Grupos de estudiantes, Organismos de Derechos Humanos y organizaciones sociales, además de cientos de personas sin ningún grupo de pertenencia se congregaron este martes en Plaza de Mayo para pedir la liberación de las 16 personas que quedaban detenidas tras la represión policial alrededor del Congreso en contexto de las protestas por la Ley Bases. “Podría haber sido yo alguno de los encarcelados como resultado de esa cacería”, aseguraron algunos de ellos, conmovidos pero también decididos a luchar, para “no normalizar que haya gente detenida por expresar su pensar, para que sepan que hay un límite”.
Los incidentes entre manifestantes y agentes de la Policía Federal y Gendarmería mientras dentro del Congreso se discutía la Ley Bases culminaron el último miércoles con 100 personas heridas, lastimadas con balas de goma y con principio de asfixia por la inhalación de gas lacrimógeno, y 33 personas detenidas. 17 de ellas fueron puestas en libertad días por la jueza Maria Servini este último viernes, quien se basó en la “falta de mérito” para ordenar su excarcelación, aunque horas después el fiscal Carlos Stornelli pidió a la magistrada reconsiderar esta decisión respecto a 14 liberados, solo dejando fuera a tres vendedores ambulantes.
Bajo la consigna: “Protestar no es un delito. Es un derecho” y “Libertad a las y los detenidos de la Ley Bases”, cientos de personas se juntaron en la histórica plaza, frente a la Casa Rosada, para pedir la liberación de los detenidos. Ellos son: Nicolas Mayorga, Camila Juaréz Oliva y Sasha Lyardet, los tres estudiantes de la Universidad de San Martín, además de Patricia Calarco Arredondo, María de la Paz Cerruti, Juan Pablo Colombo, Gabriel Famulari, Cristian Darío Ferreira, Facundo Ezequiel Gómez, Roberto María de la Cruz Gómez, Héctor David Mallea, Lucía Belén Puglia, Ramona Tolaba, David Sica, Juan Ignacio Spinetto y Cristian Fernando Valiente. En la mayoría de los casos, se trata de personas que no tienen antecedentes penales.
Ya para las 16:30 hs los grupos movilizados y los manifestantes individuales se asentaron en la Plaza. Mientras el sol comenzaba a caer, los grupos cantaban varias consignas: “Libertad, libertad, a los presos por luchar”, gritaban desde el Frente de Izquierda y otros grupos. “Olé Olé, Olé Olá. Para la Sasha, la libertad. Y que los fachos se vayan a cagar”, cantaban grupos de estudiantes que conocen a la estudiante de Antropología que continúa en el penal de Ezeiza.
“Muchos de los pibes que están encarcelados son universitarios. Podría tranquilamente haber sido yo”, asegura en diálogo con elDiarioAR Nicolás, estudiante de Sociología en la UBA y militante del Frente de Izquierda. Nicolás cuenta que, en las manifestaciones del miércoles pasado frente al Congreso contra la aprobación de la Ley Bases, la violencia fue injustificada. “Nos siguieron por 9 de Julio muchas cuadras. Fue una cacería”, acota Alan, también militante de la Izquierda y estudiante de Letras en la Facultad de Filosofía.
“Bullrich ya nos tiene acostumbrados. Aparecen tres o cuatro encapuchados que tiran piedras, y eso les da luz verde para reprimir. Es un modus operandi que conocemos, similar al de las manifestaciones por Maldonado en el 2017”, añade Nicolás. “Hasta las dos o tres de la tarde del miércoles, no había pasado nada, la policía no había reprimido, cuando quedamos en minoría, cuando se fue la CGT y los sindicatos mayoritarios, ahí empezaron a reprimir con toda”.
“Esos pibes no tienen que estar en un penal, ustedes -policías- tienen que agarrar a la gente que hace cosas ilegales”, enfrentó a agentes de la PFA Oriana, de 26 años, docente del Carlos Pellegrini y madre de dos niñas pequeñas, quienes se encontraban encolumnados en una esquina de Plaza de Mayo. “Ustedes son el pueblo y nosotros también: somos pobres contra pobres. Entiendanlo”, les grita Oriana, y una mujer, de más años, la frena hacia atrás: “Nena, por favor cuidate. Porque ya sabes cómo son estos: pueden ser laburantes como vos, pero tienen orden siniestras”. Ante esto, Oriana la abraza y se larga a llorar.
“Yo estuve en la marcha y me pegaron dos balazos de goma en la pierna. Si el balazo hubiera sido más cerca, hoy estaría rengueando”, cuenta Oriana en diálogo con elDiarioAr. Asegura que ella, cuando llegó el pasado miércoles a la manifestación contra la Ley Bases, tuvo la sensación de que “iba a pasar algo parecido al 2001”. “Los policías se nos reían en la cara. Estaban esperando una provocación, cualquiera sea, para reprimir”.
“Siento indignación y tristeza, porque estamos volviendo a los años más oscuros que tuvo la Argentina, ya ni tan de manera camuflada”, sostiene Oriana. “Les falta solamente el Falcon verde: se jactan de ser los promotores de la libertad, pero justo libertad no hay: lo único que avanza es la represión del pueblo”.
AS/MG