlamentaria en el bloque de Pichetto. La marcha que encabezará Moyano estaba prevista para el día siguiente, pero se adelantó a partir de la voluntad opositora de que se vote el miércoles. Fue convocada a las 13 –tres horas después de iniciado el debate– por la Corriente Federal de los Trabajadores (la pata moyanista de la CGT), el Frente Sindical kirchnerista, las dos CTA, la UTEP y la Mesa de Organismos de Derechos Humanos.
“Lo mejor es tratar el tema ya mientras está caliente”, entendió un operador del radicalismo. El timing es importante porque la semana siguiente el eje de discusión estará puesto en el Presupuesto 2025, con el condimento especial de que el propio Milei irá a presentarlo al recinto de Diputados. “El 15 de septiembre se va a abrir otro proceso de intensa negociación”, consideró la espada de la UCR. El Presidente podría ir el lunes 16 o el martes 17. Hasta ayer en el despacho de Menem desconocían los detalles de cómo será esa exposición mileísta. “Va a ser un show”, cuestionó un diputado cercano a Pichetto.
Votos para un lado y otro
Con la sesión confirmada, los próximos días serán de frenéticas negociaciones tanto en la oposición para juntar los dos tercios como en el oficialismo para bloquear ese número. El cálculo que hacen los opositores es que tienen ya abroquelados los 99 de Unión por la Patria, más los 5 de la Izquierda (que anteriormente se abstuvieron), los 6 de Carrió y los 8 de Innovación Federal (referenciados en los gobernadores de Salta, Misiones y Río Negro).
La UCR será clave porque tiene 34 miembros y aportó 33 en la sesión anterior –se ausentó el correntino Manuel Aguirre, que ahora sí estaría–. Pero hay dudas al respecto sobre las bancas que responden a los gobernadores más dialoguistas con la Casa Rosada, como Alfredo Cornejo (de Mendoza), que tiene ascendencia en al menos dos, y Gustavo Valdés (Corrientes), quien impera sobre tres.
En el espacio de Pichetto votarían al menos una decena, pero sigue habiendo dudas en dos ausencias que tuvo la primera sesión: el chubutense Jorge Ávila –que no participó en la reunión de bloque esta semana– y el entrerriano Francisco Morchi –que depende del gobernador Rogelio Frigerio, del PRO, y dice que no quiere quedar “pegado al kirchnerismo–. Dato aparte es Ricardo López Murphy, que sería un voto doble porque antes votó en contra de la ley y ahora está en contra del veto. Su particularidad es que el miércoles tiene previsto un homenaje a su hija recientemente fallecida.
En los bloques provinciales minoritarios son inciertos los dos sanjuaninos de Producción y Trabajo que se abstuvieron. Y los tres tucumanos del bloque Independencia –exkirchneristas y ahora aliados a Milei–, que se ausentaron. Su coprovinciana Paula Omodeo (espacio Creo) se abstuvo.
Los 37 libertarios tienen el apoyo del PRO –que igualmente tuvo a siete de sus 37 diputados ausentes– y de los tres del MID de Oscar Zago, más el par de votos que ostenta Carolina Píparo. Para gestionar un cortafuegos oficialista, el lunes próximo Cristian Ritondo y Zago irán a la Casa Rosada a una reunión con Francos, en lo que sería la primera puesta en escena de la mesa legislativa que armó Milei días atrás. “Es e Gobierno el que tienen que juntar los votos, no nosotros”, avisaron por las dudas los amarillos.
Pichetto cree que el Gobierno buscará quebrar la voluntad de los bloques provinciales y también pescar a los menos orgánicos: tiene puesta la lupa en tres catamarqueños que responden al peronista Raúl Jalil, que no es un ferviente kirchnerista y adhirió, por ejemplo, al RIGI de Milei. Como contrapartida, la oposición aspira a convencer a la flamante expulsada de LLA Lourdes Arrieta.
MC/JJD