El video de los incidentes del lunes pasado en la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) es elocuente. Un muchacho con el cabello y la barba colorados, anteojos negros y mochila negra, se cruza frente a cámara buscando abrir una bolsa, luego sale de escena y segundos después reaparece descargando gas pimienta. Lo hace directamente contra estudiantes que estaban tratando de echarlo a él y al resto de militantes libertarios del hall del edificio por buscar adrede interrumpir la asamblea que proponía continuar la toma y las clases abiertas en repudio al ajuste del Gobierno contra el sector.
El agresor se llama Tomás Fernando Nierenberger, tiene 29 años, no tiene empleo formal registrado, lleva el apodo “Varela” y ya tiene al menos tres antecedentes como “provocador” oficialista en lo que va del año. El 23 de abril fue al Congreso en el inicio de la primera marcha federal con un cartel contra las universidades, el 6 de marzo estuvo en los escraches a los empleados de la ex agencia Télam y en febrero se paró en la puerta de lo que era el INADI para celebrar su cierre. elDiarioAR contó esos antecentes el 9 de marzo pasado.
Según una fuente a la que accedió este medio “Varela” quiso ser policía pero no pudo entrar al instituto y genera ingresos con una ferretería “virtual”, es decir, sin tienda física. Quedó en el centro de los incidentes en la UNQ porque el martes fue publicada una foto suya en la tapa del diario Clarín donde se lo ve en el suelo –se cayó luego de haber tirado el gas pimienta– junto al título “Agredieron a estudiantes libertarios en una universidad K”. Pero él no asiste a clases en la casa de altos estudios del sur del conurbano y fue quien tiró gas pimienta contra el resto de los alumnos. Y no lo hizo una vez, sino dos, según pudo reconstruir elDiarioAR de dos testigos directos. Fue el que tuvo la actitud más violenta entre la veintena de militantes oficialistas que puntualmente intentaron boicotear la asamblea estudiantil que reunió a cientos de alumnos y que tienen vínculos con dirigentes políticos de La Libertad Avanza.
El grupo de libertarios que entró a la UNQ se reunió el viernes de la semana pasada con la concejal de LLA por el municipio Estefanía Albasetti. La edil tiene relación con el flamante secretario de Culto de la Nación, Nahuel Sotelo, ex diputado bonaerense y referente de la agrupación La Julio Argentino Roca. En sus redes, la concejal cargó hasta con insultos contra el incidente que involucró a sus seguidores: “Ésto son los zurdos de mierdaaaa!!! Ésto son!!!!! Y hablan de amor! Hijos de re mil put@!!!!!”, posteó el lunes junto a un video apenas minutos después de los incidentes.
La provocación de los libertarios tuvo una amenaza por Instagram dirigida a la agrupación de Franja Morada el domingo a la noche. “El domingo a las 20.45 recibimos por Instagram de una persona que se llama Julián Rodríguez, militante de la juventud libertaria que está con Estefanía, un mensaje donde nos decía que si la universidad se tomaba iba a haber un ataque”, relató a este medio Daniela Ferreyra, miembro de la Franja pero también concejal quilmeña por el radicalismo. Ella radicó en la comisaría 8va. de Quilmes una denuncia contra los libertarios.
La amenaza virtual cayó en un saco roto porque los estudiantes realizaron dos asambleas el lunes. La primera fue al mediodía, en el espacio que se conoce en la UNQ como La Rosa de los Vientos, un amplio hall con balcones donde se unen muchas de las aulas. Y la segunda se agendó para las 19 y fue el momento en que ocurrieron los incidentes.
Según reconstruyó este medio, poco después de las 17 comenzó a merodear en la universidad el grupo de libertarios, entre ellos “Varela”. Tenían una actitud de estar “inspeccionando” el lugar. Tanto Ferreyra como otra alumna –que evitó dar su nombre– aseguraron que la gran mayoría de esas personas no eran estudiantes. Solo fueron reconocidos tres miembros de la comunidad educativa. En un momento se sacaron una foto portando carteles con la consigna “La mayoría no quiere tomas. Quiere estudiar” y una remera de la agrupación libertaria universitaria ULLA. Ya para las 18.30 el grupo de mileístas se paró en la puerta del hall, como “custodiando” el ingreso a la asamblea. “Estaban en modo patota”, dijo la fuente anónima.
Los incidentes comenzaron apenas iniciada la asamblea. “Cuando nos estamos acomodando para la asamblea veo que atrás nuestro estaban estas personas que no eran de la universidad y es entonces cuando se decide votar que quienes no formaban parte de la comunidad no podían estar. Dos de ellos se ponen en el centro y uno empieza a hablar con un megáfono para interrumpir. Ahí empezaron los empujones, se los logra sacar, y cuando vuelven a entrar es que tiran el gas pimienta”, denunció Ferreyra.
El relato coincide con la otra voz estudiantil: “La asamblea tiene un orden de mociones y de oradores para que sea organizada, pero estos chicos se pusieron de forma muy prepotente a querer hablar. Nosotros les dijimos que no porque hay que hacerlo democrático. Ahí empezaron los empujones y ellos sacan un megáfono. Pero la asamblea decidió que no sigan ahí estas personas y se votó que se vayan. Empezaron a empujar y en un momento los llevaron afuera. Ahí es cuando esta persona tira el gas pimienta”.
La situación fue de extrema tensión porque en medio de la discusión, antes de la expulsión del salón y del gas pimienta, los estudiantes le gritaron “fuera fachos” a los libertarios. En uno de los videos desde el primer piso se ve cómo la mayor parte de la asamblea busca correr a los oficialistas. Todo se desmadró cuando “Varela” sacó su gas pimienta, porque el efecto disuasorio fue instantáneo: invadió el espacio cerrado de La Rosa de los Vientos y afectó gravemente a los estudiantes. Más tarde volvió a disparar en otra zona del lugar. A muchos se les cerró el pecho y uno de los jóvenes tuvo que ser asistido por el SAME. Ferreyra, por caso, terminó descompuesta y con vómitos.
La versión de los libertarios es otra. Clarín cita a Héctor Garcete, uno de los estudiante mileístas que dio su testimonio en LN+, donde denuncia que recibieron golpes y patadas. “No nos invitaron (a la asamblea), yo estaba en clase, me dieron mi parcial, quería saber mi nota y la idea era bajar y demostrar mi disconformidad, que no estaba de acuerdo con la toma de la universidad. Creí que las cosas iban a estar bien, pero apenas tomamos la palabra, yo quise hablar y no me dejaron. Cuando escucharon que no estábamos de acuerdo se abalanzaron hacia nosotros y nos empezaron a patear, a golpear. Yo traté de tranquilizar las cosas y les dije que no somos violentos, que veníamos solamente a escuchar la asamblea. Nos empezaron a decir un montón de cosas, fachos, nos putearon, habían personas que no eran alumnos”, dijo Garcete. No hay referencia al gas pimienta lanzado por “Varela”.
El cartucho del gas pimienta que usó “Varela” fue encontrado por los estudiantes y la UNQ lo publicó en su cuenta oficial de X. El objeto es de color verde y tiene la inscripción NATO, que haría referencia –en inglés– a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). “El producto es ilegal porque no es un gas que se puede comprar legalmente ni es del tamaño que pueden llevar las mujeres en una cartera”, comentó la fuente anónima consultada.
Tampoco está del todo claro cómo “Varela” cayó al suelo y se lesionó una pierna, como quedó registrado en la imagen que publica Clarín. “Se golpeó él mismo”, denunció Ferreyra. “Fingió haber sido agredido”, se lee en uno de los tuits de la UNQ.
Una tercera fuente que conoce personalmente a “Varela” aseguró que él mismo vende gas pimienta por internet y que muy probablemente se dejó golpear a propósito en la asamblea estudiantil para usar el arma de disuasión. “Fue a romper las bolas. Sabía que iban a salir lastimados. Tiene ganas de hacerse la víctima”, comentó. La UNQ hizo un extenso hilo en X sobre el episodio.
El rector de la UNQ, Alfredo Alfonso, afirmó públicamente que la universidad tiene identificados a los libertarios agresores y que realizará una denuncia penal al respecto, aunque no dio los nombres. Según dijeron a este medio en la la casa de altos estudios, “en breve la Universidad va a presentar una denuncia en el fuero penal y allí es donde se determinarán las responsabilidades e identidades”. En el mismo sentido este miércoles Ferreyra amplió la denuncia que radicó en la comisaría quilmeña.
elDiarioAR consultó a “Varela” por WhatsApp, quien confirmó implícitamente su participación en los incidentes, aunque evitó dar explicaciones. “No voy a hablar”, fue su respuesta. Sí adelantó que pronto subirá a su canal de YouTube, @un4decopas, un video que filmó de los incidentes, el mismo modus operandi que llevó a cabo cuando participó en los escraches al INADI o Télam. Al momento de publicación de esta nota, el video todavía no había sido publicado.
MC/DTC