Mientras los senadores buscan los votos para rechazar el paquete de leyes de Javier Milei en el Congreso, el peronismo apela a la calle para mostrar cohesión y disimular las constantes tensiones internas.
Una vigilia organizada a último momento y el músculo político de los intendentes de la provincia de Buenos Aires terminarán por provocar el envión final para la movilización anti Bases con la que el peronismo espera hacer una nueva demostración de fuerzas.
El gobierno de Axel Kicillof se puso al hombro la convocatoria final ante las divisiones que mostró la CGT, con una vigilia que comenzó este martes a las 19 y con una foto junto a un nutrido grupo de intendentes para presionar al gobierno libertario.
Kicillof no estará en la marcha por la reunión que el jueves mantendrá con el Papa Francisco, en el Vaticano, que se terminó de cerrar en las últimas horas y que le imposibilitará mostrarse al frente de la convocatoria. Es un encuentro en el que venían trabajando sus equipos junto a Víctor Manuel “Tucho” Fernández, y que cayó justo en la fecha de la marcha. “Es una conversación de larga data que por los pasos protocolares recién se cerró ahora”, detallan cerca de Kicillof.
Por eso la provincia ideó una movida previa para mostrar al gobernador al mando del espacio opositor. Su ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, articulador de la convocatoria, llevará primero a un grupo de intendentes al ministerio de Economía, por la mañana, para reclamar por las más de 1000 obras públicas paralizadas por la gestión nacional, y después harán una conferencia en la casa de la provincia que encabezará Kicillof.
Su equipo no es ajeno a las tensiones que resurgieron el fin de semana, con Máximo Kirchner nuevamente planteando sus diferencias con el armado político del bonaerense. “A mi dámela siempre, porque muchos quieren los votos de Cristina pero no las cicatrices de Cristina. Este es el problema”, planteó el todavía presidente del PJ de la provincia en un acto en Lanús, el sábado pasado. Fue un dardo cargado hacia Andrés Larroque, el principal armador político del gobernador. “Si nosotros queríamos romper la proscripción, hace un añito nomas, y resulta que ahora decimos, bueno si Cristina no quiere ser candidata… pero escuchame ¿vos no estabas diciendo que estaba proscripta? Y ahora me decis que no quiere ser candidata y por eso entonces hay que correrla a un lugar”, se quejó el diputado nacional.
Las fuerzas del cielo vaticano hicieron que finalmente, Axel y Máximo no compartan la marcha de mañana, en lo que iba a ser el reencuentro de ambos en medio de un semestre marcado por las tensiones. La reunión, incluso, que iban a tener los dos no tiene ni siquiera fecha, y por el tono que volvió a usar el diputado nacional, todo parece indicar que está lejos de concretarse.
Más allá de la ausencia de Kicillof en la marcha en el Congreso, todo el gobierno bonaerense está trabajando en la organización, que anudaron con un sector de la CGT, dispuesto a poner el cuerpo a la pelea contra Milei, encabezado por Pablo Moyano. También estarán los movimientos sociales y los organismos de derechos humanos.
Las tensiones se hicieron palpables también entre el sindicalismo, que le restó impulso a la convocatoria, armada con moderado entusiasmo por el resto de los jefes sindicales. De hecho, no participaron hasta ahora de las conferencias con el llamado a movilizarse.
En la central obrera refirieron que buena parte de los líderes cegetistas estaban en Ginebra, en la cumbre de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Pero a diferencia de otros momentos políticos, cuando la CGT se puso al frente, esta vez se corrió, en busca de afianzar el diálogo con la Casa Rosada. Sobre todo desde la llegada de Guillermo Francos a la jefatura de Gabinete, al menos Héctor Daer es proclive a mantener los canales abiertos, junto con los sectores que representan a los “gordos” y los independientes.
Sí estarán, en cambio, las dos CTA. Hugo Yasky, de hecho, estuvo la semana pasada en la presentación de la marcha junto a Pablo Moyano y planteó sus dudas respecto a la ausencia del resto. “Nadie puede hacerse el distraído”, lanzó desde Smata, uno de los gremios que sí movilizará. También lo hará Bancarios, de Sergio Palazzo.
La convocatoria contará con la presencia de los gremios universitarios, en medio del segundo paro por 48 horas declarado para reclamar por los salarios atrasados.
Por el momento, en la central obrera creen que la mayoría de los sindicatos se movilizará, aunque pusieron en duda la presencia de los jefes. Según la información que maneja Camioneros, el gremio que tendrá mayor presencia, la concentración comenzó a las 9 para cerca del mediodía estar frente al Congreso. No habrá oradores.
Con Kicillof como protagonista y uno de los primeros en ponerse al frente, La Cámpora también promete hacer una fuerte demostración de fuerza interna. Sus militantes salieron a las calles a invitar a la convocatoria, reforzada este último fin de semana. “Estamos a 4 votos de frenar esta ley”, se ilusionan en los volantes con lo que intentan conseguir adhesiones. De hecho, Máximo Kirchner será uno de los referentes del peronismo que dará el presente.
Mientras tanto, Sergio Massa no será parte del elenco de manifestantes. Ya avisó que no irá, y cree que son reclamos que sólo terminan beneficiando a Milei. Hasta ahora sólo se mostró una vez en público desde que perdió el ballotage. Fue en la movilización universitaria. Sí estará representado el Frente Renovador. Su estrategia es mostrarse alejado de la casta.
MV/MG