Efemérides

24 de mayo: Día Internacional de la Mujer por la Paz y el Desarme

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Desde el año 1982, cada 24 de mayo se celebra el Día Internacional de la Mujer por la Paz y el Desarme. El origen de la fecha, lejos de rememorar eventos trágicos, está basado en el activismo de las mujeres pacifistas a escala global y destaca su capacidad de iniciativa y participación en las discusiones referidas a los procesos de paz y desarme.

De hecho, la década del ochenta se caracterizó por el auge de los movimientos pacifistas a nivel mundial, entre los que se destacaron, sin lugar a dudas, aquellos liderados por mujeres. Sin circunscribirse a los países del Norte, la conciencia antimilitarista y pacifista recorrió diversas latitudes y motivó a las mujeres latinoamericanas, por ejemplo, a reclamar por los delitos de lesa humanidad cometidos en el marco de las dictaduras militares y a motorizar los procesos de memoria, verdad y justicia.

De esta forma, las demandas de distintos movimientos de mujeres, instituciones y gobiernos alrededor del mundo fueron instalando en el seno de Naciones Unidas, la imperiosa necesidad de contar con una agenda sobre “Mujer, Paz y Seguridad” (MPS), buscando alterar el dominio masculino cuasi exclusivo en éstas áreas y las relaciones desiguales de poder.

 Luego de varios años de debate, finalmente el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas inauguró el siglo XXI con la adopción de la Resolución 1325 (2000), la cual reconoció formalmente que los conflictos armados tienen impactos de género específicos que fueron invisibilizados e ignorados a lo largo de la historia y que las mujeres hicieron importantes contribuciones a la construcción de la paz y que son actores imprescindibles para la paz duradera. Dicha resolución exhortó al Secretario General y a los Estados miembros a actuar concretamente para lograr una mayor inclusión de las mujeres en los procesos de construcción de la paz y de reconstrucción posconflicto.

Si bien la agenda MPS se fue ampliando con el correr de los años, todavía las medidas siguen siendo insuficientes. Los Estados no deberían conformarse con la mera inclusión y participación de más mujeres en las estructuras de seguridad existentes (ya sean los procesos de negociación o en la operaciones de mantenimiento de paz) de forma acrítica.

LG.