En 2023, y a 40 años de retorno al régimen constitucional, la democracia en Argentina se deterioró debido a la creciente polarización política. Según el índice de Democracia publicado por The Economist, el país cayó cuatro lugares respecto del 2022 hasta el puesto 54 en el ranking mundial que abarca a 167 países.
El informe realizado por la Unidad de Inteligencia de dicha revista atribuyó el retroceso de la Argentina a la creciente polarización entre las principales fuerzas políticas, lo cual se acentuó durante la campaña electoral para los comicios presidenciales.
“El libertario de derecha, Javier Milei, de La Libertad Avanza y el candidato del partido peronista Unión por la Patria, Sergio Massa, y sus partidarios elevaron las apuestas de las elecciones a un punto álgido, argumentando que si perdían la democracia en Argentina estaría en riesgo”, explica el documento elaborado por el medio británico.
Lejos de ser la excepción, el caso argentino acompaña una tendencia de deterioro de los estándares democráticos a nivel mundial en el último año. El estudio revela que la media global de calidad de estos regímenes cayó a su nivel más bajo desde 2006, año en que se creó el índice: llegó a 5,23 de 10.
Las causas de este desgaste global son variadas e incluyen el recrudecimiento de conflictos armados en diversas regiones así como también el deterioro de la situación en países que ya se encontraban bajo regímenes autoritarios. De igual modo, la proliferación de la xenofobia y el sentimiento antiinmigración en múltiples países ha ido socavando la calidad democrática según el informe que tiene en cuenta la cultura política, funcionamiento del gobierno, proceso electoral y pluralismo; participación política y libertades civiles de las naciones.
La pérdida de confianza en los partidos políticos también juega un rol preponderante. Según el último informe de Latinobarómetro para el 2023, en América Latina, el 77% de los encuestados considera que estas instituciones no funcionan correctamente.
América Latina acumula ocho años consecutivos de deterioro democrático
Según advierten desde The Economist, con los resultados del 2023, Latinoamérica y el Caribe experimenta su octavo año consecutivo de retroceso democrático. Sin embargo, continúa erigiéndose a nivel mundial como la tercera región más democrática del mundo, detrás de América del Norte y Europa Occidental. Esta última zona es la única que no registró un deterioro promedio en lo que respecta a calidad democrática.
“El mayor retroceso se produjo en la subregión de Centroamérica, marcado por los descensos en El Salvador, Nicaragua, Guatemala y Honduras”, explicaron en el informe. Del total de 167 países, Nicaragua se ubica en el puesto 143 y es el país latinoamericano con peor desempeño. Junto con Venezuela (142), Cuba (135) y Haití (129), destaca como uno de los regímenes autoritarios de esta región.
En el extremo opuesto, Uruguay y Costa Rica son los únicos dos países de Latinoamérica que fueron clasificados como “democracias plenas”.
En tanto, El Salvador -donde recientemente se celebraron elecciones presidenciales y Nayib Bukele renovó su mandato por otros cinco años- fue catalogado como un “régimen híbrido”. A pesar de la celebración de comicios y el amplio apoyo a la política de seguridad aplicada por el mandatario, recientemente han aumentado las denuncias internacionales por presuntas detenciones arbitrarias y violaciones a los derechos humanos en el país.
Al igual que El Salvador (96), Guatemala (100), Honduras (95), México (90), Bolivia (106), Ecuador (85) y Perú (77) también fueron catalogados como regímenes híbridos.
Por su lado, Argentina califica dentro de los regímenes democráticos, pero “deficientes”. En esta misma categoría caen Panamá (48), Brasil (51), Colombia (55), República Dominicana (61) y Paraguay (74). Según el informe de la revista británica, este tipo de regímenes constitucionales cuentan con elecciones libres, pero presentan “debilidades significativas” en lo que refiere a participación política o gobernanza.
ACM