Marcelo Figueiras anunció que el lunes comenzará la producción local del componente 2 de la vacuna Sputnik V. “El componente activo que se utiliza para la producción de vacunas tiene que llegar desde el Instituto Gamaleya de Rusia. Tenemos previsto el arribo de otros 560 litros que nos prometieron que van a permitir producir casi un millón de dosis. Esperamos que sea a continuación de este y no se intercale con otro porque nosotros no podemos parar, tenemos que seguir con la cadena productiva”, le dijo a Radio 10 el dueño del laboratorio Richmond.
El laboratorio de Figueiras ya cuenta con 100 litros del componente 2 para envasar la segunda dosis de la Sputnik desde el lunes próximo y espera los 560 de los que habló el empresario farmacéutico para la semana que viene. El procedimiento de envasado y llenado del principio activo de la Sputnik se realiza en MR Pharma, un laboratorio que tiene su planta en Tortuguitas y fue contratado, casi de urgencia, por Richmond. El 8 de junio pasado, Figueiras aseguró en el Congreso que los dueños del laboratorio suspendieron el envasado de otros productos médicos y cedieron la planta en alquiler en un “acto casi patriótico” porque resignaron la posibilidad de facturar mucho más con otros medicamentos.
De acuerdo a los datos a los que accedió elDiarioAR en esa oportunidad, MR Pharma se quedaría con alrededor de medio dólar por vacuna producida en el país, una cifra que entre los gigantes del rubro farmacéutico traducen rápido al tipo de cambio oficial. La ecuación, según coincidieron tres fuentes con intereses en el negocio de los medicamentos, no cierra. ¿Por qué lo hicieron? Es una pregunta que no es fácil de responder, más en una industria que se rige por la rentabilidad y acumula ganancias siderales, más aún en pandemia.
MR Pharma es un laboratorio de los que se conoce como tercerista porque se dedica a la elaboración, fraccionamiento, envasado y llenado. Fue fundado hace dos décadas por el ingeniero Néstor Martínez Ríos y es manejado desde 2011 por sus hijos Sebastián y Nicolás. Según pudo saber elDiarioAR en la consulta con distintos actores de la industria, el que compró la parte a su hermano y hoy controla el laboratorio es Sebastián Martínez Ríos. Más allá de que envasaba alguno de sus productos en la planta, Figueiras no tenía con ellos una relación especial que explique el acto patriótico. Más bien, parece haber llegado a MR Pharma después de recibir la negativa de otros laboratorios que rechazaron un negocio que, según dicen, es malo para la empresa porque no garantiza los márgenes de ganancia de otros medicamentos y genera una exposición que nadie en la industria farmacéutica quiere tener.
Con más de 40 clientes en Argentina, MR Pharma produce medicamentos hormonales inyectables para pacientes hospitalarios o ambulatorios. Sin embargo, poco se conoce del proceso de esterilización y aislamiento de un área de la planta de producción, una instancia fundamental de la que depende ahora la provisión de la segunda dosis que necesitan miles de personas. Mientras la oposición reclama celeridad y denuncia al gobierno, el oficialismo apuesta mucho al proyecto de Figueiras, un empresario que tiene vínculo directo y permanente con la plana mayor del Frente de Todos.
Según informaron a elDiarioAR fuentes al tanto del operativo, los litros de C2 para producir la Sputnik arriban a la Argentina envasados en bolsas cerradas al vacío similares a las que contiene la comida de los astronautas. A partir de allí comienza un proceso que demanda varias etapas hasta concluir en la vacuna que se aplicará después a pacientes. Dentro del laboratorio, se sanitiza el envase y su contenido va pasando por diferentes sectores hasta llegar al área estéril o clase A, el área más pura, donde las partículas están reducidas al mínimo y el personal está vestido con escafandras. Es ahí donde el principio activo ingresa a las máquinas de llenado.
Cuántas vacunas es posible generar con 100 litros del C2 es otra de las preguntas que no tiene una respuesta única. Cerca de Figueiras, le dijeron a elDiarioAR que con “100 litros se fabrican 150 mil dosis y con 560 litros 850 mil dosis”. Con 660 litros -si se suman los 100 que ya llegaron y los 560 que están por llegar- se alcanzaría la cifra de un millón de dosis inicial. Depende del rendimiento, afirmaron. Según esos números, cada 100 litros salen 150 mil dosis. Sin embargo, ese dato no coincide con el que manejan en la planta de producción a la que consultó este medio.
Hay una diferencia de 50% entre lo que dice Richmond en público y lo que afirman los que trabajan en el rubro. De acuerdo a lo que le dijo a elDiarioAR un profesional que está al tanto del procedimiento, por cada 100 litros del principio activo que llegan al país se pueden fabricar 200 mil dosis. El fraccionamiento se hace en frascos que contienen, cada uno, 3 mililitros. Cada dosis de la vacuna tiene medio milímetro del principio activo, por lo cual de cada frasco de 3 mililitros podrían salir 6 dosis, en el caso de que se pudiera aprovechar el 100% del contenido. Pero eso, según explican en la industria, nunca es posible. Por eso, siempre se calcula que de cada frasco pueden extraerse cinco dosis.
“Hay medio mililitro que sobra en cada frasco, pero no es una dosis extra. Hay una parte que nunca sale. Es un mínimo no extraíble del frasco y lo mismo pasa cuando una enfermera carga cinco jeringas, siempre hay algo que se pierde y un líquido que queda en la jeringa y no termina de salir. Otra vez se trata de un mínimo no extraíble”, afirma una de las personas que trabaja en la producción de la planta de Tortuguitas. Después de eso, la dosis se tapona dentro del área estéril y se le pone el precinto, con el sello de aluminio y la tapa de color rojo o azul. Finalmente, se la etiqueta y se la estucha. Ahí finaliza el trabajo del laboratorio tercerista.
Richmond y MR Pharma ya produjeron en la planta de Tortuguitas 450 mil dosis del componente 1 de la vacuna Sputnik V que fueron entregadas a la empresa Andreani para su distribución. Una muestra de ese lote fue enviada a Rusia para recibir la aprobación final de Gamaleya. Cuando llegue, la Administración Nacional de Medicamentos (ANMAT) dará la habilitación para que el gobierno comience a distribuir las primeras vacunas de C1 envasadas en Argentina.