La trama de política y negocios del dueto Manzano-Mindlin

28 de diciembre de 2020 17:30 h

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Treinta años más tarde José Luis Manzano viene a desmentir que su nombre haya pasado de moda.

Mientras la temperatura se eleva y el gobierno nacional discute cuándo y cómo iniciar una nueva temporada de aumentos en los servicios públicos, el ex ministro del Interior acaba de sellar un acuerdo con uno de los empresarios más poderosos del país: el zar de la energía Marcelo Mindlin. Financista que goza de un blindaje mediático fenomenal y alma mater de Pampa Energía, Mindlin se agranda siempre en la crisis y logra llevarse bien con todos los oficialismos. La venta de Edenor, la mayor distribuidora eléctrica de Sudamérica, a un consorcio integrado por Manzano, Daniel Vila y Mauricio Filiberti, es una operación entre pesos pesados que sacude al mercado y habilita todo tipo de interpretaciones. 

Tal como viene contando el DiarioAR desde hace 10 días, Manzano viajó a Buenos Aires a mediados de diciembre para sellar el entendimiento con Mindlin y piensa volver a Ginebra, su lugar de residencia, antes del 31 de diciembre. La negociación, que requería su firma, debía cerrarse antes de su partida. La vieja promesa del peronismo de Mendoza es un jugador experimentado que sobrevivió maltrecho al fuego del menemismo y se adaptó sin demasiados traumas al tiempo que vino después. Se asoció con Daniel Vila, se recicló como empresario de medios desde el Grupo América y, sobre todo, se concentró en el negocio energético como un actor secundario pero muy ambicioso. 

Ante el regreso del peronismo al poder en 2019, Manzano no se dejó intimidar con el fantasma del chavismo que agita el Círculo Rojo. Al contrario, recuperó el entusiasmo que había perdido en los años finales de Mauricio Macri en la presidencia y encontró en la alquimia electoral del Frente de Todos una oportunidad para inscribirse en el nuevo proceso político. El dueño de Andes Energía ya era el accionista principal de la mayor distribuidora eléctrica de Mendoza, Edemsa, pero acaba de dar un golpe que pocos habían previsto. Formó Empresa de Energía del Cono Sur (EDELCOS) con Vila, Filiberti, Andina PLC -la propietaria de Edemsa- y Global Income Fund Limited, un fondo de inversión que se dedica a los negocios en telecomunicaciones, televisión por cable, energía y petróleo.

Manzano y Mindlin se conocen desde hace tiempo y tienen más de un puente en común. En los últimos días, se vieron en privado y hasta se mostraron en la parrilla Roldán. En las cercanías del oficialismo, son apellidos que remiten a Sergio Massa desde hace tiempo. Manzano formatea al presidente de la Cámara de Diputados desde los inicios de su carrera política y fue uno de los primeros en abonar el emprendimiento independiente y frustrado del Frente Renovador. En los últimos diez años, Mindlin aceitó su relación con el ex intendente de Tigre. Por entonces Massa desafiaba el proyecto de Cristina Fernández de Kirchner y un sector del kirchnerismo apuntaba con denuncias de lavado contra el dueño de Pampa Energía. El vínculo entre ellos se afianzó en los meses de octubre y noviembre de 2018, cuando el país político se veía conmovido por la letra del ex sargento del Ejército Oscar Centeno. Cuando Claudio Bonadio dictó el sobreseimiento de Mindlin en la causa Cuadernos, Massa fue de los primeros en enterarse y se lo contó a Mindlin. Un gesto que el empresario no olvida.

Mindlin se abrió paso en los negocios con Eduardo Elsztain en la década del noventa. Su expertise trasciende el juego de la polarización. Fue el comprador de IECSA, la constructora del clan Macri, durante el gobierno de Cambiemos. Así se benefició con la fabulosa transferencia de ingresos del tarifazo amarillo.

Con Alberto Fernández consiguió reencauzar la relación. En campaña, el Presidente lo había denunciado como uno de los amigos de Macri. Ahora lo tiene en alta estima. Considera que Mindlin es un oficialista leal, que le informa de sus movimientos y le ofrece el plafón para anunciar inversiones, como sucedió en junio pasado, cuando Fernández participó del acto de ampliación de la central termoeléctrica Genelba, en Marcos Paz. Lo presentó como contraejemplo de los defaulteadores de Vicentin. Con Manzano, el vínculo es correcto, según dicen en Olivos, aunque el Presidente tal vez advierta que el mendocino tiene una ductilidad mayor, que no reconoce fronteras: no sólo conoce a CFK desde la década de los noventa, también tiene una buena relación con su coterránea Anabel Fernández Sagasti y logró una sorprendente empatía con miembros destacados de la cúpula de La Cámpora. 

Según el consorcio conformado por Manzano, Vila y Filiberti, la operación se concretó por 200 millones de dólares, si se excluye la deuda financiera de Edenor. El dueño de Pampa pasará a concentrarse en la generación y transmisión, donde también tiene un peso decisivo. Maestro en el arte de la garrocha, Mindlin afirma que su negocio hoy pasa por Vaca Muerta, donde piensa incrementar su participación en el Plan Gas, el diagrama oficial para elevar la producción de gas no convencional y recortar la importación de gas de Bolivia a través de subsidios del Estado. Según figura en su página personal, Pampa es el tercer mayor oferente en la Cuenca Neuquina y tiene comprometida una inversión de 250 millones de dólares: a partir del próximo viernes 1 de enero, tendrá adjudicados un volumen base de 4,9 millones de m3/día de gas a un precio medio anual de US$ 3,60 por millón de BTU por los próximos cuatro años.

Para Manzano, Vila y Filiberti, la venta de fin del Día de los Inocentes es la oportunidad de comprar barato para entrar en un negocio estratégico y apostar a una solución política en la etapa que viene. Para Mindlin, es la forma de despegar de la distribución de energía en la antesala de un nuevo -aunque trabajoso- aumento de tarifas. Así logrará evitar que su cara vuelva a ser noticia asociada a un grupo de empresarios que se beneficia con las penurias generales o como responsable de un apagón descomunal, como el que tuvo lugar el Día del Padre de 2019.

DG