Tras la decisión del ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, de cambiar de unidad ejecutora a unos 200 mil beneficiarios de Potenciar Trabajo, iniciativa que se conoció en paralelo a las críticas de Cristina Fernández de Kirchner, se intensifica el debate acerca de los programas para trabajadores informales y el rol de los movimientos sociales. Según un informe publicado recientemente por la organización Fundar, los beneficiarios de los programas para cooperativas, planes administrados en su gran mayoría por los movimientos sociales, aumentaron casi un 400% entre 2015 y 2021; sin embargo, el nivel de beneficios reales de aquellos que reciben el plan ha caído sostenidamente desde 2009. Eso explica el hecho de que la inversión pública para la llamada economía popular haya aumentado solamente un 60% en términos reales.
El trabajo “Mapa de las políticas sociales en Argentina”, publicado a comienzos del 2022, demuestra que el cambio más significativo a lo largo de los últimos años se da en el número de beneficiarios de planes de cooperativas. Según los datos recopilados, en el 2015, 253.939 personas recibían un plan de cooperativa; para 2020, el número de beneficiarios de planes de cooperativas era de 760.664 y para septiembre de 2021, este número había aumentado a 1.223.537, un aumento del 381% con respecto a 2015.
A pesar de que nominalmente el nivel de beneficio del plan fue aumentado, en términos reales los montos disminuyeron un 36% entre abril del 2017 y junio del 2021, lo que fue, según los autores del informe, una constante en este tipo de planes, cuyo nivel de beneficios reales ha caído en forma sostenida desde la creación de este tipo de planes de cooperativas. Actualmente, los niveles de beneficios del Potenciar Trabajo representan sólo un tercio de los beneficios que recibían los cooperativistas por el Argentina Trabaja en 2009, primeros antecesores del actual plan para trabajadores informales.
Por eso, explican los autores del documento Andres Schipani, Rodrigo Zarazaga y Lara Forlino, el aumento en la inversión pública en planes de cooperativas entre el último año de mandato de Cristina Fernández de Kirchner (2015) y el primer año de la gestión de Alberto Fernández (2020), fue solamente del 60% en términos reales, mientras que para ese mismo periodo el número de beneficiarios había aumentado casi un 400%.
Macrismo y movimientos sociales
Los autores del documento sostienen que el mayor aumento en las altas a los beneficiarios no ocurrió bajo la gestión de Alberto Fernandez, sino en el periodo 2015-2019, bajo la presidencia de Mauricio Macri.
“Macri, a diferencia de los gobiernos peronistas, tenía la necesidad de negociar con los movimientos sociales”, comenta Forlino, una de las realizadoras del informe, en diálogo con eldiarioAR. “Como lo han estudiado Zarazaga, Gonzalez y Del Tredici en otro estudio, tenía que comprar la paz social y garantizar la tranquilidad en las calles, lo que explica el aumento estrepitoso de beneficiarios. Esto no se explica en términos electorales, sino más bien se traduce como una necesidad de negociación”.
“Tanto en la gestión de Macri como en esta gestión aumentaron los beneficiarios. Pero desde que llegó Alberto Fernandez al poder hay otro paradigma: bajo la presidencia de Mauricio Macri, la lógica era la del emprendedorismo, la contraprestación consistía en buscar la vida por su lado, mientras que en esta gestión la contraprestación es laboral con la asistencia del Estado”, aseguran en diálogo con elDiarioAR desde el Ministerio de Desarrollo Social.
“El contexto es muy importante: durante la gestión de Macri se duplicaron los planes, pero sin pandemia y con un país desendeudado. En esta gestión, aumentaron las altas, pero en un contexto de crisis sanitaria y de endeudamiento”, sostuvieron ante la consulta por la profundización durante estos últimos años de los planes sociales.
El programa Potenciar Trabajo es el producto de la unificación bajo la gestión de Alberto Fernandez de dos programas preexistentes dentro del Ministerio de Desarrollo Social: el Salario Social Complementario y Hacemos Futuro, creados en 2017 y 2018 respectivamente, durante la gestión de Mauricio Macri. Ambos programas estuvieron vigentes hasta febrero del 2020 y, mientras que en ese momento el Salario Social Complementario contaba con 319.710 beneficiarios, Hacemos Futuro tenía unos 237.564, representando un total de 557.274 beneficiarios. Con la creación del programa Potenciar Trabajo, se hizo efectiva la transferencia de los beneficiarios de Hacemos Futuro y del Salario Social Complementario a este nuevo programa.
Durante la gestión de Macri, explica el informe, los movimientos sociales demandaron un cambio importante en la forma en la cual se determinan los beneficios de estos programas: pasaron de tener un ajuste de tipo discrecional por parte del Estado a tener un nivel de beneficios indexado al salario de los trabajadores formales (medio salario mínimo), lo cual derivó en un aumento regular del nivel de beneficios nominales. Este aumento en la cantidad de beneficiarios y en la manera de determinar los beneficios no se vio reflejado, como lo demuestran los autores en el informe, en el monto destinado a planes de cooperativas, lo que se explica por la caída en el nivel de beneficios reales de estos planes (que disminuyeron un 36% entre abril del 2017 y junio del 2021).
Economía Popular vs Economía Formal
Los autores hacen hincapié en la creciente brecha, cada vez mayor, entre la cantidad de inversión en ayuda social directa que se invierte en la economía popular (en planes de cooperativas) y el dinero en ayuda social directa y urgente invertido en promover la economía formal. Al comparar la brecha en el dinero invertido en estas dos categorías de políticas sociales entre 2011 y 2019 , los autores encontraron un aumento de la brecha del 292,37% en favor de la inversión en planes de cooperativas: en 2019, por cada peso que se destinaba a la inversión en subsidios para la preservación o promoción del empleo formal, se destinaban 11 pesos a programas de cooperativas de la economía popular. Estos datos indican una creciente desconexión entre el gasto social y el objetivo de creación de empleo formal.
Entre 2011 y 2019 el gasto en programas de promoción o preservación del empleo formal cayó entonces, en términos reales, un 79,97%. Como contrapartida, hubo un aumento del 48,16% de la inversión pública en planes de cooperativas destinados a fortalecer la economía popular durante esos mismos años.
CC