El gobierno de Javier Milei sufrió un traspié en su intento de avanzar de manera exprés con la privatización de Aerolíneas Argentinas, que es considerado uno de los asuntos clave en su agenda de reformas estructurales y achicamiento del Estado.
El oficialismo esperaba emitir un dictamen favorable este miércoles para dejar lista la propuesta para ser votada en una sesión que ya tenía fecha, el miércoles de la semana que viene, pero la intervención de la oposición, liderada en este caso por Unión por la Patria y el Frente de Izquierda, ganó tiempo al exigir más audiencias y un debate más profundo sobre los alcances de la medida.
La reunión plenaria de las comisiones de Transporte y de Presupuesto y Hacienda de la Cámara baja tuvo como espadas del Gobierno al vicejefe de Gabinete, José Rolandi, y el secretario de Transporte, Franco Mogetta, quien protagonizó varios cruces con insultos con legisladores kirchneristas y trotskistas.
Rolandi argumentó que el “momento es hoy” para privatizar la aerolínea, advirtiendo que la situación actual de la empresa, marcada por paros y conflictos gremiales, hace insostenible su continuidad bajo gestión estatal. Mogetta, a su vez, agregó que el Estado no puede seguir subsidiando una empresa que, según sus palabras, “opera en números rojos” y no responde a los intereses generales del país.
El gran ausente de parte del Gobierno fue el presidente de Aerolíneas Argentinas, Fabián Lombardo: alegó problemas de agenda y fue criticado por la oposición. “Lombardo debe estar aquí para explicar la situación de la aerolínea”, dijo Mario Manrique, diputado de Unión por la Patria y referente del sindicato Smata. Dijo que el Gobierno intenta avanzar con una privatización “a las apuradas” y que “están vendiendo Aerolíneas para beneficiar a los grandes capitales, sin importar el costo social que esto tendrá para los trabajadores y el pueblo argentino”.
Uno de los momentos más tensos de la reunión fue el cruce entre Mogetta y la diputada del Frente de Izquierda, Vanina Biasi. “Cierre la boca y deje hablar como lo hice yo”, le dijo el funcionario y la diputada respondió con dureza, acusando al Gobierno de querer vender la empresa para favorecer a capitales extranjeros y, en línea con Manrique, sin considerar el impacto en los trabajadores ni en la soberanía del transporte nacional.
Mónica Schlotthauer, también del Frente de Izquierda, hizo una comparación con las privatizaciones de los 90, especialmente el caso de los ferrocarriles, alertando que este proceso trasladará las deudas al Estado, mientras que los nuevos dueños se beneficiarán sin asumir los compromisos laborales. “Este proyecto no soluciona los problemas de los pasajeros, ni los de los trabajadores”, enfatizó.
Lilia Lemoine, diputada de La Libertad Avanza, fue una de las voces más fervientes en defensa del proyecto. “¿Queremos mantener esta empresa solo por orgullo?”, preguntó, sugiriendo que el dinero que se destina a Aerolíneas podría redirigirse a áreas como jubilaciones, salud o educación. Lemoine desestimó las acusaciones de la oposición, afirmando que “el Estado no tiene por qué administrar empresas deficitarias”, y que la privatización es una medida responsable en el contexto actual.
“Son delincuentes, no son trabajadores”
Otro punto de controversia fueron las acusaciones de Mogetta hacia los gremios aeronáuticos, quienes bajo la consigna “Todos al Congreso: Aerolíneas Argentinas no se vende, se defiende”, fueron a protestar durante la reunión de comisiones a las puertas del palacio legislativo. El secretario de Transporte los acusó de estar involucrados en robos de pertenencias de pasajeros en vuelos y de llevar adelante huelgas que, en su opinión, responden a intereses particulares y no colectivos. “Son delincuentes, no son trabajadores”, sentenció Mogetta, lo que provocó una fuerte reacción de diputados de Unión por la Patria y del Frente de Izquierda, que defendieron a los trabajadores y acusaron al Gobierno de estigmatizar a los sindicatos.
Desde el oficialismo, además, se lanzó una dura crítica a los dirigentes gremiales que encabezan las huelgas mientras disfrutan de vacaciones en el extranjero, lo que calificaron como una muestra de “hipocresía sindical”. Esta acusación fue acompañada por una serie de datos presentados por Mogetta, quien afirmó que la privatización pondrá fin a las “mafias internas” de la empresa y permitirá una gestión más eficiente y transparente.
A la próxima reunión citarán al presidente de Aerolíneas y a los gremios
Pese a los intentos del Gobierno de acelerar el proceso, la presión de la oposición permitió ganar tiempo. Se acordó una nueva reunión plenaria para el martes siguiente, en la que se convocará a más invitados, incluidos Lombardo y los gremios. No se descarta que, si la oposición lo considera necesario, se realice una tercera audiencia antes de llevar el proyecto al recinto.
El Gobierno inicialmente había introducido a Aerolíneas Argentinas en la lista de empresas a privatizar que figuraba en el proyecto de ley de Bases, pero después debió retirarla para facilitar la aprobación de la norma. Ahora, retomó la propuesta privatizadora de la aerolínea por separado, sobre todo a raíz del conflicto que mantiene con los gremios del sector, que se agravó en las últimas semanas con los paros por reclamos salariales, que provocaron suspensiones y demoras en los vuelos. La intención política del gobierno de Milei era avanzar hoy mismo aprovechando, en su mirada, el descontento social con las medidas de fuerza gremiales.
Para lograr la aprobación en Diputados de la privatización de Aerolíneas, el Gobierno dispone esta vez no sólo de su propio bloque, La Libertad Avanza (LLA), y sus aliados, el PRO y el MID, además de los cinco radicales y otros diputados que integran el grupo de los 87 “héroes”, como los llamó Milei, que bloquearon el rechazo al veto presidencial a la reforma jubilatoria: también podría contar con el apoyo de integrantes de otros bloques, como la Coalición Cívica, de Elisa Carrió, ya que Juan López presentó un proyecto privatizador, además del que pertenece al macrista Hernán Lombardi.
“No hay razones para estar atados a una aerolínea de bandera. En el mundo ya no quedan aerolíneas de bandera, salvo en los países árabes, en Rusia, en China y en algún lugar de Europa”, dijo el lilito. “Pero después —continuó—, los países de la región ya no tienen aerolínea de bandera. Esos son puros mitos”.
El diputado de la Coalición Cívica sostuvo que el debate debe ser “más amplio”, ya que se debe definir “qué política aerocomercial” quiere el país. A su vez, Lombardi lanzó dardos directamente a la Asociación de Pilotos de Líneas Aéres (APLA), que conduce el sindicalista Pablo Biró. “Están llenos de privilegios en el sindicato de pilotos, que no tiene ningún país del mundo”, dijo y agregó: “Ya se hizo un intento de privatización que fue fallido porque se pasó de un monopolio público a privado”.
JJD