Australia anunció que a partir de julio autorizaría el uso de la psilocibina, principio activo de los hongos “mágicos” para el tratamiento de la depresión y el estrés postraumático. También habilitará el uso de MDMA, droga conocida como éxtasis, para tratamiento de la salud mental. De acuerdo a la nueva disposición, los psiquiatras podrán prescribir ambas sustancias, hasta ahora prohibidas y que podían ser utilizadas en ensayos clínicos severamente controlados.
Mike Musker, especialista en salud mental de la universidad de South Australia, aseguró que la psilocibina -el compuesto químico sintetizado por los hongos- y el MDMA -una anfetamina de laboratorio- “reducen las inhibiciones y pueden ayudar a las personas a procesar las imágenes y recuerdos difíciles”, dijo Musker. Dicen que cuentan con suficiente “evidencia de los beneficios potenciales en ciertas personas”, que son “relativamente seguras” cuando se administran en un entorno médico y en que “proporcionan un estado alterado de conciencia que podría ayudar a los pacientes”, consignó AFP.
La depresión es una epidemia mundial. Según la Organización Mundial de la Salud aproximadamente 280 millones de personas la padecen. La depresión puede convertirse en un problema de salud serio, especialmente cuando es recurrente y de intensidad moderada a grave. En el peor de los casos, puede llevar al suicidio. Se estima que cada año se suicidan más de 700 mil personas en el mundo. Es la cuarta causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29 años.
Dónde están regulados los “hongos mágicos”
“Los hongos 'mágicos' se convertirán en el arma definitiva contra la depresión”, tituló el diario The Telegraph el año pasado, cuando Reino Unido otorgó licencias a diversas empresas para realizar ensayos con drogas psicodélicas en ese país. Canadá modificó el reglamento de alimentos y drogas, creó un “programa de acceso especial” y permitió que los médicos soliciten estas sustancias para el tratamiento de ciertos pacientes. Allí hay compañías autorizadas a producir psilocibina para investigación.
La psilocibina está regulada en Oregón, estado de los Estados Unidos donde el uso se sometió a votación popular y los residentes dijeron sí a la legalización de los centros de curación con psilocibina. A finales de este año, todos los adultos mayores de 21 años podrán recibir terapia asistida con psilocibina. Mientras tanto, Oregón ha despenalizado la posesión de la mayoría de las drogas, incluidas las psicodélicas. En la ciudad de Denver, retiraron las sanciones penales a quien use o tenga psilocibina. En Jamaica y Las Bahamas la experiencia con hongos es más un emprendimiento turístico-privado: hay eco-resorts que ofrecen entre sus amenities un “retiro de hongos”.
Estilo Fungi: qué es la psilocibina y qué pasa en la Argentina
“Al ingresar a nuestro organismo a través de la boca y hacia el sistema digestivo, la psilocibina desencadena una reacción química de desfosforilación a partir de los ácidos estomacales que la transforma en psilocina, el compuesto alucinógeno responsable del efecto psicoactivo de estos hongos”, explican Paloma y Diego Cubensis, autores del libro Hongos, manual de autocultivo de seres mágicos (editó Magia y cuesta $9000). Es una guía completa y actualizada para cosechar hongos y está destinada a cultivadores principiantes y avanzados.
En la Argentina, el uso de psilocibina es ilegal, pero existe “un uso de facto” de la sustancia: hay redes de cultivadores, talleres para compartir experiencias, acompañantes terapéuticos, guías de tratamiento y retiros para aprender sobre el hongo. Su uso se expandió entre los usuarios y usuarias en forma de microdosis, es decir, en tomas bajas y frecuentes del principio activo. La ingesta puede ser en pastillas que contienen el hongo o con el cálculo del gramaje del hongo disecado. Como no tiene un efecto pronunciado quienes lo consumen pueden seguir con su rutina.
Su cultivo, venta y distribución no está autorizada en el país, pero muchos consumidores y especialistas consideran a la psilocibina como una opción al tratamiento tradicional indicado para depresión, ansiedad, dolor crónico, trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y el déficit de atención. Usan psilocibina las personas que buscan rehabilitarse de la adicción a las drogas legales, como el tabaco y el alcohol, y también las que tratan el uso problemático de sustancias. Y también quienes quieren conectar con su entorno de un manera más relajada.
VDM/MG