Punto de Encuentro es un espacio de Amnistía Internacional para amplificar las voces y miradas de periodistas, comunicadoras y fotógrafas que trabajan en temas relacionados con mujeres y disidencias.
En un contexto de violencia creciente contra activistas de derechos humanos y ante la reducción de estas agendas en muchos medios masivos de comunicación, Amnistía Internacional y elDiarioAR se unen para dar un espacio destacado a contenido federal e inclusivo.
El rol de periodistas feministas ha sido clave en los avances de los últimos años y el ejercicio profesional riguroso y libre es clave para garantizar esas conquistas que son para toda la sociedad.
Punto de Encuentro pretende ser precisamente un espacio de coincidencia, pero también de debate constructivo. Porque no se puede ser feminista en soledad.
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Pensar la época: miradas sobre la actualidad de los derechos sexuales y (no) reproductivos
Un año después del triunfo electoral de Javier Milei y su discurso “contra la ideología de género” los espacios de estudio sobre igualdad están ante el desafío de explicar la época y defender los avances que han sido claves para la vida de las mujeres y diversidades. Entre la perplejidad y el análisis.
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Finales de 2024. En tierras argentinas, bajo un sol tremendo, algo todavía se expande de norte a sur, de este a oeste. Son muchos kilómetros para abarcar pero aún así llega a cada rincón del país, a cada ciudad, a cada paraje, a cada pueblo y a cada capital. Un cambio radical en la concepción del Estado: hay discontinuidad y cambios en políticas que afectan especialmente a las mujeres y jaquea particularmente el acceso a sus derechos sexuales y (no) reproductivos. No es nuevo. Este backlash antifeminista tiene un sabor conocido y amargo que se diluye en la boca. Con sus tintes apocalípticos, para muchas personas la realidad luce como una obra de ciencia ficción, pero no lo es. Entonces, tratamos de entender cómo se configura esta realidad.
¿Cómo impacta en los cuerpos el avance del capitalismo neoliberal? ¿Cómo se caracteriza el sujeto contemporáneo portador de los discursos de odio? ¿Cuáles son las lógicas sociales, políticas y económicas que modelan este presente? Mediante diversas perspectivas, desde la sociología, las ciencias políticas, y los estudios feministas, intentaremos observar de cerca los hilos de este tejido desordenado, ver por dónde entran las luces en esto que para muchos es una noche larga.
Las lógicas de la imposición capitalista: violencia, incertidumbre y shock
Soledad de León, trabajadora social, docente investigadora de la Universidad Nacional de Santiago del Estero, especialista en Justicia de Género y Políticas Públicas, camina por las calles de Tilcara en Jujuy; avanza por la ciudad de colores terracota y de sol. Viene de un encuentro en red de mujeres técnicas que nació en los noventa, que trabaja en zonas rurales con mujeres campesinas indígenas. Soledad de León dice que es importante poner la situación nacional en el contexto global: “Hay que intentar comprender el momento histórico global que estamos viviendo y no pensar que lo que pasa en Argentina, especialmente con el cuerpo de las mujeres y determinados colectivos y comunidades, es algo desgajado de lo que sucede en otras dinámicas. Estamos en un contexto de avance de la derecha. Esto que estamos viviendo acá ya sucedió en otros países, son varios procesos en nuestra región que han transitado realidades parecidas”.
Cita a la antropóloga feminista Rita Segato: “Ella habla de este momento como un momento apocalíptico del capital. Nos encontramos frente a un escenario de hiperconcentración de la riqueza en manos de unos pocos, con mayor desigualdad, y mayores sectores del mundo que se encuentran cada vez más precarizados, con imposibilidad de imaginar un proyecto vital vivible. Las cifras dan cuenta de esto: según el informe que hace Oxfam (una confederación internacional de ONGs) cada año, desde 2020 hasta ahora, los cinco hombres más adinerados del mundo han duplicado su fortuna mientras enormes porcentajes de la población se están viendo empobrecidos. La violencia y la avanzada de la derecha en la figura de Milei en la Argentina se da en este contexto global y mundial. Y para el capital siempre fue clave avasallar a las mujeres”.
Preguntas desde el feminismo académico
¿Cómo socava un Gobierno los derechos de las mujeres? Por ejemplo, hace esto: desfinancia el Plan ENIA que había logrado reducir un 50% el embarazo adoelscente. Hace también esto: recorta el envío de insumos a las provincias para acceder al aborto legal. O se expresa con una violencia feroz en contra de la implementación de la ESI en las escuelas, que permitió que las niñas y niños en las aulas pudieran darse cuenta si sufrían abusos. O hace un encuentro para formadores de docentes con Teen STAR, una ONG ultra conservadora que promueve la abstinencia como método primordial para la prevención del embarazo. O disminuye drásticamente el presupuesto del plan Acompañar que apoya económicamente y de forma temporal a mujeres en situaciones de violencia de género. En Argentina todavía matan a una mujer cada 36 horas por violencia machista.
De León apunta al individualismo como uno de los sostenes de la lógica capitalista. En eset punto, las agrupaciones de mujeres van a contramano. “Las mujeres somos muchas veces las promotoras de lo comunitario. Somos las que defendemos los territorios, en defensa del agua, de los cerros, de lo que nos permite estar vivos. Estas luchas están lideradas por mujeres. Las ollas populares en los barrios están lideradas por mujeres. Cuidamos y sostenemos la vida y no porque se nos ha impuesto ese rol, sino que lo hemos resignificado, politizado y lo defendemos porque entendemos la importancia de sostener la vida”.
En “Provocar lo incierto: violencia y modulación en el proceso de Milei”, artículo publicado en el Volúmen 9 de Cuadernos de Coyuntura de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba, titulado “Lo que está en juego. Reflexiones y propuestas para la defensa y la construcción colectiva de derechos”, de León señala que “podríamos reconocer que nos encontramos vivenciando un continuum de violencia, con explícita modulación del tiempo como estrategia coercitiva, generando esta sensación de que por momentos tomamos aire. Esto significa que nos encontramos ante una incertidumbre producida, un estado de confusión y pérdida temporal generadas, que buscan limitar o debilitar nuestras posibilidades de respuestas de y resistencia”.
Y con la violencia llega la parálisis. El shock después de los golpes. La anestesia.
Hace décadas existía una revista de poesía, hoy mítica, llamada 18 Whiskys. Allí escribió el poeta chileno Juan Luis Martínez en 1990: “En otro lugar y también aquí mismo se ha dicho lo que se dice aquí: (hay algo que avanza y eso que avanza es el lento y pesado avance de algo que podría ser algo como un cuerpo sobre algo que podría ser algo como un alambre)”. En 2024 hay quienes volvemos a sentir que hay algo pesado que avanza y que corta. Pero este avance no es lento: parece tener la velocidad de armado de una tormenta de verano.
Los “nuevos patriarcas odiantes”
¿Cómo se configura el perfil de los varones que ostentan el poder? En el artículo “Los nuevos patriarcas odiantes: abordajes feministas descoloniales para comprender la época”, Gabriela Bard Wigdor y Paola Bonavitta analizan “cómo se construyen ciertas masculinidades presentadas como poderosas y libertarias, que, además, abonan a derechas conservadoras, religiosas y neoliberales, que promueven discursos de odio y la restricción de los derechos adquiridos”.
Las investigadores señalan que “estos referentes masculinos contribuyen a engrosar narrativas de culpabilización de las mujeres y disidencias sexo-genéricas por los supuestos déficit estales y morales de la sociedad, recurriendo a estereotipos de género, discursos que estigmatizan e intersectan la condición de género con la racialidad, la pobreza y la orientación sexual”.
En conversación para esta nota, Gabriela Bard Wigdor, investigadora adjunta de CONICET en el área de Estudios feministas de Nuestra América y Descoloniales, Doctora en estudios de género por la Universidad Nacional de Córdoba, profundiza en lo que señala como la estrategia del Gobierno sobre los programas destinados a los derechos sexuales y reproductivos: “En lugar de retirar la política, lo que se hace es vaciarla de hecho, eso significa dejar de financiarla”. A su vez, destaca “que no podemos pensar en un cuerpo gestante homogéneo, sino que hay que cruzarlo con la raza y la clase, entonces sabemos que las mayores afectadas son las mujeres racializadas de sectores populares que no pueden pagar por un aborto en una clínica privada o no se pueden comprar las pastillas como sí lo puede hacer una mujer de clase media/alta”.
En el artículo antes mencionado, donde se advierte la nueva ola de reacción contra los avances de las mujeres y colectivos sexodisidentes a nivel global, Bard Wigdor y Bonavitta describen al sujeto contemporáneo como “un sujeto omnipotente que no cesa en la producción de sí mismo como una marca vendible. De este clima se conforman las emociones de sujetos como los analizados (Trump, Bolsonaro, Milei) siendo productores y producidos por una masculinidad hegemónica y violenta con deseos de castigar y reaccionar frente a cualquier propuesta de cambio en términos de las relaciones de poder.
En este plano, Juan Marco Vaggione, Doctor en Derecho y Ciencias Sociales, en la investigación “El entramado neoconservador en América Latina. La instrumentalización de la ideología de género en las democracias contemporáneas” señala que “es cada vez más frecuente la incorporación de la lucha contra la ideología de género en los partidos políticos, particularmente aquellos que suelen caracterizarse como nueva derecha. Se expande la apropiación de esta lucha ya que se inscribe como propuesta electoral con el propósito de movilizar y representar a aquellos sectores de la población (más o menos numerosos) que se perciben amenazados por el pluralismo (legal y moral) que caracteriza las prácticas y decisiones sexuales en las sociedades contemporáneas”.
La historia de las mujeres: avances y retrocesos
Florencia Abbate, narradora, poeta y ensayista, autora de “Biblioteca feminista: vidas, luchas y obras desde 1789 hasta hoy”, escribe que “si bien la situación de las mujeres ha mejorado a lo largo de la historia, esta historia no es una línea ascendente, hubo momentos de fuertes avances y luego retrocesos hasta puntos inimaginables; no fueron pocas las veces en que se conquistaron determinados derechos en algún lugar, por un par de años, y después se perdieron durante décadas. No debemos olvidarlo”.
Sobre el acto de no olvidar, Bard Wigdor refresca la memoria sobre lo recientes que son muchas de las conquistas: “En Argentina las mujeres pudimos votar recién a partir de 1947 y divorciarnos desde 1987. Fueron avances muy rápidos en corto tiempo”. Y agrego aquí que este 30 diciembre el aborto legal —la ley 27.610— cumple apenas cuatro años.
Bard Wigdor destaca que “en general estas conquistas siempre tienen olas de retroceso, resistencia de los sectores más conservadores que ven en estos derechos una pérdida de privilegios. Y digo privilegios y no derechos porque en realidad estas políticas públicas no afectan los derechos y la calidad de vida de los demás, lo que sí afectan son los privilegios”.
Todo tiempo pasado fue ¿mejor?
Los varones: votos decisivos para la victoria de MIlei. Los varones: votos decisivos para la reciente victoria de Trump. “Muchos varones se han sentido profundamente agredidos por las conquistas de las mujeres porque entienden que van a perder algo. Es tanto el bombardeo de las redes sociales, de los medios de comunicación, que se instaló a nivel emocional, psíquico y político, la idea de que los feminismos venían a luchar contra los derechos de los hombres y todo eso ha redundado en movimientos antifeministas. Las nuevas extremas derechas son básicamente grupos que tienen como retórica el antifeminismo, la negación del cambio climático, y discursos racistas y antimigratorios, que son los grandes conflictos de la época”, señala Bard Wigdor.
Lo que plantean las nuevas derechas, dice Bard Wigdor, es que para volver a estar bien, hay que volver al pasado: “Le mienten a las nuevas generaciones con la fantasía de un pasado que fue mejor en comparación con el presupuesto desastroso presente. Pero no hay un pasado brillante al que volver”.
En la novela Punto de cruz, publicada en 2022, la escritora mexicana Jazmina Barrera escribió: “Aunque las técnicas para curar heridas han evolucionado, se siguen usando la aguja y el hilo. Hay algo en los tejidos. En cómo se componen y recomponen, se ordenan, se regeneran, se reúnen y se cosen. En ellos hay que buscar respuestas”. Con el tejido social pasa algo parecido: se hace fuerte en conjunto.
SC/MA
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