Una frase de tono violento volvió a ubicar a Patricia Bullrich en el centro de Juntos por el Cambio. Es que la presidenta del PRO funciona como un imán en la coalición opositora, tanto por su condición de polo de atracción para los halcones, como de repulsión para las palomas.
El “la próxima te rompo la cara” que le dedicó a Felipe Miguel, el jefe de gabinete de su rival interno Horacio Rodríguez Larreta, más que una sorpresa política parece ser la profundización de su perfil como precandidata presidencial dura y capaz de ir hasta las últimas consecuencias para defender sus convicciones. “Una expresión argentina, pero sobre todo de una dirigente que no acepta la hipocresía”, argumentó ella este martes temprano en radio Mitre, horas después de que el sitio Letra P revelara el video en el que cruzaba de frente a Miguel, la semana pasada, en el acto de presentación de libro de Mauricio Macri.
El trasfondo parece de la prehistoria: Bullrich tenía la espina aún clavada de cuando Miguel la tildó de “funcional al kirchnerismo”, luego de que la ex ministra de Seguridad criticara el operativo de la Ciudad que levantó las vallas en la puerta de la casa de Cristina Kirchner, una semana antes del atentado de Sabag Montiel.
“Fue una amenaza”, dijo hoy el jefe de gabinete porteño sobre el video. Más que evidenciar un rol de víctima, en el ala dialoguista macrista –pero también cambiemita– parecen mostrar impotencia ante Bullrich. Finalmente ella logra tener vidriera, haga lo que haga.
¿Bullrich con B de Bolsonaro?
El accionar violento de Bullrich se conoció en un contexto internacional en el que los discursos duros y de extrema derecha están en ascenso. La foto más reciente es la del silencio de Jair Bolsonaro para reconocer la derrota frente a Lula da Silva en Brasil, que dos días después se tradujo en un bloqueo de rutas y aeropuertos de su base de apoyo.
Junto con Miguel Pichetto, Bullrich fue la única dirigente nacional de JxC que no salió públicamente a felicitar al ahora presidente electo del vecino país. Es más, el domingo a la noche ambos bloquearon un comunicado al respecto que se cocinaba entre las espadas de la oposición.
Según pudo reconstruir elDiarioAR, fue el auditor general de la Nación –declarado bolsonarista– el que rechazó un primer texto de felicitación a Lula, que sí tenía el aval de la titular del PRO, además del radical Gerardo Morales y el lilito Maximiliano Ferraro. Después Bullrich se bajó, cambiando de argumentos: que había que esperar la comunicación oficial del Tribunal Superior Electoral de Brasil, que había que esperar a que Bolsonaro reconozca la derrota. “No pudimos”, admitió, impotente ante la falta de acuerdo, uno de los dirigente opositores que estuvo en las tratativas Finalmente la UCR y la Coalición Cívica salieron cada uno por su lado.
“Les dije a los miembros de Juntos por el Cambio de esperar un rato a ver qué sucedía, si había resultados oficiales, no solo lo que veíamos por la televisión. Cuando el presidente Lula sale a anunciar su triunfo lo hace y se pone una gorrita CFK 2023. Entonces, ¿qué tengo que esperar yo? Decirle ‘mire, Lula, para que yo reconozca su triunfo en vez de actuar como miembro de un partido actúe como un presidente electo’”, explicó este martes Bullrich.
Es el mismo modus operandi que utilizó cuando fue el ataque a la vicepresidenta y no emitió mensaje público hasta tanto fue la cadena nacional de Alberto Fernández. Finalmente, no se solidarizó con Cristina Kirchner y solo cuestionó el tono del mensaje presidencial, que había decretado un feriado y culpado a los “discursos de odio”.
¿Se bolsonarizó Bullrich?, preguntó este medio en distintas terminales cambiemitas, donde evitaron dar una respuesta tajante, sino entre líneas. “Allá ella, no es nuestro perfil. Habla en un contexto regional e internacional que la favorece”, consideró un socio de JxC.
Elisa Carrió también le puso palabras: “Patricia debe parar en función del conjunto. Ella es buena persona pero no sabe parar, no puede parar y tiene formas más masculinas. Yo soy una mujer fuerte, pero soy femenina; a ella se le escapó esto porque es muy dura”, dijo en Mitre.
¿Una rottwailer?
“Se le soltó la cadena”, apuntó un vocero, como si la actitud de la dirigente se tratara en realidad de un perro rabioso, un rottweiler al que la coalición no puede controlar. Pero más que contenerla, en JxC parecen moverse en función de Bullrich: yendo detrás suyo o alejándose. Mientras más se radicaliza, más se clarifican los bloques en la entente opositora.
Incluso genera un revival de candidatos: Carrió ya avisó que si no se arma “una fórmula honesta” para 2023, ella volverá a ser candidata presidencial. Lo mismo dejó trascender la semana pasada Martín Lousteau, que originalmente aspira a suceder a Larreta en la Capital Federal. En JxC no le alcanzan las manos para contar sus precandidatos.
La breve aparición del jefe de gobierno porteño por Costa Salguero el sábado fue el título principal que dejó el acto de la UCR en homenaje al 39mo. aniversario del triunfo de Raúl Alfonsín. Ante la sociedad de los dialoguistas Larreta-Morales, que tendría poder de fuego en una PASO, Bullrich muestra un perfil más duro para JxC. Por eso teje sus propios puentes en el radicalismo, como el senador Alfredo Cornejo, con quien se mostró más de una vez y fue enfático en defender a Macri tras el acto.
“Mauricio hará equilibrio entre ella y Horacio, aunque es muy difícil que ella le gane al aparato de la Ciudad”, apuntó una espada legislativa amarilla, que milita entre los halcones. A falta de recursos y estructura, Bullrich busca vidriera. En silencio, el ex presidente la deja jugar. Hay una idea en el macrismo de que hasta tanto no se definan las candidaturas, son válidos los cruces entre los propios dirigentes.
“Pato sintió el impacto del sábado y está un poco nerviosa, pero ella aceleró los tiempos producto de su ansiedad. El principal problema de Pato es Macri”, entiende alguien que estuvo entre los radicales el fin de semana. ¿Es Bullrich una rottweiler auténtica o es el ex mandatario su lazarillo?