La salida de Mondino de Cancillería sembró intrigas puertas adentro del Gobierno: quién movió los hilos para que se fuera
La intempestiva, aunque más no sorpresiva, eyección de Diana Mondino de su cargo al frente de la Cancillería sigue dando que hablar puertas adentro de la Casa Rosada. La incertidumbre en torno a la votación de la Argentina en contra del bloque estadounidense sobre Cuba se acrecienta y no son pocas las voces que tildan de “inverosimil” el argumento oficial que asegura que le terminó de costar la cabeza a la ahora exministra fue que actuó sin la venia de la mesa chica de La Libertad Avanza.
“Es muy difícil que algo así suceda sin una orden acordada de antemano”, desliza a elDiarioAR una fuente diplomática al tanto de los funcionamientos del Palacio San Martín. Sin embargo, en Balcarce 50, niegan a rajatabla las versiones que ubican tanto a la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, como al asesor presidencial Santiago Caputo, detrás de una conspiración orquestada en contra de Mondino. “Ella nunca preguntó cómo votar, se dejó llevar por el cuerpo diplomático”, repiten como un mantra en los pasillos de la Casa de Gobierno.
Milei se enteró de lo ocurrido en la asamblea de la ONU en Nueva York de boca de su hermana. Estaba en la Quinta de Olivos y acaba de llegar de Córdoba, donde había participado del evento de la Fundación Mediterránea. De acuerdo a lo que pudo reconstruir elDiarioAR, su reacción fue comunicarse de inmediato con Mondino para exigirle explicaciones. Pero la respuesta de quien fuera una de sus laderas durante la campaña de 2023 no fue del agrado del Presidente y la conversación se cortó en seco. “Parece que Diana quiso echarle culpas a Caputo y quedó todavía más en offside”, comentaban este jueves.
Algo terminó de romperse definitivamente entre Milei y Mondino, una relación que fue enfriándose con el correr de los meses. En el Gobierno explican ese alejamiento a partir de la “mimetización” de la ahora excanciller con los intereses de los funcionarios de carrera y su afán por dejar en un segundo plano la que supuestamente era su función principal: ser la guardiana de los “valores” anti-globalistas que defiende el libertario. La “auditoría” interna anunciada por la Oficina del Presidente, que buscará “identificar impulsores de agendas enemigas de la libertad”, no es más que la consecuencia inevitable del intento de Milei por imponer la ideología por sobre la propia diplomacia.
“Ya arreglamos Brasil, ya arreglamos Colombia y estamos arreglando España. A ver, todo se resuelve hablando”, le dijo Mondino a elDiarioAR durante una extensa conversación con Sebastián Fest que tuvo lugar en Washington, en su último día completo al frente de la Cancillería. Se trata de una afirmación que pinta de cuerpo entero la impronta que, más allá de las tropiezos y caídas, la economista cordobesa intentó imprimirle a su fallida gestión: ser quien encarne el equilibrio entre la necesaria negociación con el resto de los países y la cruzada ideológica plasmada por Milei en su “batalla cultural” a escala internacional.
Donde mejor Mondino supo ejercer ese rol fue en la Cumbre del Mercosur, que tuvo lugar en Asunción en el mes de julio. Su participación en representación de Milei dejó al descubierto la contradicción de la estrategia delineada por la Casa Rosada en materia de política exterior. No solo porque, casi en simultáneo a la llegada de ella a Paraguay, el Presidente tomaba un avión rumbo a Brasil para visitar al exmandatario Jair Bolsonaro. También porque, durante la reunión, no faltaron guiños de la hoy excanciller a Luiz Inácio Lula Da Silva, que hasta incluyeron una fotografía.
Milei brilló por su ausencia en esa cumbre del Mercosur, algo que le costó críticas incluso de sus pares regionales más cercanos, como el uruguayo Luis Lacalle Pou. “Si el Mercosur es tan importante, acá deberíamos estar todos los presidentes”, llegó a apuntar el mandatario. Nunca lo reconoció, pero el argentino decidió pegar el faltazo para no cruzarse con Lula da Silva, con quien mantiene fuertes disputas ideológicas y al que llegó a llamar “comunista” y “corrupto”.
El dialoguismo del que se vanaglorió Mondino hasta último momento paso a la historia este miércoles, sin demasiada pena ni gloria. “La posición de Milei es muy clara, estamos con Estados Unidos e Israel. Estamos acá para impulsar la agenda del Presidente. Lo demás hay que preguntarle a la excanciller”, dijo durante su conferencia de prensa el vocero Manuel Adorni, que prefirió no cargar las tintas en la exfuncionaria. Sin embargo, sí la acusó de no haber estado “acorde a lo que el Presidente piensa”. Y elogió el “profesionalismo” de Werthein, el “nuevo canciller”. Mucho apuro por dar vuelta la página.
PL/JJD
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