Avanzada conservadora

Villarruel encabezó una jornada contra la ESI en el Senado: “Es corrupción de menores”

La vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel, encabezó este jueves en el Senado un seminario denominado “Género e identidad: el problema de la sexualización infantil”, que abordó “las consecuencias de la hipersexualización infantil, el daño psicológico que puede acarrear, la detección temprana de disforia de género acelerada y el derecho de los menores y sus padres en el contexto de la ley de identidad de género”, según explicaron desde la organización.

“Los bonaerenses no merecen la degradación e inmoralidad que Axel Kicillof les ofrece. Existen límites que nunca deben pasarse. ¡Dejen de sexualizar a nuestros chicos, saquen de las aulas a los que promueven estas agendas nefastas y respeten la inocencia de los niños! ¡¡Con los chicos NO!!”, escribió Villarruel en X minutos antes de dar su presente en el evento.

La disertación tuvo lugar en medio de la polémica abierta en redes sociales por algunos textos literarios que llegaron a los espacios educativos públicos de la provincia de Buenos Aires en el marco del programa “Plan de Lecturas Bonaerenses”, que incluye una serie de libros con pasajes en los que se habla de la sexualidad en uniones consentidas desde el placer y otros donde se explicitan escenas de abuso y violencia sexual como parte de diversas historias y tramas. Algunos de los títulos en cuestión son: 'Cometierra' de Dolores Reyes, 'Las aventuras de la China Iron“, de Gabriela Cabezón Cámara; 'Las primas', de Aurora Venturini; 'Piedra papel o tijera', de Inés Garland, 'Berazachussetts', de Leandro Ávalos Blacha; 'Donde no hago pie', de Belén López Peiró y 'Graymoor', de Sebastián Vargas. 

Las voces a cargo del seminario fueron las de la abogada Débora Ranieri, la psiquiatra experta en terapia familiar María José Mancino, la licenciada en Historia Claudia Peiró y Patricia Galarza, madre y referente del grupo Manada, una organización que agrupa a padres y madres de niñas y niños con disforia de género. Durante el inicio del evento, Daniel Abate, director General de Cultura del Senado aclaró que se haría “principal énfasis en la preocupante problemática de la sexualización infantil”.

Todas ellas fueron convocadas por Graciela Spinelli, que se presentó como “mamá de un niño de 11 años, actriz y productora de cine”. Fue la primera en tomar la palabra como “una ciudadana más que decidió dejar de ser espectadora y empezar a actuar” con el objetivo de “unir voluntades a través del diálogo, en pos de garantizar a los niños el derecho a crecer en un ambiente sano, respetando su derecho a la salud, a que se respete su vida y su intimidad, a no sufrir humillaciones y garantizar el derecho a una educación respetuosa de su infancia”.

Spinelli calificó la ESI como “un fusible de adoctrinamiento en las aulas” y habló de “políticas públicas” que dejan a los padres “indefensos ante un Estado que avanza sobre libertades individuales sin respetar las dinámicas de las familias, inmiscuyéndose en los valores éticos, en la intimidad y en la educación intrafamiliar”. La mujer, además, afirmó que “la evidencia de las nefastas consecuencias en la salud mental y física de los jóvenes es contundente”.

La también periodista de Infobae Claudia Peiró hizo el aporte de datos dudosos sobre el tema. “Acá hubo un gran contrabando ideológico que ocurrió a escondidas de los padres y de una forma semiclandestina”, afirmó en referencia a la ESI, que sin embargo se convirtió en ley en octubre de 2006 luego del proceso de debate correspondiente en el Congreso.

“Sorprende este berretín que tienen por sexualizar la escuela. Esta escuela ya no garantiza que los chicos aprendan a escribir en primer grado, pero desde sala de cuatro o sala de cinco ya se les explica que la heterosexualidad no es natural, sino que es una imposición. Un corset del cual ellos se tienen que liberar es que el binarismo sexual no tiene ninguna base biológica. ¿En qué momento, pregunto yo, los padres cedieron sus derechos a la escuela para que formaten a sus hijos con estas concepciones caprichosas que no tienen fundamento científico?”, cuestionó.

“Bajo la etiqueta de educación sexual se está enseñando otra cosa”, denunció Peiró y criticó, entre otras varias cosas, que no se hable de “educación sexual” sino de “prevención de abusos”. “Junto con eso hay un discurso de deslegitimación de la familia, de relativización de la autoridad de los padres”, añadió.

La exposición se extendió por más de una hora con los fundamentos de cada uno de los especialistas que subrayaron puntos similares. Según cifras oficiales de la Ciudad de Buenos Aires, en el año 2020 el 80% de los niños, niñas y adolescentes que denunciaron abuso sexual lo hicieron después de tener una clase de ESI en la escuela.

Un estudio de Casa FUSA de 2021 realizado en personas de entre 16 y 24 años de las provincias de Salta, Jujuy, Buenos Aires, Córdoba y Río Negro, muestra que la ESI ayudó a identificar y actuar en casos de violencia de género propias o del entorno familiar. También se refleja en el descenso de los embarazos adolescentes. Para el 2021, la tasa de fecundidad adolescente en la Argentina había bajado un 57% con respecto al 2005. 

MM

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